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Nadie como Peter, ‘Monsieur Dakar’

Nadie podrá igualarlo, no habrá otro igual”, habían sido las palabras en 2013 del presentador oficial en Buenos Aires cuando anunció el triunfo del piloto francés Stéphane Peterhansel en coches, en lo que parecía la última gran faena de Monsieur Dakar.

Sin embargo, a su leyenda el sábado le sumó al menos un capítulo más, la duodécima corona; pero quizás una de las más especiales al llevar a la marca francesa Peugeot a su primera conquista desde su regreso al Dakar el año pasado.

Muy cerca había quedado, en 2000, cuando con Aixam-Mega la marca quedó segunda en coches, apenas 12.33 minutos detrás de su compatriota Jean-Louis Schlesser.

A los 50 años, el nacido en Échenoz-la-Méline logró sumar a su palmarés su duodécima conquista del Dakar, seis en motos (1991, 1992, 1993, 1995, 1997 y 1998) y seis en coches (2004, 2005, 2007, 2012, 2013 y 2016), para agigantar el mito.

Con su inseparable y fiel copiloto de aventuras, Jean-Paul Cottret, la leyenda de las motos transfirió desde 1999 ese espíritu ganador a los coches.

En esta octava edición sudamericana del Dakar volvió a dar una muestra de que su historia no se escribe en pasado, sino que es un presente vivido y aún con perspectiva de futuro.

Pasaron 28 años de aquel estreno con Yamaha y, desde entonces, fueron 68 etapas ganadas para un apellido que, sin duda, se ha transformado en el primer sinónimo del Dakar.

“La victoria más hermosa para mí será siempre la primera, en motos (…), pero ganar con Peugeot a los 50 años sería grandioso”, había enfatizado Peterhansel antes de embarcarse hacia Buenos Aires para su vigésima sexta participación en la carrera de aventuras más exigente del mundo.

Sus conocidos ratifican que el tiempo pasó, pero que las mañas son las mismas de aquel chaval que a los 14 años fue campeón de Francia en monopatín, que pasó por las motos enduros, motocross y supercross hasta llegar al Dakar.

Meticuloso hasta el milímetro, supersticioso in extremis y con una autoexigencia extraordinaria con su labor al volante, Monsieur Dakar siempre responde que no hay una receta para ganar esta prueba, aunque 12 trofeos se exhiben en su vitrina personal en su casa alpina, a 10 kilómetros de Ginebra.

Su primera victoria fue ‘la más hermosa’

AFP – Río Cuarto

A pesar de que la victoria del sábado tiene un sabor especial, porque pudo igualar su récord de motos en autos, para Stéphane Peterhansel no ha sido la más importante de su carrera.

“La más hermosa seguirá siendo siempre la primera, en motos, en 1991, hace 25 años”, asegura.

“Al principio era un sueño simplemente participar en el Dakar, ni siquiera ganarlo. Por eso, ésa será siempre la más importante”.

Los siguientes triunfos también llegaron en motos antes de pasarse a las cuatro ruedas en 1999. Entonces tuvo que esperar cinco años antes de ganar su primer Dakar con su auto, en 2004, con un Mitsubishi.  

Después, dos nuevos títulos en 2005 y 2007 con el constructor japonés y otros dos con la marca Mini en 2012 y 2013.

Su vigésima sexta participación en el Dakar se completó ahora con su duodécimo éxito y “la última gran motivación de su carrera” se ha cumplido, aunque Peterhansel estará “probablemente” en la salida de la edición de 2017.

“El último gran desafío en mi carrera era conseguir el mismo número de victoria en coches que en motos. Y ya está. No sé muy bien si me queda alguna motivación así de importante”, agregó el francés abriendo una interrogante sobre su futuro.

Tras dos semanas extenuantes en las que pudo conseguir el objetivo del equipo, “porque mostramos un Peugeot de nivel”, ahora será tiempo de descansar.

“Lo único que lamento es el abandono de Carlos (Sainz) porque me hubiera gustado que los cuatro coches (del equipo) hubiéramos finalizado la carrera”, completó el rey absoluto del Dakar.