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Los nuestros en una hora difícil

Esta Copa Libertadores, entre sorpresiva y loca  (15 o más resultados que rompieron todos los pronósticos) tuvo una semana agridulce para los equipos nacionales.

Más que agria, porque The Strongest encarnaba todas las esperanzas, y un desgraciado autogol decretó la derrota.

Relativamente dulce para San José, al que apresuradamente lo apartamos de los candidatos, que le ganó a un Millonarios de discretísima campaña.

The Strongest no fue eliminado, y menos en un torneo como éste, pero sabemos que sus dos adversarios directos por la clasificación, Sao Paulo y Arsenal, serán, precisamente, sus dos últimos rivales: el brasileño en La Paz (4 de abril) y el argentino en Sarandí (17 de abril).

Sabrán disculpar los jugadores de Eduardo Villegas que en los próximos 15 días se les pida, se les desee y hasta se les exija que protagonicen dos partidos memorables. (Ya ocurrió, muchas veces, con otros equipos nuestros en parecida situación).

De todos modos, que conste algo: The Strongest podría valerse por sí mismo, en caso de hazaña doble.

San José, aunque ha conseguido un punto más que The Strongest, tiene un futuro inmediato no menos complicado, y no depende de sí mismo, como los atigrados.

Porque los dos equipos que aspiran de verdad a la clasificación, Tijuana y Corinthians, serán sus contrincantes dentro de medio mes: el mexicano Tijuana que vendrá a Oruro (3 de abril) y el brasileño que será local ante el elenco de Ferrufino una semana más tarde. Pero esos dos adversarios tendrán un partido con Millonarios, como para salvar la ropa.

He dicho al comenzar esta columna que esta es una Copa bastante loca, pero las ilusiones futbolísticas no pasan simplemente por dos resultados inesperados. The Strongest, en especial, jugó tres partidos (uno que ganó y dos que perdió en Brasil) con una actitud y con un juego —y esto es lo que permanece en las retinas— que nos impulsó a darle un cheque de confianza.

El cheque está ahí, sigue vigente, pero es al portador, y ocurre que hay otros equipos que quieren sacárselo del bolsillo para ponerlo en su cuenta.