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La bestia celeste

No es negra, como suele señalarse, sino de otro color. León ya sabe —al cabo de tres partidos, dos de ellos en México— la talla de Bolívar como rival. Primera conclusión. Otra, que no puede pasar desapercibida: El de Tembladerani es un equipo que en todas y cada una de sus actuaciones coperas marcó goles. Es cierto que también se ha permitido despilfarrar algunos, pero anoche, en Guanajuato, anotó dos y vaya que le pueden ser útiles en el objetivo de acceder a cuartos de final del certamen internacional.

El cotejo transcurrió, en varios pasajes, como un calco del que jugaron en la fase de grupos. El local dominó el primer tiempo, obligó a que la Academia retrocediera en demasía, creó oportunidades, pero solo convirtió una (Montes) y reiteró sus ostensibles problemas defensivos, razón que dio lugar al empate (Callejón), en un momento psicológico, justo antes del descanso.

Con ese envión el visitante fue bastante más en el complemento. Sobre todo porque pudo aplicar el contragolpe. Aparte de remontar el marcador (Arce, figura indiscutida del encuentro), Callejón, el propio Juan Carlos y Ferreira tuvieron el tercero.

En el marco de otra presentación con aristas para el elogio, el cuadro de Azkargorta repitió la tendencia a perder excesivamente pronto el balón. Y es menester —cabe la insistencia que apunta a privilegiar el control— subsanar este déficit, que no hace más que alimentar la reacción del rival.

Sí, no estuvo, lejos de repetirse la victoria en el Nou Camp. Está claro que el elenco verde, con uno menos, tras la expulsión de González, apeló a todo para evitar el revés y Bosellli (¿con la mano?) capitalizó una dubitación de Quiñónez, que no salió a cortar en el área chica.

Igualmente, el resultado sirve y es esperanzador, más aún si la llave se cerrará en Miraflores. Se enfrentaron conociéndose bastante. Quedó muy claro que Bolívar supo aprovechar mejor las debilidades de León, al que —atención— no hay que dar por muerto, pero su chance disminuyó, apreciación que no escapa de lo objetivo.

(*) El autor es corresponsal en Bolivia de Fox Sports.