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Dilapidó a un precio muy alto

Universitario redondeó una muy buena primera etapa, pero, lamentablemente, no sucedió lo mismo tras el descanso. El local encontró una veloz apertura del marcador —con todo lo que eso significa— a través del uruguayo González y mantuvo casi siempre a su rival lejos del arco de Robles. Gran mérito, por cierto, considerando la calidad de Tigres (invicto en lo que va de la Copa), que padeció la presión alta y no por nada recién se acercó con peligro transcurrida la media hora, cuando Álvarez la cruzó ancha desde interesante posición.  U de Sucre atesoró el balón —lo que no sucedió en el complemento— y desconcertó al equipo mexicano. Lo desinfló.

Sin embargo, el cotejo cambió radicalmente en el periodo final. El visitante se puso las pilas. Recobró el protagonismo extraviado y el empate de Esqueda, cuyo ingreso por Guerrón resultó determinante, se constituyó en un mazazo del que el dueño de casa no pudo recuperarse (tanto en lo anímico como en lo  futbolístico). Por eso prontamente sufrió la desventaja, mediante Álvarez.

Los cambios no le aportaron mejoría a Julio Baldivieso. Y es que sus hombres perdieron la pelota extremadamente rápido. Entonces, salvo algún remate de Castro, y el peligro resultante de algún tiro libre sobre el área —donde Guzmán, por lo general, impuso su estatura— no hubo mucho más como para vislumbrar siquiera el empate.

Quedó la sensación de que el elenco de tenida anaranjada dejó escapar, como agua entre las manos, no solo la ventaja, sino la productividad del episodio original. Es cierto que enfrente estaba un adversario de jerarquía, pero la circunstancia del juego, y la gravitación del marcador, daban para una respuesta diferente luego del intermedio. A un oponente como Tigres no se le puede otorgar ninguna ventaja. Ahí está el resultado y la llave, más que complicada. Aunque como esto es fútbol —y Universitario parece sentirse más cómodo en terrenos ajenos— cabrá esperar el transcurrir la revancha o, si se prefiere, la sentencia de la historia.

(*) Óscar Dorado es periodista.