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Se busca entrenador

Entrenador, seleccionador, profesor? ¿Cuál es el perfil ideal de quien deba asumir la responsabilidad de dirigir la Selección Absoluta? Entre los bromistas y los mala leche hay dos respuestas: Mandrake o Harry Potter, porque solo un mago, o dos,  podrían ser capaces de transfigurar el raquítico escenario en materia de jugadores con la trayectoria, los merecimientos, o simplemente las condiciones que le permitan al país abrigar la posibilidad de contar con un equipo nacional con capacidad para superar su mal promedio de los últimos 17 años.

Si no tengo claro quién podría ser el nuevo seleccionador, creo saber cuáles son los argumentos a descartar a la hora de la toma de decisiones y el primero de ellos tiene que ver con la nacionalidad del mismo, cuando en plena vigencia de la segunda década del nuevo siglo, lo que se considera, en primer lugar, es el perfil de cada profesional ajustado a las necesidades específicas de cada selección, tal como ocurre, por ejemplo, con Chile y Colombia, que cuentan con responsables de nacionalidad argentina y a los que les ha ido muy bien en eliminatorias y en la última Copa del Mundo.

Bolivia ha tenido en el último tiempo (2006-2010) al boliviano Erwin Sánchez al frente del equipo verde, tomó la posta otro ex futbolista hecho en el país, perteneciente a la misma generación de Erwin, el argentino naturalizado Gustavo Quinteros, pero si revisamos la historia completa deberemos recordar que un brasileño fue el seleccionador del campeón sudamericano de 1963, un vasco español estuvo al frente de la clasificación para USA 94 y otro español fue el responsable del equipo que en condición de local llegó a la final de la Copa América 1997.

En otras palabras, si el seleccionador debe ser boliviano de nacimiento o proveniente de otro país termina convirtiéndose en un falso debate, pues de lo que se trata es de procurar contar con el mejor profesional posible, poseedor de un conjunto de virtudes indispensables que pasan por la formación y la experiencia, y con estas dos cualidades, la Liga boliviana se encarga de demostrarnos cada fin de semana en qué niveles nos encontramos dentro de casa en esta materia.  

Las tareas de quien se hará cargo de nuestra selección se presentarán arduas, pero según mi catálogo de convicciones, será tan o más importante el seleccionador y entrenador de las divisiones menores que se sumará al cuerpo técnico de la selección Absoluta para el periodo 2014-2018 que podría constituirse en el natural relevo de quien tome las riendas para encarar una agenda recargada y compleja debido a que está en puertas la Copa América Chile 2015, la Copa América Centenario 2016 y las eliminatorias sudamericanas para buscar una plaza en la Copa del Mundo a jugarse en Rusia.

Las condiciones objetivas en que Bolivia se encuentra hoy en la tabla competitiva del continente dicen con claridad que en el punto de partida se arrancará con la desventaja de siempre, la de no contar con futbolistas suficientemente calificados como para encarar con relativas posibilidades competitivas para lo que viene. En las décadas de los 70, 80 y 90, Bolivia tuvo cuadros nacionales en los que actuaron jugadores que brillaron dentro y fuera del país. Una lista pensada a vuelo de pájaro nos dice que Erwin Romero, Ovidio Messa, Carlos Aragonés, Miguel Aguilar, Porfirio Tamayá Jiménez, Erwin Sánchez, Marco Etcheverry, Julio Baldivieso, Milton Melgar, Luis Cristaldo, Miguel Ángel Rimba y más atrás, Ricardo Fontana, Juan Américo Díaz, Remberto Gonzales, Juan Farías, Raúl Álvarez, Ramiro Blacut y René Rada, fueron futbolistas con cualidades certificadas con las que hoy no contamos.

El nuevo seleccionador a nombrarse en los próximos días no tendrá, por lo tanto, otro material humano muy distinto del que dispuso Xabier Azkargorta durante la segunda parte de las eliminatorias pasada y para los cuatro partidos amistosos que dirigió, cerrando su segundo ciclo al frente de la selección boliviana, y que hasta hoy lo sitúan como el más gravitante seleccionador de todos con los que ha contado el país.

La próxima selección boliviana tiene una durísima tarea que enfrentar. Quienes vayan a conformarla deberán experimentar una súbita y radical mejora de sus rendimientos, frente a rivales que tienen al 90% de sus figuras, actuando en ligas europeas y beneficiándose de las exigencias de torneos en que la condición física es una prioridad competitiva. En ese contexto, ya lo sabemos, Bolivia está a la zaga y lo bueno que pueda suceder con nuestro fútbol debe pasar, ineludiblemente, por un proceso de por lo menos dos décadas, que por cierto, todavía no ha comenzado.

Julio Peñaloza Bretel es periodista. Responsable de Historia y Estadísticas de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).