El seleccionador alemán Joachim Löw se ha apoyado en una serie de hombres de confianza para llegar a la final del Mundial 2014, mañana ante Argentina en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, con un trabajo meticuloso y perfectamente coordinado.
Sin duda alguna el jefe es Löw. Bajo su aire afable y su buen humor, lejos del autoritarismo de otros técnicos, el entrenador ha mostrado tenacidad, preparación y recursos para sacar el máximo partido a su plantilla. La principal virtud que transmite ‘Jogi’ a sus hombres es la serenidad, la capacidad para reflexionar después de las derrotas (final de la Eurocopa 2008 y semifinal 2012, semifinal Mundial 2010) y superar los baches y las críticas en su país.
Cuando ocupó el puesto de ayudante de Jürgen Klinsmann (2004-2006) antes de hacerse cargo del equipo, Löw, antiguo jugador de segundo nivel y con una discreta carrera como técnico en Turquía, Austria y en el Stuttgart, se ocupaba de la táctica.
Contrario al inmovilismo táctico, el entrenador varía continuamente; por ejemplo utilizando a Thomas Müller como falso nueve o en la banda, jugando con un ariete clásico como Miroslav Klose, o cambiando a Mesut Özil del flanco derecho al izquierdo.
Además es un hábil conocedor de las estrategias de comunicación, ya sea para proteger a un jugador al que ha sustituido en el descanso o para pedir al árbitro de las semifinales vigilancia para el juego duro de los brasileños.
“No ha cambiado desde 2004. Entonces ya hablaba con los jugadores, sobre todo de táctica. Es muy humano, habla con todos los miembros del equipo y está preparado para escuchar. Aporta siempre nuevas cosas a los entrenamientos, es un técnico fantástico”, asegura el veterano Klose, siempre presente en la década que Löw lleva en la selección (2004-2014).
Es próximo a los jugadores pero no le gusta atarse a ninguno. En el Mundial 2010 Klose podía igualar el récord de Ronaldo como mejor goleador de la historia del Mundial (15 tantos) en el partido por el tercer puesto pero como no estaba al 100% físicamente, optó por dejarlo en el banco. En el Mundial 2014 no ha otorgado protagonismo a Lukas Podolski, presente en el equipo nacional desde 2004, y uno de los hombres de confianza durante toda su etapa.
En lo que va de la Copa, bajo su mando Alemania no ha perdido ningún partido y su mayor éxito ha sido endosarle siete goles a la anfitriona Brasil, dejándole fuera de la lucha por el título.
¿Y quiénes están por detrás?
Hans-Dieter “Hansi” Flick se asemeja al adjunto ideal, sin interés por llegar a ser un día el jefe. Está previsto que se convierta en el director deportivo de la federación (DFB) después del Mundial y esto es una buena noticia para Löw, cuya relación con los anteriores hombres en el puesto, Matthias Sammer y Robin Dutt, no era la mejor.
Flick, jugador profesional en los años 80 —estuvo en el Bayern de Múnich—, se dio a conocer como entrenador del Hoffenheim, ascendiendo desde las competiciones regionales a la segunda división. Se formó en finanzas y es conocido por los datos que almacena de los futbolistas y de su evolución.
En el momento de hacer balance tras ocho años como adjunto, ‘Hansi’ declaró el jueves: “Siempre hemos analizado el estado del equipo, los jugadores que necesitábamos. Al principio sentamos las bases tácticas y después de 2010 los adversarios nos consideraban de otra manera, esto nos hizo progresar”.
Además, “el equipo detrás del equipo” es fundamental para aproximarse a los partidos. El jefe de los ‘scouts’ (observadores y analistas) es Urs Siegenthaler, suizo de 66 años. Con estudios de arquitectura y jugador profesional en los años 60, ha ejercido como entrenador de club y adjunto a seleccionador en el equipo nacional. Conoció a un joven ‘Jogi’ cuando ejercía de formador de entrenadores en Suiza. Sus asistentes son Christofer Clemens, que forma parte del grupo de estudios técnicos de la FIFA, y Stephan Nopp. “Ofrecemos todas las informaciones”, explicó.