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México, una cuestión de actitud

Recuerdo nítidamente las sensaciones que nos generó México cuando jugó en Bolivia la Copa América de 1997 con una escuadra llena de vigor, fútbol  moderno y espíritu generoso para ofrecer espectáculo. Al que más se recordará por sus características de espectacularidad es a Luis “Pájaro” Hernández que fuera comparado por su estilo de juego basado en una notable velocidad en ataque al argentino Claudio Caniggia. De México tenemos, además, referentes muy fuertes en Cuauhtemoc Blanco,  indiscutido líder del América y de su selección durante más de una década, y a Rafael Márquez, marcador central titular del Barcelona bajo la dirección de Frank Rikjaard y parte de la era de Josep Guardiola.

Es bien sabido que si México no exporta muchos futbolistas hacia Europa, esto se debe a que su liga es tan poderosa que está siempre en condiciones de pagar igual o mejor que en España, Inglaterra o Italia, para que de esta manera sus grandes figuras no dejen a sus equipos desmantelados y eso garantice siempre torneos muy competitivos.

Su gran ídolo en la actualidad,  Javier “Chicharito” Hernández,  es figura en el Manchester United y no obtuvo el permiso de su legendario director técnico, Álex Fergusson, para poder participar en la olimpiada londinense. El otro mexicano que milita en un equipo inglés es Giovanni dos Santos que presta servicios en el Totenham y que no pudo estar en el partido final debido a una lesión en semifinales, pero a falta de estos dos indiscutibles valores apareció Oribe Peralta que la rompió en Londres convirtiendo cuatro goles para el Tri y anotando decisivamente frente a Brasil. Esto significa que México, además de haber trabajado duramente durante un año para alcanzar el oro olímpico en fútbol,  no se anduvo con quejas ante los imprevistos y adversidades, ya que a la  ausencia de Hernández se sumaba el involucramiento de Marco Fabián (Guadalajara) en un escándalo sucedido en Ecuador, y que luego de estar alejado de su selección pudo retornar.

El fútbol mexicano es una maquinaria muy organizada con clubes económicamente muy sólidos y deberán seguir festejando el hecho de que con tres experimentados  —el portero Corona, el volante de marca Salcido y el propio Peralta— pudieron armar un equipo de nueva generación con valores que actúan en el Cruz Azul, los Tigres de la UANL, América, Monterrey, Guadalajara, Santos Laguna y Central de Rayados de Monterrey. Puro changos como se diría en el argot popular.

Los mexicanos apuestan a la sangre nueva como debe ser en estos tiempos de alta competición en que el fútbol es cada vez más atlético. Ya ganaron la Medalla de Oro en 2011 venciendo a Argentina en los Panamericanos realizados en Guadalajara y frente a Brasil pusieron lo primero indispensable que es el temperamento, la férrea convicción de que no se le debía temer a la verde amarilla que llegaba con la debilidad de no contar en sus vitrinas con la presea dorada olímpica, único título que le es esquivo en su palmarés.

Bien preparados con sentido de anticipación y sin incurrir en la debilidad de la sobrevaloración del adversario, los mexicanos pudieron haberles propinado una goleada histórica a los brasileños dirigidos por Mano Menezes que volvieron a dejar a la más grande de las selecciones de fútbol de la historia con el sabor amargo de no conseguir el primer lugar en el podio olímpico.  Entre paréntesis o entre guiones, según la importancia que se le otorgue, hay que mencionar que Neymar parece no estar listo para rayar a la altura a la que llegaron predecesores suyos en el frente ofensivo de la canarinha y que su maduración con la camiseta del Santos todavía no ha sido debidamente consolidada.

México celebra con toda justicia su primer gran título en el fútbol internacional, nada menos que obtenido frente a los brasileños. Podría ser el punto de inflexión en la búsqueda de objetivos mayores.

La historia mexicana por el oro en fútbol

En los 20 eventos de fútbol de Juegos Olímpicos, México consiguió clasificar a 12, de los cuales en una ocasión terminó descalificado y en otra suspendido.

Ámsterdam 1928: Quedó en la primera fase y se posicionó en el lugar 14.

Londres 1948: Llegó también a la primera fase, pero subió de lugar al ubicarse en la posición 11.

Tokio 1964: Terminó en la primera fase, lugar 12.

México 1968: Semifinalista, perdió contra Japón, para terminar cuarto.

Múnich 1972: Concluyó en la segunda fase, fue quinto.

Montreal 1976: No pasó de la primera fase, acabó décimo.

Moscú 1980: Fue descalificado por alineación indebida de jugadores profesionales en el Preolímpico.

Seúl 1988: El fútbol mexicano estaba suspendido de toda competencia por el caso de los «cachirules» (se descubrió que la selección juvenil mexicana de futbol alineó a jugadores que sobrepasaban la edad reglamentaria).

Barcelona 1992: Eliminado en la primera fase, quedó décimo.

Atlanta 1996: Avanzó a cuartos de final para ser séptimo

Atenas 2004:Otra vez sólo hasta la primera fase para terminar décimo.

Los futbolistas más jóvenes han cambiado el rumbo del fútbol mexicano. Desde 2005 que México ganó la Copa del Mundo Sub-17, justo frente a Brasil, el equipo tricolor ha cosechado diversos triunfos internacionales de los que también destaca la medalla de oro obtenida en los Panamericanos de 2011, luego de vencer a Argentina por 1-0.