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El arbitraje no quedó fuera de juego en el Mundial de Brasil 2014

Las decisiones arbitrales han suscitado discusiones durante el Mundial-2014, pero no escándalos planetarios como hace cuatro años en Sudáfrica-2010, en un torneo en el que se ha introducido con éxito la tecnología de gol.

Siempre las discusiones

La Seleçao ha estado en el centro de muchas de las polémicas arbitrales del torneo. Normal en un país de 200 millones de habitantes, la mayoría de ellos locos por el fútbol.

En el partido de apertura dio mucho que hablar el penal ‘muy generoso’ señalado por el colegiado japonés Yuichi Nishimura a favor del equipo local cuando empataba 1-1 con Croacia, para terminar ganando 3-1. «íArigato!» (gracias en japonés) tituló con ironía el diario O Globo, gigante de los medios brasileños.

El otro capítulo importante fue la lesión de Neymar, que sufrió la fractura de una vértebra debido a una violenta entrada del colombiano Juan Camilo Zúñiga, que no recibió ni amarilla por sacar a la estrella local del torneo, lo que levantó una ola de indignación en el país.

El escándalo se extendió por todo el mundo cuando el diario alemán Bild publicó que los árbitros habían recibido la consigna de utilizar lo menos posible las tarjetas amarillas, lo que provoca que en muchas ocasiones el juego se volviera más violento, en detrimento de la salud de los futbolistas.

La FIFA se defiende

Walter de Gregorio, director de comunicación de la FIFA, juzgó las acusaciones de la prensa alemana de «inaceptables» y Massimo Busacca, director de los árbitros del organismo que dirige el fútbol mundial, se defendió antes de la final.

«Hay menos tarjetas amarillas porque hay menos faltas, eso es todo. Las lesiones han disminuido en este Mundial», señaló Busacca.

Sin escándalos planetarios

En todo caso, el Mundial en el país del ‘futebol’ ha escapado a un escándalo planetario que marcara el torneo, como sí ocurrió hace cuatro años en los octavos de final entre Alemania e Inglaterra.

Aquel 27 de junio de 2010 en Bloemfontein (Sudáfrica) Alemania ganaba 2-1 a Inglaterra cuando Frank Lampard disparó desde fuera del área y el balón tocó en el larguero para rebotar claramente dentro de la portería. El árbitro uruguayo Jorge Larrionda no dio por bueno el gol e Inglaterra acabó perdiendo 4-1. Las imágenes de televisión no dejaron lugar a la duda y la polémica fue inmensa, empujando a la FIFA a introducir la tecnología.

La tecnología entra con buen pie

El 15 de junio en Porto Alegre pasará a la historia por ser la fecha en la que se utilizó la tecnología para validar un gol en la Copa del Mundo. Fue Francia la que tuvo el honor en una jugada con miga ya que el disparo de Karim Benzema tocó el poste, pero antes de entrar rebotó en el portero de Honduras, Noel Valladares, que introdujo el balón, como contrastaron las cámaras de forma casi instantánea.

Otra innovación menos espectacular pero muy útil fue la introducción del espray con espuma evanescente para marcar la distancia de la barrera en los lanzamientos de falta. Con un sistema tan simple se evita que los jugadores que la forman ganen unos centímetros dando unos pasitos entre que el colegiado pita y el balón se pone en movimiento.

Blatter propone repeticiones

En la víspera del partido de inauguración del Mundial, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, lanzó la idea en el discurso de clausura en el congreso del organismo en Sao Paulo: «¿Por qué no ofrecer la posibilidad al entrenador de protestar al árbitro, y si lo hace, de ver (la jugada) a cámara lenta?».

El presidente reiteró esta sugerencia recientemente en el sitio oficial de la FIFA en un vídeo. Por ahora no es más que una idea y para convertirse en realidad debe pasar por las comisiones de estudios antes de entregar el proyecto a la IFAB (organismo que define las reglas de juego).