Mario Martínez, La ‘jugada’ que nunca debió hacer
Lejos del deporte que fue su pasión, hoy a sus casi 58 años (nació en La Paz, el 12 de septiembre de 1961) afronta el peor momento de su vida, recluido en la penitenciaría de Desoto Annex en la Florida, EEUU.
Mario Emilio Martínez Guzmán es considerado el mejor tenista boliviano de la historia. En 1983 llegó al puesto 34 del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), nunca nadie más del país pudo estar tan alto.
Lejos del deporte que fue su pasión, hoy a sus casi 58 años (nació en La Paz, el 12 de septiembre de 1961) afronta el peor momento de su vida, recluido en la penitenciaría de Desoto Annex en la Florida, Estados Unidos, sentenciado por abuso sexual a su pupila.
Su carrera en el tenis comenzó a los cinco años y su crecimiento fue codeándose con la obtención de campeonatos nacionales y sudamericanos. Su jerarquía tenística, un golpe de derecha agresivo y un revés con mucho efecto topspin, lo llevaron a la grandeza del deporte blanco mundial.
A los 19 años dio sus primeros pasos como profesional, entonces llegó hasta los cuartos de final del torneo Ribeiro Preto en Brasil de la ATP Challenger Tour, donde derrotó al colombiano Carlos Behar (6-3, 2-6 y 6-4), al chileno Beloux Prajoux (6-3 y 6-1) y al brasileño Cassio Motta (6-1, 4-6 y 6-4), aunque perdió contra el argentino Carlos Gattiker (1-6, 6-3 y 2-6).
En 1980 consiguió el primero de sus tres trofeos de la ATP World Tour —competencia que se situaba un peldaño menos que los Master 1000 donde juegan los mejores 50 del mundo, similar a un Challenger— en Bordeux, Francia, el 22 de septiembre. Los otros dos los obtuvo en Italia, el 5 de julio de 1981 en Venecia y el 31 de octubre de 1982 en Palermo.
Un año después inscribió su nombre en los libros históricos del deporte blanco al participar en Roland Garros de Francia, el segundo Grand Slam del año, donde perdió en la primera ronda contra el español Ángel Giménez por 4-6, 5-7 y 2-6.
Hasta 1984 jugó seis Grand Slams: cuatro en Francia (81, 82, 83 y 84) y dos en Estados Unidos —el US Open (81 y 82)—.
En sus cuatro primeras intervenciones fue derrotado en primera ronda y en las otras el deseo de avanzar más allá fue truncado por el exnúmero uno del mundo, el checo nacionalizado estadounidense Ivan Lendl. Primero en la tercera ronda en 1983 y luego en la segunda en 1984 con los parciales de 6-1, 6-0 y 6-1 que propulsaron a “Ivan el terrible” para obtener su primera copa de las ocho “grandes” de su carrera.
- El sistema del departamento correccional de la Florida muestra en su lista de prisioneros al extenista Mario Emilio Martínez Guzmán.
Una lesión en la rodilla y el codo hicieron que Martínez tuviera que retirarse a los 24 años de los torneos profesionales, aunque por su desbordante talento todavía jugó como parte del equipo boliviano de la Copa Davis contra Cuba en 1988. Al caer por 3-2 la selección descendió al grupo II de la zona de las Américas en el torneo mundial.
Ya retirado, el tenista optó por dar clases particulares a niños y adultos en la Florida, en la ciudad de Boca Ratón, en el club Aaronson South County Regional Park.
En marzo de 2013 una de sus exestudiantes lo acusó de “tocarla inapropiadamente” y “obligarla a que él le hiciera sexo oral”, según el reporte de la oficina del ayudante de sheriff de Palm Beach, escribió el diario estadounidense Sun Sentinel.
El abuso sexual empezó cuando la muchacha tenía 15 años en 2006, según los registros penitenciarios, y siguió hasta sus 17. El padre de la menor dijo a los oficiales de la Policía que él también entrenaba con Martínez y lo conocía por décadas, de acuerdo con el periódico Palm Beach Post.
La defensa legal de Martínez en libertad fue después de pagar una fianza de 300.000 dólares. Pero luego fue condenado a 10 años de privación de libertad por los cargos de abuso sexual a un menor con el agravante de abuso de autoridad al ser su profesor.
De esa manera fue admitido en el instituto correccional Desoto Annex en Arcadia el 9 de noviembre de 2017 para cumplir con una sentencia que se contabiliza desde el momento de la acusación del fiscal, el 22 de enero de 2014.
En la prisión viven más de 1.000 condenados clasificados en la categoría de mínima seguridad, uno de ellos es Martínez. En sus instalaciones hay espacios para practicar el fútbol, fútbol americano, básquet y aparatos para hacer gimnasia.