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Impresionante bienvenida

Miles de bolivianos, extendidos en los cientos de kilómetros de la ruta desde la entrada en la fronteriza Villazón hasta Uyuni, ofrecieron por tercer año consecutivo la mejor bienvenida a los pilotos del Dakar, que ayer ingresó al país cumpliendo la quinta etapa de la carrera. “He corrido muchos rallies, pero nunca he visto algo así. Nunca he visto tanta gente, es impresionante”, dijo el piloto del coche 315, el finlandés Mikko Hirvonen, cuando subió a la rampa final de la etapa.

La fiesta mayor de una jornada inolvidable se vivió en la avenida Ferroviaria de Uyuni, donde un túnel humano y de banderas bolivianas fue formado para que cada piloto lo recorriera hasta justamente la rampa, lugar en el que se hizo sentir la ovación principal de la afición, sobre todo cuando llegaron los pilotos bolivianos.

A las seis de la mañana el público ya estaba ubicado en Villazón esperando a los competidores (ver nota en la siguiente página). En esa localidad fue largada la especial del día. Entre la argentina Jujuy, pasando por La Quiaca, y Villazón, motos, cuadriciclos, coches y camiones cumplieron el enlace de 315 kilómetros.

El calor humano lo empezaron a sentir cuando centenares de personas los recibieron en Villazón, luego al pasar por Tupiza y mucho más a su arribo a Uyuni, primero a la meta de la especial —donde se agolparon centenares de personas— y más aún en la ciudad, donde por varias cuadras miles de personas los recibieron gritando y haciendo flamear la bandera boliviana.

“Increíble fiesta en el podio”, escribió en su sitio oficial en la red social Twitter la organizadora del Dakar, mientras en otro mensaje puso “Súper cálida bienvenida” y mostró fotos de pilotos extranjeros que a su paso saludaban a la gente, emocionados por el recibimiento. Algunos pilotos, como el español de motos Gerard Farres, frenaron a su paso, se bajaron de su vehículo y fueron a saludar a las personas, a abrazarlas y a devolverles el cariño que recibieron.

Farres, con la tricolor nacional en una de sus manos, fue el más expresivo con los aficionados. El español de autos Nani Roma declaró que “es un placer llegar a Bolivia y ser recibido así” y agradeció “porque esta gente entiende lo que hacemos”, en alusión al esfuerzo que ponen para participar en la carrera más difícil y peligrosa del mundo.

El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, estuvo en el palco oficial encabezando la bienvenida a los visitantes. Después de saludar al Mandatario, el piloto de autos, el sudafricano Giniel de Villiers, uno de los más famosos de la carrera, dijo que “es hermoso volver al país, son hermosos sus paisajes. Le agradezco además a la gente por su calidez”.

La jornada fue larga. Mucha gente permaneció en sus lugares —a pesar del paso de las horas— a la espera de los coches y sobre todo los camiones, que empezaron a desfilar al promediar la tarde. “Las moles” fueron una atracción aparte por su tamaño, en la primera vez que entraron a Bolivia.

Los datos

Tercera vez

Bolivia recibe al Dakar por tercera vez. La primera fue en 2014. En la edición de 2015 el recorrido fue otro, aunque también llegó a Uyuni. En cambio, la de este año se pareció al de la primera, por su ingreso por Villazón, donde hubo mucha gente.

Agradecidos

Pilotos extranjeros hablaron de lo cansadora de la prueba y de la altitud, pero sobre todo agradecieron el recibimiento. Alguno dijo que fue incomparable.

Villazón dio el primer abrazo a visitantes

Jorge Asturizaga

Los primeros aficionados “afortunados” fueron pobladores de Villazón y quienes, sin serlo, viajaron hasta esa ciudad en la frontera con Argentina para abrazar a los pilotos. Así como los competidores madrugaron en Argentina, en Bolivia lo hizo la gente y demostró una vez más su gran pasión por el Dakar.

Muchas personas fueron hasta el puente que sirve de paso fronterizo para demostrar su cariño y con aplausos premiar a los pilotos por su coraje para afrontar la prueba más difícil de raid del mundo. En ambos lados del lugar hubo mucha gente que ordenada esperó paciente. Portando la tricolor, saludó el paso de las motos, en primera instancia. Luego, los cuadriciclos, autos y camiones.

La primera gran emoción fue cuando apareció Juan Carlos Salvatierra para cumplir con el trámite y después largar. Ya en su casa, el Chavo saludó a los espectadores, no se detuvo, pero dirigió su máquina con una mano y con la otra retribuyó el aprecio del público.

Luego fue el turno de Wálter Nosiglia, quien en los primeros kilómetros lució un rompevientos amarillo para mitigar el frío matinal. Fue la segunda vez que la carrera ingresó por Villazón. En la edición de 2014 —la primera vez por Bolivia— también los pilotos irrumpieron en esa población del departamento de Potosí.

Tupiza se volcó a la carrera

Prueba

En plena prueba especial cronometrada, el paso más importante de los corredores fue por Tupiza, donde la respuesta de la gente fue espectacular. Ésta se dio el gusto de ver el paso de los competidores en carrera. Además, hubo imágenes espectaculares cuando las máquinas se   metieron por el río.

‘A cada paso’

Wálter Nosiglia, piloto boliviano, dijo que en ningún momento se sintió solo, porque “a cada paso había gente apoyándonos”. Es que en diferentes puntos de la ruta los pilotos se encontraron con espectadores agitando banderas, gorras y lo que podían para alentarlos. “El apoyo en el camino es impresionante”, resumió chuquisaqueño.

Unas 100.000

Los cálculos iniciales que las autoridades todavía deben tabular para mayor precisión apuntan a que ayer hubo en Uyuni unas 100.000 personas dando la bienvenida al Dakar. En cambio es difícil entregar una estimación de cuánto público estuvo en la ruta de la etapa.

El ‘Everest’

La carrera alcanzó ayer su punto más alto cuando entre el sexto y séptimo control las máquinas pasaron a una altitud de 4.600 metros sobre el nivel del mar. La agencia española de noticias EFE graficó esta situación llamando al país como el “Everest del Dakar”, en alusión a la montaña más alta del mundo, donde los competidores lograron hacer “cumbre”.