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Venezuela es un ejemplo

No es Brasil o Argentina —las tradicionales potencias de Sudamérica—, sino que es Venezuela una de las selecciones semifinalistas del Mundial Sub-20 de fútbol que se disputa en Corea del Sur. Su próximo rival será Uruguay —que también persigue su primer título en la categoría— y si lo derrota, como ha hecho hasta ahora con todos los equipos a los que se ha enfrentado en fase de grupos, octavos y cuartos de final, jugará ni más ni menos que por la corona.

Inimaginable pensar hace unos años en semejante cosa: que un equipo “chico” como el venezolano, representante de un país en el que el fútbol no es el primer deporte, sino el segundo o el tercero, se esté codeando con los mejores del planeta.

No es una casualidad, sino el producto del trabajo en el marco de un proceso. Hace rato que Venezuela está explotando las condiciones de su niñez y juventud dándoles los instrumentos adecuados para formarlos, está invirtiendo en ellos para contar con una generación que quizá con el tiempo logre hacer realidad el sueño mayor: jugar un Mundial de la máxima categoría y llegar, quién sabe, tan alto como lo están logrando estos chicos.

Debería ser un ejemplo para el fútbol boliviano. Cuándo llegará el día en que nuestros dirigentes atiendan la formación, esta parte primordial para dotar a las asociaciones, a los clubes, a nuestras selecciones de un buen elemento; y que dejen de lado, de una vez por todas, la improvisación.

No hay que vivir de ilusiones si, por ejemplo, uno ve el nuevo Estatuto Orgánico de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) recién aprobado. Con algunos matices es más de lo mismo.

Las estructuras no se han tocado, no hay artículos para incentivar a las bases, para darle un real apoyo a las divisiones inferiores, todo eso que realmente necesita y pide a gritos el fútbol boliviano. Eso está, de nuevo, en manos de la voluntad —si la tienen— de los “eternos” dirigentes, cuya preocupación ha vuelto a ser cómo repartirse los cargos y no cómo hacer que los fracasos de hoy se conviertan en los éxitos del mañana.