Siempre hay algo

Cuando el señor Manuel Quispe y sus compañeros alteños anunciaron la compra del club La Paz Fútbol FC parecían muy seguros de la adquisición que efectuaban, no había tiempo para muchas reflexiones y se advertía un aire optimista en los adquirientes.
El aspecto principal de la situación de La Paz Fútbol Club FC era una campaña con más derrotas que alegrías, y pronto quedó claro que si las cosas continuaban así, La Paz Fútbol Club no se iba a salvar del descenso automático.
Dieciséis jornadas después y a seis del final del Clausura los números proclaman que el promedio del Petrolero de Yacuiba es bastante superior que el del conjunto paceño y hasta parece irreversible, salvo que se den ciertos resultados.
La situación del elenco azulgrana —que de paso deberá visitar en la décimo novena jornada a Petrolero— es muy complicada y podría reventar en cualquier momento.
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No sé si el cuerpo directivo de la Liga tendrá tiempo a partir de mayo de analizar el Clausura que va finalizando.
Por diferentes razones hubo asistencias muy bajas en más de un escenario; varios entrenadores tuvieron que tirar la toalla y algunos clubes, de diferente rango, se vieron obligados a prescindir de jugadores, muchos de ellos valiosos.
La Liga va a tener tiempo —si no se deja seducir por espectáculos más atrayentes— de hurgar a fondo en algunos temas.
Ojalá que esta vez no peque de pesimista.