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Pocos logros en 90 años

Un título sudamericano logrado en 1963, un subtítulo en 1997 y una clasificación por mérito propio a un Mundial, después de superar por única vez las eliminatorias, son muy pocos logros para 90 años de existencia de la selección boliviana de fútbol.

Pasado mañana, el miércoles 12 de octubre, se recordará el debut oficial de la Verde  en la competición internacional, fue en un Campeonato Sudamericano (hoy Copa América) realizado en Chile.

Históricamente, aunque en Bolivia el fútbol es el primer deporte, las grandes victorias son escasas, de paso son alegrías pasajeras y no un producto de procesos organizados y bien llevados, sino de la circunstancial aparición de camadas de futbolistas que coincidieron en un buen momento.

En 1963, la selección ganó el título del torneo que organizó el país, ni antes había hecho un adecuado trabajo para lograrlo ni después pudo mantenerse en el mismo nivel.

Sucedió lo propio 30 años después: en 1993 se juntaron dirigentes con una idea diferente, un técnico que vio la oportunidad para dar un gran salto, jugadores que destacaban individualmente e incluso una huelga que paró el fútbol profesional durante meses y fortaleció al equipo. El resultado de un buen trabajo fue la clasificación al Mundial de Estados Unidos de 1994.
Han pasado 23 años, otras cinco Copas del Mundo y Bolivia es la de antes —la de casi siempre—, una selección estancada o, peor aún, mayormente en retroceso.

La historia de la selección boliviana no contempla un verdadero proceso desde sus raíces, porque jamás hubo tal: atención y trabajo en divisiones inferiores, seguimiento, fortalecimiento, competencia, surgimiento de nuevos valores como producto de ello. Más bien los intentos —si los hubo— por armar algo parecido fueron vanos, se interrumpieron rápido, no recibieron el espaldarazo adecuado y por eso, salvo un par de agujas en el pajar, son 90 años sin mucho que festejar.

El fútbol boliviano necesita cambiar de verdad, generar conciencia en los dirigentes, los de la federación, de la Liga, de los clubes, en la necesidad de invertir desde abajo; de lo contrario la selección va a seguir cumpliendo años y recordando sus pocos logros, o quizás hasta se olvide de ellos.