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Otra estrella para una rica historia

La estrella número 12 lograda ayer por Wilstermann se suma a una vieja historia escrita con rótulo de hazaña, páginas que el equipo rojo ha diseñado con letras de oro como premio a su perseverancia; tardes y noches de coronación, vuelta y copa.

Los ciclos dorados, engalanados con collares de perlas, corresponden a los títulos de 1958, 1959, 1960, 1967, 1972, 1973, 1980, 1981, 2000, 2006, 2010 y ahora el de 2016.

Como en las épocas de esplendor, con el nuevo logro el estadio Félix Capriles estalló con sus mejores galas, con los devotos del rojo al límite del éxtasis, las gargantas enrojecidas, los corazones palpitando, las manos bañadas de nerviosa humedad. Con la tarde ruborizada por la fiesta del campeón.

La historia de leyenda de Wilstermann empezó justo con el nacimiento del añorado campeonato Mixto, que tenía como actores a los equipos de La Paz, Oruro y Cochabamba. Fue antes del debut en la primera versión del certamen de 1955 que en una especie de examen Wilstermann tuvo que vérselas con Bolívar de Ugarte, Mena y Santos, al que derrotó 6-3. Meses más tarde, ya en partido oficial, Bolívar se tomaba la revancha con un 7-5 de película.

En 1955 empezó a germinar el gran equipo que deslumbró en 1958 hasta consagrarse como el tercer campeón del Mixto, aventajando al subcampeón Municipal con cuatro puntos.

Al año siguiente de nuevo campeón, logrando el “bi” con cinco puntos más que el subcampeón Always.

La vida del Mixto tres ciudades tuvo un periodo de cuatro ediciones, porque a partir de 1960, bajo los auspicios de la FBF, se jugó el primer y único torneo Liga Mayor del que participaron: Bolívar, Always Ready, Chaco, Municipal de La Paz; San José e Internacional de Oruro; Aurora y Wilstermann de Cochabamba. Se formaron dos series, de ellas se clasificaron Aurora, Municipal, Bolívar y Wilster.

Del cuadrangular se disputaron tan solo dos fechas, en las que los vencedores fueron Municipal y Wilstermann. A la tercera no se presentaron los equipos de La Paz, por lo que la FBF decidió que la final la jugaran los cochalas, y salió airoso en partido extra el aviador. Hasta ahí llegó la brillante trayectoria del cuadro del primer ciclo de oro.

La etapa de transición duró seis años, justo como ahora. Demorando bastante en armar un equipo de nivel hasta que en 1967, retomando protagonismo con resabios del gran equipo del pasado, más la aparición de un jovencito nacido en Santa Cruz, Limberg Cabrera Rivero, y el aporte del sobrio capitán Osvaldo Villarroel, el rojo campeón superó como visitante a Always y Bolívar.

Cuatro años pasaron hasta que sin darse cuenta un grupo de dirigentes de la nueva camada hizo posible el nacimiento del segundo equipo de oro. Ya no estaba Renán López luciendo la camiseta 10. Había necesidad de reemplazarlo, ¿quién? El destino quiso que fuera brasileño, nada conocido al comienzo, pero después idolatrado: Milthon Teodoro Joanna, el que luego formaría una formidable dupla con Cabrera-Rivero. Wilstermann fue bicampeón de 1972 y 1973.

Llegaron otros años de oscuridad hasta que en nuevo golpe de suerte el club se topó con un mundialista, uno de los componentes de la fenomenal delantera de Brasil 1970: Jair Ventura Filho, más conocido como Jairzinho. Sin pensarlo dio paso al tercer y último ciclo de oro junto con Taborga, Salguero, Trigo, Navarro, Villalón y Arias. Los componentes de otro cuadro de leyenda y bicampeón: 1980 y 1981.

Previo a la obtención de la octava estrella, que los aviadores lograron en campo neutral (estadio Siles de La Paz), nunca antes se había dado un largo periodo de oscuridad y sequía, nada más y nada menos que 19 años sin títulos, bien aprovechados por el hoy rey de copas ligueras: Bolívar.

Corría enero de hace 16 años cuando la dirigencia bajo el mando de Alfredo Salazar iniciaba el nuevo proceso en busca del gran sueño. El primer paso fue contratar a un entrenador experimentado: Jorge Habegger.

La base la formaron desde el arco con el ya experimentado Mauricio Soria, más el aporte de jóvenes en busca de éxitos: Gonzalo Galindo, Limberg Méndez, Carmelo Angulo, Diego Bengolea. Vino alguien que llegó a ser figura: Pedro Alberto Guiberguis y el brasileño Leandro Ramos.

La misión era romper el maleficio de 19 años sin logros, que finalmente concretaron al ganar el primer tramo y el derecho a disputar la final con el vencedor del segundo, ese fue Oriente, al que derrotaron en los penales. El último convertido por Rafael Salguero le daba realidad al sueño de campeón.

La coronación de 2006 es una de las más recordadas por la novedad del rombo en tres cuartos de cancha que aplicó el joven técnico Mauricio Soria, bien interpretado por Sacha Lima, el brasileño Carioca, los argentinos Junco y Juárez, que hicieron brotar el fruto en el Capriles derrotando a Real Potosí.

De la mano del técnico Eduardo Villegas y con nombres que ganaron reconocimiento tras obtener otra corona, Wilstermann superó a su clásico adversario Aurora 2-1 en un partido muy recordado. Fue el campeonato de 2010 con nombres como Daniel Vaca, Niltao, Cristian Vargas, Miguel Ortiz, Amílcar Sánchez, Fernando Sanjurjo, Wálter Veizaga, Édgar Olivares y el uruguayo Nicolás Raimondi.

Con el mismo sentimiento, Wilstermann hace un nuevo brindis: salud campeones por esa incontenible solidaridad de grupo, la que los transportó hasta la estación de la felicidad y de campeonato.

A los valores que forjaron la estrella número 12, justo en el Félix Capriles como en las épocas de apogeo y títulos, desde ayer, domingo 22 de mayo, los más nombrados por la feligresía son: Raúl Olivares, Omar Morales, Edward Zenteno, Marcelo Bergese, Cristian Machado, Edivaldo Rojas, Thomaz Santos, Marcos Pirchio y Óscar Díaz. Pero también: Enrique Díaz, Juan Pablo Aponte, Miguel Suárez, Gustavo Rodas, Gustavo Salvatierra. Todos guiados por el rosarino Julio Alberto Zamora, un técnico a quien pocos le tenían fe.

Óscar Galdo es periodista, director del programa Ovación.