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La camiseta sola ya no gana

Brasil entendió que con el peso de su camiseta no se gana el Mundial, ni siquiera en su casa. Lo aprendió de la peor manera, con goleadas humillantes ante la presencia de sus hinchas. Una reforma es necesaria. Borrón y cuenta nueva.

 La Copa del Mundo regresaba a Brasil 64 años después de haber acogido la primera, era la oportunidad de acabar de una vez por todas con el trauma del “maracanazo”. No pasó. Al fantasma de 1950 se le unió un monstruo de siete cabezas llamado “mineirazo”, nacido de la goleada histórica 7-1 sufrida ante Alemania.

 Fue un equipo que entrenó poco, que carecía de grandes figuras y también de un trabajo colectivo compacto, que se mostró en el campo previsible y no evolucionó como otros. Dependía totalmente de su astro Neymar, que terminó quedando fuera del torneo por lesión. De paso, Brasil confió que la camiseta, la hinchada y un himno cantado con sentimiento por decenas de miles podían hacer el trabajo solos. Y quedó cuarta, tras otra goleada 3-0 frente a Holanda ayer

En “su” Mundial consiguió con sufrimiento tres victorias —Croacia (3-1 con ayuda del árbitro), Camerún (4-1 frente a una selección disminuida) y Colombia (2-1 sudado)—, y dos empates México (0-0) y Chile (1-1, en penales).

 Las dos derrotas, ambas por goleada, fueron los únicos partidos que el astro Neymar no jugó, aunque sin ayuda de un equipo armado tampoco hubiera hecho la diferencia.

Después del fracaso de Sudáfrica, donde Brasil cayó en cuartos, comenzó una reforma profunda, que inició Mano Menezes y continuó Luiz Felipe Scolari, artífice del pentacampeonato brasileño en 2002 y ganador de la Copa Confederaciones en 2013 con la base del equipo que disputó el Mundial en Brasil. La presión de ser anfitrión del Mundial  también pasó factura.

Hacia los juegos de rÍo 2016

Olímpicos
Brasil tiene por delante otra gran cita: los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Tras sus últimos fracasos en el fútbol a nivel internacional, intentará como selección anfitriona obtener la medalla de oro olímpica, que jamás ha conquistado.

Feo gesto
La selección brasileña tuvo un feo gesto hacia los holandeses una vez terminado el encuentro. Los de Scolari decidieron no quedarse a presenciar la entrega de premios como terceros del Mundial, pese a ser los anfitriones del campeonato.

No fue penal
Holanda se adelantó a los 3 minutos gracias a un penal señalado por el colegiado argelino Djamel Haimoudi, pero la falta de Thiago Silva fue fuera del área. Además, debió expulsar al brasileño en lugar de mostrarle amarilla.

Que la CBF decida
Luiz Felipe Scolari aseguró que su continuidad al frente de la seleçao depende de los dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). “Debe ser el presidente el que decida. Le entregaremos un informe final y dejaremos entonces que analice todos los datos que necesita”, manifestó Scolari.