William Ferreira fue la figura al marcar los dos goles para la victoria ante Nacional Potosí, el último paso hacia el título 18 de la Academia, lo mismo que Juan Carlos Arce, quien en varios pasajes del partido, lujos incluidos, tuvo a maltraer a la defensa visitante; también Ruddy Cardozo y Jhasmani Campos, quienes —aunque sólo a momentos— dieron muestras de su clase.
Fue lo más vistoso que tuvo Bolívar ayer, pero a la hora del balance, más allá de alguna distracción, se debe destacar el rendimiento colectivo. Leonel Justiniano y Damir Miranda respondieron bien a la hora de recuperar balones en el medio, éste último, además, colaboró de manera permanente a la tarea ofensiva.
A diferencia de otras ocasiones, Lorgio Álvarez y Leandro Maygua subieron poco por las bandas (en todo caso cuando lo hicieron llevaron peligro) y estuvieron más abocados a la tarea defensiva en la que no fallaron.
Los centrales Tobías Albarracín y Nelson Cabrera, al margen del algún acercamiento de Nacional al área, en jugadas confusas, estuvieron solventes. Marcos Argüello en gran parte del partido dio seguridad desde el pórtico, aunque se complicó al salir a cortar un centro, que no tuvo ninguna consecuencia, gracias a la oportuna reacción de Albarracín.
En general, los celestes jugaron un buen partido, fueron superiores a los potosinos y justificaron su triunfo. En la primera etapa alcanzaron la diferencia de dos goles y en la segunda salieron a administrar su ventaja; además se acercaron al pórtico rival. Arce tuvo la más clara opción para estirar la diferencia; pero quiso definir de lujo y Yadín Salazar le ganó el mano a mano.
Algo similar sucedió con el joven Miguel Suárez, quien en los pocos minutos que estuvo en el campo fue un dolor de cabeza para la última línea de la visita. En su segundo contacto con el balón pudo marcar el tercero, pero remató alto, cuando el golero ya nada tenía que hacer.