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Waldino Palacios: Un zaguero del Tigre y la Academia

Waldino Palacios vino desde Salta en los primeros años de la Liga y se dio el gusto de jugar primero en Bolívar y luego en The Strongest, los dos grandes del fútbol boliviano. Recuerda que el paso inicial para su incursión en Bolivia lo dio gracias a Carlos Aragonés, compañero suyo en el Central Norte argentino, quien le hizo “cancha” en la Academia.

Era un zaguero central de buenas condiciones, pero no cabe duda de que su estadía en el país se la recuerda más porque una actuación suya con la camiseta atigrada fue la causa principal para que River Plate ganara en mesa un partido que lo había perdido (1-0) en la cancha del estadio Hernando Siles.

Esa historia —de las muchas que tiene la Copa Libertadores de América— sucedió el 27 de julio de 1982 en Miraflores. Carlos Huguenet (argentino) marcó a los cinco minutos el único tanto del Tigre a un cuadro que vino plagado de figuras, de la talla de Fillol, Tarantini, Gallego y Alzamendi. Hasta ahí todo parecía normal, pero días después al Tigre le quitaron los dos puntos que se entregaban en ese tiempo por una victoria y se los dieron al club de Buenos Aires que reclamó porque Palacios no estaba bien habilitado para jugar.

A los atigrados nadie les saca de la cabeza que fue Bolívar, que tuvo antes en sus fila al zaguero,  el que “sopló” que había anormalidades en la transferencia y dejó a su clásico adversario sin la posibilidad de acceder a la siguiente fase del certamen.

Han pasado 31 años y el exfutbolista, ahora dedicado a la agricultura en una finca que tiene en Salta, no recuerda con exactitud  lo que sucedió. Lo primero que se anima a decir es que “por un error administrativo entre The Strongest y Central Norte de Salta es que se observó ese lance”.

Prefiere hacer un repaso de su estadía en La Paz y dice que en Bolívar vivió cinco años maravillosos. “Estuve cinco años allí y festejé muchos triunfos. El club hizo un cambio generacional importante y nos juntamos con gente interesante para jugar como Ricardo Troncone, Viviano Lugo, Carlos Aragonés y Pablo Baldivieso, entre otros. Con ellos empezamos un periodo de éxito importante en esa época”.

Especial lugar en su memoria tiene la presencia celeste en la Copa Libertadores de América de 1979 contra los paraguayos Olimpia y Sol de América, además del boliviano Wilstermann. “Quedamos fuera por poco, había jugadores de talla internacional en el plantel”. En ese tiempo no era habitual el paso de futbolistas al clásico rival, pero la dirigencia atigrada lo convenció y en 1982 cambió Tembladerani por Achumani.

“Hubo muchas idas y vueltas. The Strongest se clasificó a la Copa y hubo una pausa de dos meses y yo regresé a jugar a Salta. Al volver a La Paz empezábamos la preparación para el torneo, pues nos tocó River y Boca y sucedió lo de la observación”.

Recuerda que “se armó un lío grande. No recuerdo si The Strongest recuperó el pase o que Central Norte no lo envió. Regresé a Salta para jugar un tiempo corto y después se armó un problema entre clubes. Alguien avisó que no estaba habilitado y River ganó en el escritorio”. Resignado a la eliminación, el Tigre pudo registrarlo tiempo después con todas las de la ley.

En su primer clásico con la camiseta aurinegra anotó el gol del empate. “Fui capitán de Bolívar y después me vi en el club rival, esa vez anoté de cabeza un gol y no sabía si festejar o no. Tantos años han pasado, pero recuerdo esa jugada y todavía no puedo explicar la sensación de haber vestido esas dos camisetas”.

Los datos del ex-zaguero

De Formosa

Waldino Palacios nació en Pirané (provincia de Formosa) el 4 de agosto de 1949.

Familia

Su esposa  es Gladis   del Carmen Zambrano, tienen tres hijos: Diego Gabriel, Matías Sebastián y Nadia Verónica.

Abuelo

Tiene tres nietos: Luca, Isabella y Santiago.

No regresó más a Bolivia y fue diputado por Salta

Se sorprendió cuando Marcas Plus lo contactó, pensó que el fútbol boliviano se había olvidado de él, más después de que a fines de 1983 regresó a Salta y no vino más a La Paz. “Voy a armar con la familia una vacación en Bolivia, seguró que me voy a encontrar con una ciudad de La Paz cambiada”. Le invade la nostalgia, más cuando dice que Diego Gabriel, su hijo mayor, nació en Bolivia. “Orgulloso porque es paceño”.

Con Carlos Aragonés es con quien tiene un contacto fluido, pero a la distancia no se olvida de “dirigentes amigos” que tuvo como Lauro Ocampo, Lothar Kerscher, Javier Ortuño, Mario Paz Zamora y el atigrado Rodolfo Flores Morelli, entre otros.   Fiel a una tradición familiar, se vinculó a la política como miembro del Partido Justicialista (peronismo) de Argentina. 

“Una vez que me jubilé del fútbol me dediqué a la política, fui diputado por Salta capital, estuve siempre relacionado con el peronismo. Fui cuatro años intendente (alcalde) de Iruya, un pueblo de Salta, y después fui diputado provincial”.

Del fútbol se alejó por completo, ahora está dedicado a la agricultura y sigue muy poco lo que pasa en su país y en Bolivia. Fue director técnico de Gimnasia y Tiro de Salta y Juventud Antoniana, pero lo dejó pues dice que los resultados condicionan mucho a los técnicos, y que no se respetan los procesos. En su finca, en cambio, trabaja con tranquilidad, sin presiones de ninguna naturaleza.