La pelota parada
El presidente de la Liga, Mauricio Méndez, plantea un cambio en la conducta económica de los clubes y evitar la hiperinflación en el fútbol
La espiral hiperinflacionaria en Bolivia agobia cada vez más a los clubes, cuyos dirigentes en un afán desesperado por buscar una clasificación internacional que permita cobrar los premios de la Conmebol o por mostrar a sus jugadores para ventas internacionales, realizan esfuerzos desesperados y pagan salarios irreales para la economía del fútbol como única salida a su situación financiera. Esta irrealidad debe pararse de una vez por todas.
Agremiados en Sudamérica comienzan a tomar decisiones corporativas que van a poner en jaque al fútbol sudcontinental. El pasado 29 de noviembre, los futbolistas en Brasil amenazaron con no jugar la penúltima fecha de la Liga en solidaridad con sus colegas de Náutico, que denunciaron que el club les debía sus salarios. Los jugadores que encabezan el movimiento denominado “Sentido Común FC” dijeron que nadie entraría a la cancha en los diez partidos de aquel fin de semana, cosa que finalmente no ocurrió.
Tan sólo dos días después, el lunes 2 de diciembre en la Sede de Futbolistas Agremiados de Argentina (FAA) se tomó una decisión, planteada en un sendo comunicado:
“1º) Exigir el pago de la totalidad de las remuneraciones por todo concepto adeudadas por todos los clubes sin excepción, devengadas hasta el 31 de diciembre del año en curso, dentro de los cuatro días hábiles del mes inmediato siguiente.
2º) En caso de incumplimiento de dicha obligación —aunque ello ocurra por uno solo de los clubes—, no dar comienzo a ninguno de los torneos organizados por la Asociación del Fútbol Argentino, que deban disputarse durante el primer semestre del año 2014”.
No fue casualidad que un día después (3 de diciembre), el gremio de Bolivia, Fabol (Futbolistas Agremiados de Bolivia), enviara una carta a la FBF advirtiendo que en enero pararía el campeonato de la Liga si uno de los clubes tuviese una deuda por tan sólo un mes vencido, contraviniendo la propia Ley del Deporte y el Reglamento del Estatuto del Jugador.
Pero esto no queda ahí: la Agremiación de Futbolistas Ecuatorianos (AFE) acaba de anunciar, hace tres días, que los clubes de ese país tienen como plazo el 17 de enero de 2014 para cancelar los salarios atrasados, de lo contrario, los jugadores no darán inicio al próximo campeonato, ello por una deuda de 12 millones de dólares en la actual temporada. Asevera que de los 24 equipos de primera y segunda división, 21 adeudan a sus futbolistas.
La noche del jueves, antes de la reunión para el sorteo de la Copa Libertadores de América, se hablaba en Asunción que Agremiados Paraguay quería hacer una representación en el propio acto, reclamando el cumplimiento de acuerdos y contratos.
En febrero de 2010 la Agremiación Peruana lanzó un paro de jugadores, en su momento Chile y Uruguay tuvieron problemas —entre 2012 y 2013—. La poderosa Liga Española sufrió al inicio de esta temporada, igual que la Liga Italiana y ahora la Francesa. Todo esto pinta la realidad en la que vive nuestro deporte.
Mal de muchos es sin duda consuelo de tontos, por ello cabe ver con mucha precisión lo que pasa en casa, y es que la espiral hiperinflacionaria en Bolivia agobia cada vez más a los clubes, cuyos dirigentes en un afán desesperado por buscar una clasificación internacional que permita cobrar los premios de la Conmebol o por mostrar a sus jugadores para ventas internacionales, realizan esfuerzos desesperados y pagan salarios irreales para la economía del fútbol como única salida a su situación financiera.
Esta irrealidad debe pararse de una vez por todas, por ello en la última reunión de presidentes de los clubes de la Liga he vuelto a presentar una propuesta tendente a bajar los salarios en el fútbol boliviano y parar esta catastrófica situación, caso contrario, el patrimonio de los clubes y de los propios dirigentes no alcanzará para pagar los desmedidos sueldos de nuestro fútbol.
Ha llegado la hora de producir un cambio en la conducta económica deportiva en Bolivia y apostar por gente nacional y joven que tenga una oportunidad, y que ayude paralelamente a bajar las planillas, que sólo en el último año se han incrementado, en promedio, en casi 20% cuando los ingresos han bajado en porcentaje casi similar.
Los jugadores y cuerpos técnicos extranjeros hoy son los más caros de la historia de nuestro fútbol, no desmerezco el hecho de que algunos sean de verdadera talla internacional, pero muy a pesar de ello, nuestra economía no da para las cifras siderales que se pactan y en muchos casos luego no se cumplen.
Este miércoles 18 de diciembre, en reunión a realizarse en Cochabamba, el Consejo Superior debe tomar una posición sobre este particular; no hacerlo significaría seguir en el camino de la inseguridad y la insolvencia, razón por la cual muchas decisiones trascendentales se tomarán con resultados que pueden ser la base para el cambio de la conducta económica o, por el contrario, pueden devenir en una crisis económica, institucional y dirigencial.