Icono del sitio La Razón

¿El calor, un aliado de Brasil?

La FIFA terminó admitiendo la semana pasada que se puede jugar al fútbol en cualquier sitio del mundo donde haya una cancha. Su presidente, el suizo Joseph Blatter, dijo que “la historia del fútbol ha demostrado que los grandes jugadores pueden jugar en todo tipo de condiciones (climáticas) y a cualquier hora”.

Hizo esa declaración en alusión a los horarios fijados para los partidos de la Copa del Mundo Brasil 2014, en algunos casos cuando en determinadas sedes la temperatura esté en su nivel más alto, lo que ocasionó críticas porque se estaría sometiendo a los jugadores a condiciones extremas. Aunque habló del calor, Blatter le dio sin querer un espaldarazo a la altura y a la lucha boliviana que duró años para evitar el veto a La Paz y al estadio Hernando Siles.

La FIFA llegó a prohibir la disputa de partidos de fútbol internacional en sitios superiores a los 2.500 metros sobre el nivel del mar, por considerar a la altura nociva a la salud de los futbolistas. Sin embargo, varios estudios que se hicieron en el país revelaron que las elevadas temperaturas causan reacciones más fuertes en el organismo que jugar en la altitud.

El médico alemán Walter Smith, quien estuvo en el país recientemente, aseguró tras realizar algunos estudios que “la altura no es problema y será difícil que se dé algún caso fatal por hacer deporte. Si un atleta está bien en lo físico, de salud y bien preparado, la altura no le afectará. La historia lo confirma: nunca pasó algo malo”.

El 27 de septiembre, la FIFA hizo conocer los horarios de los partidos para el Mundial Brasil 2014, que se jugará del 12 de junio al 13 de julio. De acuerdo con la comunicación oficial los encuentros de la fase de grupos se han programado para las 13.00, 15.00, 16.00, 17.00, 18.00, 19.00 y 21.00 hora local (una hora menos en Bolivia); mientras que los de octavos y cuartos de final empezarán a las 13.00 y 17.00. Las semifinales se jugarán a las 17.00 y la final, el 13 de julio de 2014, en el emblemático estadio Maracaná, desde las 16.00.

Los cuestionamientos surgieron en sentido de que se habrían fijado horarios para ayudar a Brasil a que gane su Mundial, considerando de que varios de los partidos “se disputarán con altas temperaturas y un elevado porcentaje de humedad en sedes como Bahía, Recife o Natal”.

El secretario general de la FIFA, el francés Jerome Valcke, negó que se intente beneficiar en 2014 al seleccionado anfitrión. “Los horarios no están hechos para que Brasil gane”, enfatizó el segundo hombre fuerte de ese organismo internacional.

Expresó que las horas se definieron “luego de haber estudiado detalles con nuestro departamento médico, con el comité organizador brasileño y finalmente lo hemos estudiado con especialistas en fútbol que han confirmado que en los horarios acordados, desde el sur al norte del país, los futbolistas pueden jugar sin problemas». Finalmente señaló que “la salud de los jugadores y la calidad del juego son las prioridades que tomamos muy en cuenta antes que cualquier otra consideración”.

Los datos

Blatter

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, recordó el sábado que “los mundiales de México de 1970 y de 1986 se jugaron a mediodía y a 2.400 metros de altitud sin que hubiera ningún problema”.

Debut

A menos de dos años para que se juegue el Mundial, solamente se sabe dónde jugará Brasil, el anfitrión.  Debutará en Sao Paulo, en el partido inaugural, y luego se trasladará a Fortaleza y Brasilia.

‘Es más nocivo que la altura’

El médico alemán Walter Smith, quien permaneció en el país entre agosto y el mes pasado, junto a científicos de Qatar y Australia, además de médicos bolivianos, aseguró que el calor es más nocivo para la salud de los futbolistas que la altura.

“Las elevadas temperaturas causan reacciones más fuertes en el organismo. El extremo calor es riesgoso, sin embargo, la FIFA dio el Mundial de Fútbol a Qatar, donde las temperaturas son elevadas”, expresó Smith en una entrevista concedida a La Razón.

De las conclusiones de jugar en ciudades de altura aseguró que “la altura no es problema y será difícil que se dé algún caso fatal por hacer deporte”. Aseguró que la altura “disminuye la capacidad en los primeros días para quienes vienen de afuera, pero no afecta a la salud o siquiera significa un riesgo para un futbolista”.

El gremio de jugadores se opone

Reclamo

El gremio de futbolistas de Brasil anunció que notificó al ministro de Deportes Aldo Rebelo y a la Confederación Brasileña que se opone a los horarios anunciados la semana pasada por la FIFA, porque partidos en las primeras horas de la tarde en ciudades tropicales pueden poner en peligro la salud de los jugadores.

El calor para la FIFA

Para la FIFA, “el golpe de calor sobreviene cuando el organismo produce más calor del que pierde. El ejercicio muscular produce calor. El riesgo de sufrir un golpe de calor no depende exclusivamente de la temperatura, sino también de la humedad atmosférica. La humedad muy alta reduce el efecto refrescante que tiene el sudor. Además, el viento y la radiación solar influyen en las consecuencias que las altas temperaturas producen en el organismo”.

Mediciones

Para evaluar el riesgo que supone jugar en determinadas condiciones, la FIFA no sólo tiene en cuenta la temperatura atmosférica, sino también el medidor de estrés térmico WBGT (Wet Bulb Globe Temperature). “Se considera que el riesgo es alto si el índice WBGT arroja una temperatura superior a 29,4°C, y extremo si se sitúa por encima de 32,2°C. En los partidos de la FIFA se recomienda llevar a cabo descansos de refresco cuando el WBGT es superior a 31°C”.

35 grados

El 7 de septiembre, Uruguay fue goleado (4-0) por Colombia en Barranquilla por la eliminatoria sudamericana. Ese partido se jugó con una temperatura de 35 grados centígrados. “El calor fue determinante en este juego. Aunque nos preparamos en Panamá, la humedad y el clima de esta ciudad fue intenso y diferente”, dijo Diego Forlán.

Sandy dice que no se trata de sacar ventaja

Marco Sandy, uno de los asistentes técnicos de Xabier Azkargorta en la selección nacional, aseguró que jugar al fútbol en altas temperaturas “no es fácil”, pero tampoco cree que hacerlo en esas condiciones o en ciudades de altitud sea una ventaja para las selecciones o los equipos locales.

Recordó que en su época de jugador, sobre todo en su paso por la Verde, le tocó disputar la Copa América de 1993 en Ecuador, y ese mismo año las eliminatorias para el Mundial en Estados Unidos 1994, frete a Brasil en Recife, “en un calor intenso y una humedad terrible”.

Uno de los partidos en la Copa de Ecuador se jugó en Machala, a mediodía: “De la cancha salía vapor, por el intenso calor. La anécdota de todos es que al acabar el primer tiempo nos metimos a la ducha fría”. También, según cuenta, se les colocaba “hielo en todo el cuerpo, pero creo que lo que vivimos en Machala y Recife es circunstancial”.

No considera que los horarios del Mundial favorezcan a Brasil, porque “cada país trata de aprovechar las circunstancias geográficas que tiene; sin embargo, hay que estar preparados para minimizar todos esos aspectos”. Es un convencido de que los horarios que se fijaron para el Mundial de Brasil no tienen como objetivo que haya ventaja para el local o para otras selecciones. “Que yo sepa, esa parte depende de la televisión. En Estados Unidos jugamos partidos a mediodía”.