Icono del sitio La Razón

Los 25 años de un inolvidable hito

Los seleccionados de 1993 organizan un reencuentro: el 19 de septiembre se reunirán en La Paz conmemorando los 25 años —las Bodas de Plata— de la clasificación de Bolivia al Mundial de Estados Unidos de 1994, que ellos protagonizaron.

El fútbol nacional tiene dos hitos a nivel internacional: en 1963 Bolivia obtuvo su primer y único título hasta ahora de Campeón Sudamericano; y 30 años después, logró su única clasificación a un mundial por mérito propio.

Fue la última vez que unas eliminatorias mundialistas se disputaron en Sudamérica por grupos. La llave en la que estuvo la Verde se jugó entre el 18 de julio y el 19 de septiembre, duró exactamente dos meses.

Pero el proceso comenzó en septiembre de 1992 con la elección de un nuevo Comité Ejecutivo de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF). En realidad, no hubo votación, sino que Guido Loayza y compañía fueron proclamados en un Congreso realizado en Sucre. Un puñado de dirigentes, en su mayoría bolivaristas —como Loayza—, se puso a la orden y comenzó a dar los primeros pasos.

Mario Mercado, presidente de Bolívar, fue personaje vital. Con Loayza manejaron la idea de romper esquemas y traer un entrenador que entendiera el proceso que se quería encarar. Cuando en una conferencia de prensa realizada en el Gran Centro de Obrajes, don Mario hizo el anuncio sobre quién fue elegido como nuevo DT, el español Xabier Azkargorta era para la mayoría “un desconocido”.

En esos tiempos en que no había Google, una colección de la revista El Gráfico ayudó a dar con Azkargorta. Al día siguiente del anuncio, la foto del vasco con Diego Maradona en una clínica de España, publicada en el suplemento deportivo del periódico Presencia —ya desaparecido— fue el primer contacto con los bigotes del joven licenciado médico, exfutbolista y entrenador.

Una casa en Obrajes —no muy apegada a la avenida principal— fue la primera residencia de Azkargorta en La Paz. El DT llegó un día casi de madrugada y sus primeros invitados para tomar un café —lo único que había disponible— eran el periodista y el reportero gráfico que fueron a recibirlo al aeropuerto. “Solo tengo tazas, aún no hallé los platillos”, matizó el vasco.

La FBF no tenía dónde caerse muerta. Las arcas de la entidad estaban vacías. Los dirigentes debían utilizar su creatividad para poner a andar la maquinaria. En Cochabamba había una estructura de edificio a medio construir. En La Paz, Loayza puso a disposición unas oficinas de su empresa en la avenida Arce y, además, la casa del dirigente y la de Azkargorta también sirvieron para recibir un montón de reuniones que tenían que ver con el proyecto.

¿Por cuánto vino Azkargorta? Mercado puso una parte del dinero para traerlo ya, pero había que poner algo más. Como la FBF no disponía de fondos, Loayza —según él mismo contó en su momento— se prestó una suma de su esposa.

Azkargorta ya estaba, pero Bolivia actuó sin él en la Copa Nehru de India, en enero de 1993. A esa cita fue una selección con pocos futbolistas que después serían parte de los 25 elegidos para las eliminatorias.

Más cerca de esa selección, el grupo participó en una inédita concentración en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona, a la vez que jugó algunos encuentros amistosos.

La Copa América de Ecuador (15 de junio al 4 de julio de 1993) fue el primer test oficial fuerte para la Verde de Azkargorta. Antes del viaje, el entrenador “comió” sus primeros sapos en La Paz, cuando un puñado de gente le gritó de todo en el estadio Hernando Siles después de una derrota ante Chile en un partido amistoso (1-3): “Vasco, te la comiste” fue “una de las cariñosas portadas” que le dedicaron, según él mismo.

En Ecuador, Bolivia solo cayó ante Argentina 1-0 (en Guayaquil), porque luego empató con Colombia 1-1 (en Machala) y México 0-0 (en Portoviejo). Aunque terminó en último lugar de su llave y no avanzó a la siguiente fase, el buen fútbol de ese seleccionado comenzó a emerger.

Después de dormir en el piso del aeropuerto de Caracas, Bolivia logró un espectacular triunfo de 1-7 en Puerto Ordaz, frente a Venezuela, el 18 de julio de 1993.

Fue un hito ganarle a Brasil 2 a 0 en La Paz. Luego de un penal fallado por Erwin Sánchez, una acción individual de Marco Etcheverry y otra definición de Álvaro Peña le dieron el triunfo a la selección, que terminó con un invicto de 40 años de su rival en eliminatorias (18 de julio).

Ese partido dio origen a una canción de la Familia Valdivia: Bolivia gana y se va al Mundial. La misma retumbó en todos los rincones del país y hasta hoy es recordada.

Casi una anécdota es el recuerdo posterior de un dopaje positivo del jugador boliviano Miguel Ángel Rimba, por haber tomado un mate de coca igual que el brasileño Zetti. La FBF hizo la defensa y ambos futbolistas fueron liberados de culpa y siguieron jugando.

El 8 de agosto la Verde se impuso a Uruguay por 3 a 1, a Ecuador por 1 a 0 el 15, a Venezuela por 7 a 0 el 22. Hasta ahí ya tenía medio boleto y más a Estados Unidos en el bolsillo y la gente lo festejó en las afueras del estadio.

Para viajar a Brasil, la selección tuvo una increíble despedida: mientras el bus transitaba por el centro de la ciudad rumbo a El Alto, desde los edificios caía papel picado.

La Verde perdió con Brasil 6-0 en Recife el 28, pero a su vuelta tuvo otro gran recibimiento, con muestras de apoyo en la plaza de San Pedro, en las afueras de un pequeño hotel donde estaba alojada.

Cayó ante Uruguay en Montevideo por 2 a 1, fue el 12 de septiembre con un arbitraje polémico. Pero seguía firme.

Finalmente empató con Ecuador en Guayaquil 1-1 el 19 y logró la clasificación, junto con Brasil, dejando fuera a la poderosa Uruguay.

Después de 25 años los seleccionados volverán a ese hotel de San Pedro y rememorarán —como Marcas Plus cada lunes desde hoy, hasta el 17 de septiembre— esos inolvidables días de gloria.