Martín Palavicini De regreso a la vida y al fútbol
El delantero de Petrolero sufrió una fuerte descarga eléctrica a través de un cable de alto voltaje que lo lanzó a varios metros.
Lo único que recuerda Martín Palavicini del aquel lunes 19 de noviembre del año pasado es que llovía torrencialmente en Yacuiba y a su vivienda le entraba agua. Cuenta que agarró un nailon para tratar de tapar el hueco y que abrió la ventana para subir a la terraza, donde nunca antes había estado. Después de unos días despertó en una clínica de Tartagal (Argentina), luego de haber salido de terapia intensiva.
El delantero de Petrolero sufrió una fuerte descarga eléctrica a través de un cable de alto voltaje que lo lanzó a varios metros; la descarga entró a la altura de su oreja derecha y salió por los dos dedos mayores del pie derecho.
Lo que sucedió después hasta que recuperó la conciencia se lo cuenta su esposa, María Isabel Pérez, principal testigo y compañera en los momentos críticos que le tocó vivir. «Ella sufrió mucho. Cuando uno está inconsciente, el enfermo no siente nada; mi compañera se convirtió en mi mano derecha porque hubo días en los que mi pierna debía estar levantada y ella me la sostenía».
Se salvó de milagro. La única explicación que encuentra es que Dios estuvo con él y que lo acompañó durante ese tiempo que duró el infortunio.
Hoy ese episodio es un triste recuerdo y lo que es mejor para él es que después de poco más de cinco meses recibió el alta definitiva y regresó al país para incorporarse a su club, a fin de volver a hacer lo que más le gusta: jugar al fútbol.
«Estuve en Rosario cinco meses y gracias a Dios me pude recuperar. Antes de ingresar a una cirugía me dijeron que si había un hueso afectado la cosa sería más compleja, pero no fue así y ahora estoy de nuevo entrenando con el club», dice Palavicini, quien el jueves de la pasada semana se incorporó a las prácticas.
En Yacuiba no hay una unidad para cuidados intensivos. Por eso fue que lo llevaron a Tartagal, donde lo estabilizaron y superó la parte más complicada. Además tuvo secuelas y necesitaba atención especializada.
En las primeras semanas de diciembre se fue a Salta, allí estuvo internado por diez días. «Quería ir a Rosario, donde está mi familia”. Le autorizaron a viajar con la condición de que ni bien llegue se internara.
En su ciudad natal lo esperaron sus familiares, quienes lo llevaron a un hospital. Cuenta que por el agua de la lluvia y la descarga que recibió aun había un olor en su cabeza. Rápido salió la orden para su operación.
Todo diciembre la pasó en la clínica, sólo obtuvo un permiso especial para ir a su casa en Navidad y Año Nuevo. Luego se puso de nuevo bajo una supervisión especializada.
«Fueron casi dos meses en hospitales. Recibí el alta, pero debía regresar día por medio por la recuperación de los dedos. Como todo marchaba por buen camino fui un paciente ambulatorio, con visitas cada diez días».
Las heridas cerraron sin que fuera necesario optar por una parte de tejidos y piel de otra parte de su cuerpo. «Por eso digo siempre que me acompañó Dios, que estuvo a mi lado, por tanto no fueron necesarias otras operaciones en el pie derecho».
Palavicini pasó semanas con mucha pena y dolor porque tenía los dedos reventados. La medicina funcionó, «me pusieron cremas y líquidos que sólo los doctores saben lo que era».
En sus charlas con los galenos le comentaban que el suyo era un accidente con mucha suerte, porque las probabilidades de sobrevivir a una descarga eléctrica fuerte son mínimas, casi nulas.
«Cuando recibí la visita del presidente del club, Federico Ibarra, recién supe que fue una descarga de 11.000 voltios. Me decían cómo el impacto no me reventó la cabeza y que podía haber quedado fulminado. Gracias a Dios, hoy puedo decir que ese es sólo un triste recuerdo».
Su futuro aún no está definido
La relación contractual de Martín Palavicini con Petrolero tiene duración hasta el final de la actual temporada. Después, ambas partes se sentarán para hablar y procurar definir el futuro futbolístico del jugador. Él, por ahora, no quiere anticiparse a lo que vendrá, de lo único que está seguro es de que seguirá jugando al fútbol.
«Me siento querido en Yacuiba, el club se comportó muy bien conmigo. Todos me dieron total respaldo y tuvimos contacto casi a diario en este tiempo mediante el teléfono y la internet».
Petrolero está en una situación difícil, volvió a perder el sábado y todo apunta a que deberá defender su plaza liguera en el indirecto frente a Sport Boys. Quizás para entonces ya cuente con el delantero.
Recibió el alta médica y no ve la hora de volver a jugar
Palavicini ya recibió el alta médica definitiva y lo que más quiere es volver a jugar: quedan cuatro jornadas para el final del torneo Apertura, pero es probable que el club dispute dos o tres cotejos más por la serie del descenso indirecto de categoría.
El atacante sabe que la tiene complicada porque estuvo parado desde noviembre, sin embargo también tiene fe en que podrá aportar en la recta final para que Yacuiba conserve su plaza en la Liga del Fútbol Profesional.
«No veo la hora de estar a la par de mis compañeros y de regresar a jugar un partido oficial. La última recomendación que me hicieron los médicos fue que vaya de a poco, de menor a mayor, que controle los esfuerzos. Por estos días me he incorporado al plantel y realizo labor liviana. Mi deseo es estar en los últimos partidos de la temporada».
El delantero tuvo un recibimiento en el club que lo califica como espectacular, por el ambiente de fiesta que se vivió cuando acudió al sitio de entrenamiento. Lo recibieron el presidente del club Federico Ibarra, el cuerpo técnico y los jugadores con calidez y el deseo de que pueda volver pronto a estar entre los titulares. “Todos me dieron un abrazo y se alegraron por la recuperación”.
Su plan de trabajo es especial, primero con sesiones físicas que son completadas con labor que realiza en el gimnasio para recuperar masa muscular. Día a día irá elevando las cargas.
Si todo marcha como está previsto, es probable que sea tomado en cuenta en las últimas dos fechas del certamen.
“Fue mucho tiempo sin hacer nada, eso va en contra, pero voy poniendo empeño para recuperar mis condiciones en procura de regresar a las canchas”.