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La ‘seleçao’ carga el ánimo de todo un país

Enfundada en una bufanda verdeamarela, Ana Carmo, propietaria de un quiosco de Sao Paulo, dice estar lista para la Copa del Mundo, con altas expectativas para su adorada selección. “Están bajo fuerte presión. Están obligados a ganar”, afirma Carmo, de 35 años, que decoró su pequeña tienda de venta de periódicos con una gran bandera brasileña.

Los brasileños siempre aguardan que su seleçao levante el trofeo de la Copa del Mundo cada cuatro años, y más aún ahora que los pentacampeones celebran el torneo en la cuna natal del jogo bonito.

Pero esta vez, el delantero estrella Neymar y sus 22 compañeros enfrentan también la carga de levantar el ánimo de una nación que no esconde su descontento tras una ola de protestas por los millones gastados en acoger la competencia que comienza hoy.

Carmo está contenta de que los jugadores tengan una oportunidad de brillar en casa, pero al igual que muchos brasileños está preocupada sobre el dinero gastado en organizar la Copa.

“Brasil ha invertido y perdido mucho con el costo del torneo. El equipo debe ganar con un estilo ‘bonito’. La Copa es en Brasil. No pueden perder”, dice Carmo con una sonrisa optimista.

Luego de la euforia inicial por la elección de Brasil en 2007 para acoger la Copa, el apoyo popular al torneo ha caído en medio de atrasos en la construcción de estadios y de infraestructura de transporte, elevando la factura a 11.000 millones de dólares.

Un sondeo publicado el fin de semana pasado por la empresa Datafolha refleja el optimismo de Brasil sobre su equipo y el pesimismo sobre el legado del torneo: el 68% cree que ganarán el Mundial, pero el 54% expresa que organizar el torneo traerá al país más perjuicios que beneficios.

Algunos hinchas lanzaron una advertencia a la selección brasileña el pasado viernes, al abuchear a Brasil tras una sufrida victoria 1-0 contra Serbia en un amistoso de preparación para la Copa celebrado bajo lluvia en Sao Paulo.

Lo que está en juego también es mucho para la presidenta Dilma Rousseff, que será candidata en octubre a la reelección y puede enfrentar la ira del país si Brasil es eliminado de la Copa mundial antes de la final del 13 de julio en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.