Carlos Trucco: ‘No te quedes con que se cerraron las puertas, busca oportunidades’
No es el Trucco futbolista, es Trucco el vocero de uno de los clubes más prestigiosos del fútbol mexicano, el Pachuca.
La mayoría en el país lo conoce como Loco. Vistió la Verde y defendió el pórtico de la selección nacional en el Mundial de fútbol de Estados Unidos. No cambió a simple vista. Una cancha del complejo de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP de Calacoto) fue el escenario para conocer otra faceta de Carlos Leonel Trucco.
Es difícil desprender de la memoria colectiva al Trucco futbolista; sin embargo, después de 25 años está al frente un hombre con un manejo comunicacional diferente, con una prestancia y elocuencia construidas desde la imagen y el discurso académico. Se nota el cambio.
Antes de iniciar la entrevista —de 20 minutos, aproximadamente— hubo coordinación para que accediera, también cuestionario previo sobre el contenido que el encuentro periodístico iba a abordar.
Sorprendió a esta periodista la puesta en escena, de parte de Trucco, de una grabadora digital que registró cada una de sus opiniones. En la gestión de la comunicación, tener la grabación de las declaraciones que brinda una fuente informativa es el respaldo para demostrar si lo publicado tuvo una descontextualización o mala interpretación de lo que el entrevistado dijo de forma pública.
No es el Trucco futbolista, es Trucco el vocero de uno de los clubes más prestigiosos del fútbol mexicano, el Pachuca. Un convenio con el club paceño Ayuda País Fútbol Club permite que la metodología azteca aterrice en canchas donde se forman a los nuevos talentos del fútbol paceño. Él fue el encargado de transmitir las bases.
Fue una conversación con pelota parada. De lo que pasa en el fútbol nacional fuera del gramado. No del fútbol competitivo, sino del formativo, donde la realidad arroja que existe una debilidad que repercute en lo que hoy son nuestros torneos de las divisiones aficionados. Una lectura por demás sugerida a los y las niñas que trabajan para ser futbolistas profesionales, así como a mamás, papás, abuelos o abuelas, que están a cargo de niños y adolescentes que sueñan con llegar lejos en esta disciplina.
El comienzo de la entrevista es con la lectura de tres frases que casi con normalidad se escuchan en Bolivia. La primera: “Para qué están en la cancha, escuchen a sus padres: no sean futbolistas”; la segunda: “Traes los papeles y dineroooo”; Y la tercera: “No importa si tuviste el mejor entrenamiento, no te voy a tomar en cuenta”.
Trucco se asombra y no comprende por qué arrancamos así. Son frases dichas por “profesores” que entrenan a muchachos entre 15 a 18 años. Los ademanes de Carlos demuestran que está incómodo; quiere indagar quiénes, dónde y revela que ese inicio le da “un poco de cosa lo que estoy escuchando de ti”. Le consultamos si se puede considerar bullying y él responde que “sí, es bullying eso”.
No obstante, cabe resguardar las fuentes, los clubes involucrados y los departamentos porque estos muchachos ya tienen mucho que cargar para ser “ojeados” o ser incluidos e incorporados a un club mediante una “prueba”, o hacer “banca” para jugar. Lo importante es conocer qué valores deben existir y qué cosas eliminarse en esta etapa, en la que un muchacho decidió ser futbolista y está luchando para lograrlo.
Trucco considera que es importante la existencia de las escuelas de formación. “Por eso están estas escuelas, no todos llegan —como decía— y tiene que tener un vocabulario; por eso es lo que hice con los papás para que vieran y conocieran los métodos, conceptos y todo para que los papás mismos puedan estar con los chicos y conozcan de esto. Por eso es que con nosotros siempre es una palmada, un consejo y qué puedes hacer para mejorar. Lo que quiero justamente es trabajar en las devoluciones, cómo cuidar a la persona, cómo cuidar al ser humano, qué devoluciones tienes que hacer, cómo son las miradas, porque tienes que mirar, tienes que mirar para conquistar y que esa conquista le dé tranquilidad al chico”.
Quienes están en un entrenamiento pueden darse cuenta sobre cuál es el trato que algunos profesores dan a los muchachos y muchachas en divisiones inferiores. A veces, la acción es reiterativa: algunos ‘profes’ creen que mientras más asusten al niño, más reacción positiva habrá. Empero, no es así. Los muchachos crecen con señales que pueden replicar y hasta convertirse en algo normal.
Uno de los muchachos contó que se dio cuenta de lo que quería su ‘profe’. Insistentemente, le indicó que “no importa si tuviste el mejor entrenamiento, no te voy a tomar en cuenta” y unos días después entendió que para jugar en el club profesional había que “ponerse”. Y no solo es a nivel de ‘profes’ sino de dirigentes (ese será material para otro reportaje).
A veces, el fútbol se convierte en un deporte jerárquico, con mucho poder negativo. Se confunden los sentimientos sobre qué es bueno y qué es malo, si le gustará o no al ‘profe’ o si tendrá la venia del dirigente o hasta del delegado. Entonces, ¿qué valores deben inculcarse? Trucco señala sin dudar que “tienes que tener honestidad, tienes que ser honesto”. A él le gusta dar un ejemplo de cada idea que expone. Si bien no lo menciona se puede asociar que la honestidad viene por colocar reglas claras. Considera que, primero, los papás tienen que “darte el espacio, no invadir el espacio de trabajo de los entrenadores, no meterse a la cancha. En ese momento dejar a los hijos, porque el hijo tiene una mirada cuando entra el papá o la mamá y dice, ¿qué pasó? Y comienza a distraerse y los compañeros también se distraen y ahí empiezan las burlas entre ellos. Entonces, los papás tienen que mantener ese espacio y eso es lo que también les voy a explicar a ellos del porqué”.
— El fútbol es diversión a los 4, 5 o 7 años. ¿En qué momento o a qué edad se convierte en una práctica formativa y luego competitiva de fútbol? ¿Qué tips les podemos dar a los papás y las mamás?
— Sería selectivo dentro de la escuela. Tiene que haber un momento de un selectivo, los que están más avanzados con los que menos están. Pero por eso no depende de la edad, pueden tener la misma edad y un chico tiene un desarrollo superior a los otros, entonces no se igualan nunca. Por eso, la competencia la tienes que ir llevando hasta los 14, 15 años, que empiezan a despegar y te das cuenta a esa edad de quién puede llegar.
En ese momento de la entrevista, Trucco recuerda a Chuky Lozano. “A los 11 años era menudito, jugaba muy bien (pero) muchos entrenadores no lo querían tener porque lo veían que en el choque él perdía. Y digo no, no tendrá la capacidad condicional, la parte física, pero con el desarrollo que le podemos dar él puede mejorar”. Y termina el ejemplo con lo siguiente: “se vendió a Holanda en 27 millones de euros”.
- Un grupo de aficionados se toma fotografías con el exarquero de la selección boliviana. Foto: Miguel Carrasco-Archivo
Retoma la respuesta. “Te tengo que hablar de todo esto para poder contestar” y hace hincapié en que los papás y las mamás deben conocer que “hay distintas etapas de formación”. En el Pachuca “se trabaja bajo la propuesta que hace Julio Garganta, una propuesta metodológica por etapas. La primera es la construcción de la relación con balón; la segunda es la toma de conciencia de portería; la tercera es la relación que debes tener con el oponente —llámase el uno contra uno, los duelos— y después la última sería la situación que reproduzcan parcial o totalmente (en) las competencias”.
Trucco se explaya más. “En el caso de los porteros, nosotros también vemos iniciación, perfeccionamiento y alto nivel. Me llegó un chico de 4 años, pequeñito, que tenía una coordinación, habilidad y destreza de la etapa de perfeccionamiento, porque el papá había sido arquero y lo estimuló desde temprano y estaba a la par de realizar ejercicios y trabajos de un chico de 11 años.
Me entiendes que no depende de la edad, porque todos (creen) que ‘mi hijo ya tiene esta edad y ya tiene que pasar’. No. ¿Por qué algunos debutan a los 17 años en primera y otros debutan a los 28 o 24 años? Porque en ellos se consolidaron las etapas; ¿qué son las etapas de desarrollo individuales? Vienen a ser una parte por la herencia genética que tienes y otra por el desarrollo integral, porque le tienes que dar un desarrollo integral a la formación de ese chico”.
El tiempo avanza y así el Loco casi concluyente dice: “con lo que te contesté creo que te mato un par de preguntas”. Sin embargo, hay una más.
— ¿Un futbolista nace o se hace?
— Sí, es un poco lo genético, porque puedes haber sido de la misma sangre, puedes haber sido mellizo y no es lo mismo. Vos ves a los mellizos Schelotto, hay uno que destacó muchísimo más que el otro, vez el otro que está acá.
— ¿Qué debe representar el ‘profe’ en la vida de un muchacho que se está formando? ¿Qué no debe hacer y qué debe hacer?
— Lo que debe hacer es mostrarle el camino. Para que tú me puedas creer, me tienes que ver cómo enseño, qué doy, cómo es todo para los demás. Entonces qué es lo que muestro para que me puedan seguir mis chicos. Y lo que no se debe hacer nunca es dejar de lado la atención, tienes que atenderlos a todos, por más que tengas 23 jugadores, vos vas a tener 23 problemas y el chico va a tener uno y puedes mirar a ese chico y decir: ¡uf otra vez el mismo!’ Y yo digo ¿cómo vas a decir eso? No, tienes que darte el tiempo de ver, porque es su mundo y tienes que acompañarlo en el mundo; que a vos se te dio fácil, llegaste a jugar en primera división, llegaste a selección nacional, pero no, eres formador, primero tienes que formar a los chicos y eso resumido un poco; hay muchas cosas, el carácter, la personalidad, yo por ahí tengo un artículo que escribí, que está muy grande, que lo hice para la gente de FIFA. Ojalá que en la próxima te lo pueda compartir.
De cada 2.000 solo uno o dos llegan a Primera División
Muchos niños trabajan y mucho para llegar a un club profesional. Las estadísticas de la FIFA —recuerda Carlos Trucco— indican que de cada 2.000 chicos, uno o dos llega a primera división. El tema no es llegar a un club profesional, sino jugar en él. Trabajar para “tener minutos” y trabajar el doble para la titularidad. “Sí, sumar minutos porque si no sumas, qué queda. Si no estás en la foto, no te ven, pues no es bueno que sigas”. El camino no es llano.
“Los chicos a veces se deslumbran por los grandes equipos y no hacen un análisis sobre dónde ellos pueden volver a destacar y hacer proceso.
No analizan. Tienen que analizar quiénes son sus competencias y qué posibilidades —con sapiencia— puedas llegar a destacar porque has hecho cosas positivas, pero no sabes si en la empresa vas a tener el mismo crecimiento y eso aplica para el fútbol. Los chicos tienen que analizar dónde pueden tener más posibilidades, a veces se van por el dinero, a veces se van por el nombre de los clubes y se equivocan. Está duro lo que te digo, está duro, pero es así”.
Y es que Trucco lo vivió en carne y hueso. “(Jorge) Habegger me quería. Yo estaba acá y me dijo: ‘Carlos, lo necesito en Boca, ¿puede venir?’ Viajé, hablé con el ‘Profe’ y le pregunté: ‘Me vas a dar la chance de pelearle el puesto y ser titular en algún momento’ —porque estaba Óscar Córdova— Y Habegger respondió: ‘No, Carlos lo quiero de suplente’. Entonces, le respondí ‘no gracias, me vuelvo, me quedo en el Bolívar’. Me quedé en Bolívar y jugamos (el) Mundial”.
(*) Paula Lazarte es periodista.