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A un año de los Juegos

Falta exactamente un año para que comiencen los Juegos Deportivos Sudamericanos Cochabamba 2018 (del 8 al 20 de mayo), el evento multidisciplinario más importante del continente. Hasta ahora solo se llevaron a cabo en el país una vez, en 1978.

La ciudad valluna fue elegida sede en diciembre de 2013, a la vez todo Bolivia asumió la responsabilidad, sobre todo en dos aspectos: construcción de infraestructura y organización. Han pasado desde entonces tres años y pico.

Aunque quienes están al mando de todo ven con optimismo los avances realizados, desde afuera cabe una palabra de preocupación por los retrasos que son evidentes.

La Villa Sudamericana, el complejo habitacional que durante dos semanas alojará a unos 5.000 participantes, tiene avances en su construcción del 40%, según los datos oficiales. Falta un 60% y no es que quede un año para completar los trabajos, sino que de acuerdo con los plazos éstos deben estar listos a más tardar en enero de 2018.

Pero en un evento de estas características lo principal no es la villa sino los escenarios deportivos en donde se efectuarán las pruebas. No todos hay que construir, pero la mayoría de los nuevos —12 de los 34 que fueron elegidos— tienen escaso avance o, en algunos casos, ni siquiera eso.

Cochabamba 2018 proyecta estrenar escenarios para las disciplinas, entre otras, de atletismo, natación y sus derivados, ciclismo, bowling, gimnasia, patinaje, pelota vasca, squash y tiro deportivo. Un 23% de avance es el mejor reporte hasta ahora.

Cabe, sin embargo, admitir la palabra de los organizadores en sentido de que se están cumpliendo con los plazos; igual, el tiempo dirá si están en lo correcto.

Al margen de la infraestructura, la pregunta es cuánto ha avanzado la preparación del equipo Bolivia, anfitrión de esa cita. Las noticias no son alentadoras. En realidad, ya no hay manera de que en un año se pueda recuperar todo el tiempo perdido.

Lo último que se sabe es que los deportistas nacionales de élite empezarán a recibir apoyo este mes, pero solo la mitad de ellos, debido a que el presupuesto no alcanza para el total. Surge entonces lo de siempre, la escasa inversión que sobre todo el Gobierno hace en la preparación de nuestros deportistas, sin contar con que la mayoría está abandonada a su suerte, a lo que puedan hacer sus federaciones y los mismos deportistas cuyas ganas son las de tener la mejor participación posible.