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‘Y éste es el país de la Copa…’

La huelga que se inició ayer en el metro de Sao Paulo provocó un embotellamiento matinal récord de 209 km y dejó a cientos de miles de personas sin transporte en una movilización a solo una semana del Mundial.

Parcial e ilimitada, la huelga de los trabajadores del metro puso bajo presión a las autoridades a una semana exacta de la ceremonia inaugural y el primer partido de la Copa del Mundo (Brasil-Croacia), el 12 de junio en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo.

El metro es la principal vía de acceso al estadio mundialista en esta metrópoli de 20 millones de habitantes y transporta cada día en promedio a unos 4,5 millones de paulistas.
Declarada tras el fracaso de negociaciones salariales, afecta parcialmente a tres de las cinco líneas del metro.

“Presentamos a la Justicia un pedido para que declare abusiva esta huelga”, declaró el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin.  El embotellamiento es el mayor registrado en lo que va del año para las horas de la mañana y el tercero mayor en la historia de Sao Paulo para ese lapso.

En Itaquera, la estación de metro del estadio Arena Corinthians, varios pasajeros rompieron las rejas de entrada al amanecer. La gente se agolpaba para entrar al contiguo sistema de trenes —que en algunas estaciones opera junto al metro— pero éste tampoco estaba operando en ese lugar. Algunas personas pasaron incluso a las vías, hasta que finalmente los empleados decidieron abrir la estación para calmar el tumulto. “Y éste es el país de la Copa…”, se quejó otra usuaria.

Para facilitar los desplazamientos, la Alcaldía decidió autorizar a todos los vehículos a circular, en vez de alternar por matrículas pares o impares como sucede habitualmente. En la estación Tucuruvi, la cola para tomar un autobús daba la vuelta a una manzana y tenía más de 300 personas, según el sitio G1. La presidenta Dilma Rousseff calificó de “lamentables” estos acontecimientos, consultada por periodistas en Brasilia.

El secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, pidió a los brasileños una “tregua cívica” para acoger a los visitantes que llegarán al país, así como a “despolitizar” la Copa del Mundo. Hace menos de dos semanas, una huelga de choferes de autobús en Sao Paulo provocó embotellamientos y dejó a más de un millón de personas sin transporte.

El sindicato de los 10.000 empleados del metro de Sao Paulo consideró insuficiente la oferta de reajuste salarial anual del 7,8% propuesta por el Gobierno estatal de Sao Paulo. Reclama un aumento del 16,5%. “No es posible aceptar de menos de dos dígitos”, declaró el presidente del sindicato, Melo Prazeres Junior. “Es el mundo real. La inflación del precio de los alimentos y la inflación general son bastante elevados” que la propuesta de las autoridades, subrayó.

Hace exactamente un año, Sao Paulo fue el punto de partida de la revuelta social histórica que sacudió a este país emergente de 200 millones de habitantes en plena Copa Confederaciones. Dentro del calendario mundialista, la selección de Chile era esperada anoche en Belo Horizonte (sureste), sumándose a Australia, Croacia e Irán que ya están en Brasil.

La selección brasileña, en tanto, viajó desde su centro de entrenamiento en Teresópolis (en el estado de Río de Janeiro) a Sao Paulo para enfrentarse hoy a Serbia en su último amistoso antes de la Copa, confiada tras la goleada de 4-0 asestada a Panamá el martes.

Los trabajadores del metro de Sao Paulo decidieron mantener por segundo día una huelga. “La asamblea decidió seguir en huelga, no se llegó a acuerdo más temprano, incluso bajamos nuestra demanda de alza salarial, pero no hubo solución. La huelga se mantiene”, dijo un portavoz.

FIFA está ‘confiada’, según Blatter

La FIFA se manifestó “confiada” en el Mundial 2014 de Brasil a pesar de una huelga ilimitada en el metro de Sao Paulo que continuará hoy por segundo día, afectando a millones de personas. “Nosotros en la FIFA tenemos confianza, el momento será festejado”, dijo su presidente Joseph Blatter justamente en Sao Paulo.

Blatter afirmó ser “optimista” de que “después del puntapié inicial (del torneo, programado para el jueves 12) habrá una mejor atmósfera”, en palabras que reflejan el clima de movilizaciones y protestas que inundó Brasil a medida que se acerca la Copa.

Profesores, policías, choferes, trabajadores “sin techo”: una larga lista de movimientos y grupos en varias ciudades aprovechan la enorme visibilidad de Brasil estos días para plantear sus reivindicaciones, en procura de tener éxito. El secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, sostuvo por su lado que “el sentimiento del presidente Blatter y del comité organizador es: ‘tenemos el control, no tenemos miedo de los próximos días’”.