Bolívar tiene ahora dos Arrascaita
Hermanos Jaime está hace tiempo en el primer plantel; Gustavo, el menor, ha llegado al equipo preprofesional
Bolívar tiene ahora dos Arrascaita en sus equipos de fútbol. Uno, Jaime, está en el primer plantel desde hace tiempo, donde ya se consolidó, incluso llegó a jugar en la selección boliviana en las anteriores eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014. El otro es su hermano menor, Gustavo, que milita en el equipo preprofesional, comenzó a surgir y tiene grandes aspiraciones para el futuro, también vinculado al equipo académico.
Gustavo Arrascaita llegó hace seis meses a la división previa a la Primera de la Academia. Lo trajo su hermano y rápido se ganó un lugar en el equipo que dirige Óscar Villegas, el encargado de las divisiones inferiores celestes, destacado por ver jugadores, trabajarlos y promoverlos para que actúen en el profesionalismo de nuestro país.
“Me gusta mucho el fútbol, mis papás querían que nosotros seamos jugadores profesionales y en eso estamos. Empezó Jaime, se dieron las cosas y ahora yo quiero seguir sus pasos. Con la ayuda de mis padres espero lograrlo”, de acuerdo con Gustavo.
Admite que es “complicado, estoy en ese proceso y hay que trabajar mucho. En todo caso, creo que cuento con el apoyo del profesor Óscar Villegas y mi sueño es llegar al primer plantel. Quiero ser mejor que mi hermano y debutar igual que él, hacerlo en Bolívar”, agregó.
Gustavo Arrascaita se desempeña como mediocampista mixto. Nació en La Paz el 31 de marzo de 1998, o sea es cinco años menor que Jaime (2 de septiembre de 1993), quien es volante ofensivo. Juegan en la misma línea, pero en diferentes posiciones.
El sueño que tienen ambos es de jugar juntos en la Liga, luciendo la misma camiseta.
“Mi padre (su nombre es Jaime) siempre nos inculcó para jugar al fútbol, en el caso mío me guió en mis primeros pasos en este deporte. Incluso tuvimos la oportunidad de jugar juntos en un torneo que se disputó en Santa Rosa de Mapiri, lo hicimos por el equipo de la Cooperativa Unificada Andina, y ahora lo apoya a Gustavo para que además crezca en el fútbol. Tenemos una familia muy unida”.
También su madre, doña Cecilia, estuvo con ellos y los ha alentado para que jueguen, aunque “con la condición de terminar el colegio, así que no nos descuidamos y primero salimos bachilleres en Santa Rosa de Mapiri. Ahora quiero organizar mejor mi tiempo y estudiar alguna carrera técnica, en ello estoy pensando para darles otra satisfacción a mis padres”, sostiene el mayor de los Arrascaita.
‘Jaime tiene buen dominio; Gustavo es más pícaro’
Jaime Arrascaita, padre de los dos jugadores de Bolívar, también fue futbolista, aunque no profesional. Recuerda que en los años 80 integraba la selección de su natal Chicaloma (provincia Sud Yungas) en los torneos interyungueños.
“Cómo no voy a recordar esa linda época, me gustaba jugar en la defensa, era marcador central y aquello vio Jaime que en muchas ocasiones me acompañó. Desde pequeño él era fanático por el fútbol e hincha de Bolívar, así que lo apoyé y lo guié, y ahora es el turno de Gustavo, que quiere seguir sus pasos”.
Como los conoce bien, hace la siguiente comparación: “Jaime tiene dominio de balón y es rápido, tiene velocidad; pero Gustavo es más pícaro. Ojalá el mayor pueda volver a su nivel y con el tiempo logre emigrar al exterior, porque considero que tiene condiciones. Ahora empezó el menor y creo que será mejor que Jaime por su personalidad. Igual desde pequeño le gustaba la pelota, nos dijo que quería probar suerte en Bolívar y le dimos el permiso”.
Los Arrascaita tienen otro hermano más, Nelson, de solo seis años. “Me imagino que también nos saldrá futbolista y como los mayores va a querer jugar. Pero él es chico todavía, igual si Dios quiere le vamos a dar nuestro respaldo”.
Son sobrinos de Juan y Luis Iriondo
La madre de los hermanos Arrascaita lleva el apellido de una familia ilustre en el fútbol yungueño y boliviano, ella es doña Cecilia Iriondo.
Los hermanos Iriondo, Juan y Luis jugaron en The Strongest. Ambos ya fallecieron. El primero de ellos fue víctima del accidente de Viloco, en 1969. Su hermano empezó a jugar luego.
Doña Cecilia ve hoy a sus hijos con buen futuro, a quienes les desea éxito, pero también les inculca valores para que no desperdicien esta oportunidad. “Les vi haciendo travesuras cuando eran chicos y ahora los apoyo en su decisión de ser jugadores”.
Los Iriondo “somos conocidos en Coripata y en todo Yungas, mi familia es de futbolistas y creo que mis hijos heredaron algo de eso porque son iguales que sus tíos, juegan bien, tienen buenas patas como decimos allá. Pero también son estudiosos, no me quejo porque me salieron bien y no tengo nada que decir, no hacen renegar ni nada parecido. Sí fueron traviesos como todo niño, siempre se perdían y los hallábamos en la cancha. Aunque ambos nacieron en La Paz se criaron en Santa Rosa de Mapiri, donde vivimos hace 22 años”.
Jaime “ya está en el fútbol y ya nos ha dado alegrías, ahora Gustavo está empezando y ojalá que sigan adelante. Como padres no nos queda más que apoyarles y enseñarles a que sean disciplinados para triunfar”.