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Mundial Brasil 2014, la hora de la verdad está por llegar

La mayor fiesta del fútbol mundial está por comenzar. Solo faltan diez días. Desde el 12 de junio, con el partido entre Brasil —el seleccionado anfitirión— y Croacia, la pelota comenzará a rodar. Será la segunda Copa del Mundo en el país del fútbol. Durante un mes, la atención estará centrada en los 12 escenarios —algunos aun construidos a medias— que albergarán los 64 partidos hasta que el 13 de julio se juegue la final entre las dos mejores selecciones de la competición, y ahí emerge el nuevo campeón.

Hay amenazas como precisamente los atrasos en las obras de los estadios. Hace unos días, el exastro Ronaldo, hoy integrante del Comité Organizador Local (COL), revelaba que será imposible mostrar en todo su esplendor las nuevas construcciones.

Aparte la falta de organización ha calado hondo, tanto que la FIFA llegó a reprochar al Gobierno brasileño cómo se habían encarado algunas cosas; aunque en ese sentido las aguas han vuelto a la calma entre ambas partes.

Entre tantas polémicas y reproches mutuos, la FIFA y Brasil tienen una preocupación común: que actores anónimos, indignados por los cuantiosos fondos destinados a los estadios y obras del Mundial salgan a la calle y le roben el protagonismo a grandes estrellas como Lionel Messi, Neymar, Luis Suárez, Cristiano Ronaldo o Andrés Iniesta.

En eso, en lo estrictamente deportivo, que es lo que más interesa, se presenta la pregunta de rigor: ¿Habrá un nuevo ‘Maracanazo’?, como cuando en 1950 Brasil perdió el título en su cancha, el estadio Maracaná de Río de Janeiro, superado por Uruguay ante 200.000 personas.

Ahora, Alemania, Argentina, la vigente campeona España e Italia —tradicionales favoritas por siempre—, y por qué no otra vez Uruguay, intentarán hacerse de la corona frente a la selección más vencedora del mundo en un campeonato en el que por primera vez estarán reunidas todas las selecciones que alguna vez —desde 1930— alzaron el trofeo más codiciado del planeta.

Latinoamérica intentará defender su invicto en Mundiales jugados en la región, nunca un seleccionado de otras partes pudo ser campeón en este territorio, aunque es el equipo anfitrión —dirigido por Luiz Felipe Scolari— el que tiene toda la presión en procura de lograr su sexto título, que sería el más importante de todos los que ha ganado hasta ahora.