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La ilusión movilizadora de Rafael Correa

Ecuador está tercero en la tabla de la eliminatoria sudamericana que clasifica a Brasil 2014 y el Presidente del país ha anunciado un ambicioso Plan de Alto Rendimiento para mejorar las capacidades competitivas de sus atletas con miras a los próximos Juegos Olímpicos. En el plano futbolístico, Dussan Draskovic, que alguna vez dirigiera a la selección de Bolivia, conduce el proyecto “Formador de formadores” para la capacitación masiva de entrenadores del fútbol ecuatoriano. Sin palabrería, un sentido práctico para hacer las cosas y claridad de objetivos, los ecuatorianos saben perfectamente en qué consiste una sólida política de Estado para el deporte: es con recursos, no con discursos.

Las demoliciones según Umberto Eco son aquellos ejercicios críticos a través de los cuales se van desmontando analítica, paciente y sistemáticamente los andamiajes de cierto tipo de maquinarias como las de los medios de comunicación sujetos al poder y a los designios transnacionales, y en América Latina, ningún líder político e intelectual ha conseguido hacerlo de manera tan contundente e incontestable con ese periodismo impostor, autoproclamado de “independiente”, como lo hace Rafael Correa, presidente del Ecuador.

El lector se preguntará a cuento de qué viene este ejemplo que poco tendría que ver con los asuntos futboleros que aquí se tratan, y la respuesta es que el Presidente ecuatoriano, además de ser un progresista y antiimperialista, exhibe el don de la visión estructural para decidir políticas de Estado, entre las que cuenta, en primer lugar, un cuidadoso plan de repatriación de connacionales que conforman la comunidad migrante más numerosa en España y que ahora están en posibilidades de retornar a su país, gracias a un cuidadoso plan de apertura de fuentes laborales.

Ese mismo Mandatario que quiere de retorno a los ecuatorianos desparramados por diferentes latitudes es el que acaba de lanzar un ambicioso Plan Nacional de Alto Rendimiento deportivo (2013-2016) que contará con un presupuesto de más de 60 millones de dólares y que beneficiará a 278 deportistas de 37 disciplinas, quienes, con dichos recursos, tendrán acceso a cubrir con suficiencia necesidades técnicas, fisiológicas, nutricionales, sicológicas y médicas.

El ejecutor de este programa se llama José Francisco Cevallos, exportero de la selección ecuatoriana de fútbol, ministro del Deporte del Gobierno ecuatoriano, que consiste, además, en becas económicas mensuales para solventar los gastos de un equipo multidisciplinario que estará conformado por 428 personas, que trabajará el presente ciclo olímpico para la participación en Bolivarianos, Sudamericanos, Panamericanos y Mundiales. Las asignaciones pecuniarias, según ha explicado Cevallos, están categorizadas desde juveniles hasta mayores —A a la E— y según los casos equivaldrán de uno a siete salarios básicos.

El Plan Nacional de Alto Rendimiento 2013-2016 generará una fuerte competencia interna ya que los deportistas podrán ascender, mantenerse o retirarse, y también podrán incorporarse posteriormente otros que cuenten con resultados y diagnósticos técnicos que los habiliten para los mismos. La clave de tan extraordinario espaldarazo al deporte ecuatoriano la ha dado el propio Correa: “Vale la pena invertir estos 60 millones de dólares porque ustedes, queridos deportistas, son una ilusión movilizadora para el país”.

El pasado 26 de agosto fueron los tenistas Emilio Gómez y Doménica Gonzales, quienes recibieron simbólicamente un gigantesco cheque de cartón con el monto exacto allí inscrito y que busca como objetivos principales el incremento de un 50 por ciento de deportistas para los próximos Juegos Olímpicos y conseguir por lo menos tres medallas. La subcampeona mundial de karate, Jacqueline Factos, ha respondido que “ahora nos podemos formar como deportistas, gracias Presidente, no los vamos a defraudar”.

Mientras esto sucede con las políticas de Estado para el deporte amateur, se desarrolla también otro ambicioso programa que con el título de “Formador de formadores” dirige el entrenador de fútbol Dussan Draskovic, en su momento seleccionador del Ecuador (y luego de Bolivia) a quien se le reconoce la transformación del fútbol ecuatoriano y que gracias al Ministerio del Deporte y la Federación Deportiva Nacional del Ecuador (Fedenador) viaja por todo el país, sobre todo a las zonas rurales más alejadas de las ciudades, a impartir cursos de capacitación a directores técnicos y profesores de fútbol, sin costo alguno para sus participantes.

Al último taller realizado entre el 19 y 23 de agosto en el Centro de Entrenamiento para el Alto Rendimiento de la población de Capuela, provincia de Imbabura, han asistido 252 entrenadores para trabajar en la “Metodología del entrenamiento y la forma de detectar talentos”.  Uno de los objetivos centrales es unificar y fortalecer una sólida red de entrenadores de fútbol en todo Ecuador: sin recursos humanos sólidamente formados se hace muy difícil encauzar las potenciales carreras de los grandes talentos, con el estímulo, dicho sea de paso, de tener a la selección nacional dirigida por el colombiano Reinado Rueda a pocos pasos de la clasificación al Mundial Brasil 2014.

Despojado de la palabrería hueca, y renuente a la demagogia y al oportunismo, el presidente Correa ha decidido poner énfasis en la formación de los recursos humanos de su país, absolutamente consciente de que para sostener un proyecto político-social inclusivo y ampliamente participativo, el deporte es un extraordinario activador de los sentimientos de pertenencia e identidad y del desarrollo de las capacidades para competir con una visión esencialmente basada en el desarrollo humano.

Con semejante movilización de recursos económicos, de profesionales y deportistas beneficiarios, los ecuatorianos aspiran solamente a tres medallas olímpicas, conscientes de que para lograr tan específicos objetivos hay que trabajar duro y parejo, hay que sacarse de encima la retórica de plazuela y hay que fortalecer una mística nacional, base indispensable para acometer, con posibilidades de éxito, cualquier proyecto colectivo.