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Bolivia-Brasil

El presidente de la federación de fútbol ha informado, por todos los medios, que el sábado 6 de abril se jugará, en Santa Cruz, el cotejo amistoso entre las selecciones de Bolivia y Brasil.

Ha repetido que ese es el resultado de su amistosa relación con los principales dirigentes del vecino país, y que de ese modo se cumple el anuncio que formulara meses atrás; ha dicho que un porcentaje de la recaudación se destinará a los familiares del joven que murió trágicamente en una tribuna de Oruro; que otro porcentaje favorecerá a los futbolistas que fueron campeones sudamericanos en 1963; y que, en definitiva, “las recaudaciones son para la FBF” (MARCAS, jueves).

Me dije, luego de leer todo lo anterior, que ojalá no surja ninguna discrepancia entre las dos asociaciones nacionales. Porque recuerdo (cable de la agencia AFP, MARCAS, 13 de marzo) lo que dijo José María Marín, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol:

“Iremos con jugadores que actúan en Brasil… El partido es un homenaje del fútbol brasileño a la memoria del joven Kevin Beltrán fallecido el 21 de febrero al ser alcanzado por una bengala lanzada supuestamente por la hinchada del Club Corinthians, en un juego de Libertadores frente a San José. Es una causa noble, no le devuelve la vida al chico, pero es una ayuda a la familia”.

Es probable, me dije, que en charlas posteriores el presidente de la FBF haya convencido a Marín de la mejor manera de distribuir lo que se recaude, insistiendo en algo que Chávez repitió a nuestra página: “la pobreza en que nos debatimos” (la FBF).