‘Bombonerazo’: Boca se inyecta energía ‘xeneize’ a horas de la superfinal ante River
El baño de masas que se dio Boca la tarde del jueves en el llamado 'Bombonerazo' no fue más que una inyección de energía de parte de su multitudinaria hinchada, que se hace llamar "la más grande del mundo".
«¡Y dale alegría, alegría a mi corazón… la Copa Libertadores es mi obsesión…!» La hinchada de Boca Juniors se volcó masivamente a la Bombonera para acompañar una inusual práctica abierta del ‘xeneize’, a dos días de la excitante final ante River Plate por la Copa Libertadores 2018.
El baño de masas que se dio Boca la tarde del jueves en el llamado ‘Bombonerazo’ no fue más que una inyección de energía de parte de su multitudinaria hinchada, que se hace llamar «la más grande del mundo».
Pero la alcaldía de Buenos Aires le aguó la fiesta a los boquenses, pues horas después del entrenamiento clausuró el estadio por exceso de público, y notificó a Boca de que en caso de salir campeón el sábado, el escenario no podrá ser utilizado para las celebraciones.
«Había más gente que la indicada», sostuvo el presidente ‘xeneize’, Daniel Angelici. «Quedaron muchos hinchas afuera, nos hemos excedido y nos han clausurado el estadio. Veremos mañana (el viernes) si podemos hacer algún descargo para pedir el levantamiento de la clausura», agregó el directivo.
Y es que desde tempranas horas del jueves, los fervorosos hinchas boquenses fueron llegando al templo del club de sus amores, y vistiendo de azul y oro, los colores de Boca Juniors, esperaron por horas en las afueras del estadio, a pesar de la fuerte temperatura (32ºC) que acompañó la mañana en Buenos Aires.
Tevez, ídolo del «pueblo»
«¡Es mi vida! ¡Boca lo es todo para mí! Es el más grande del mundo. El resto no existe. Boca campeón y las ‘gallinas’ (como los boquenses se dirigen a River) van a llorar mucho más que cuando se fueron a la B», en 2011, dijo a la AFP Mateo Romero, un guardia de seguridad que dejó por una hora su uniforme para vestirse de auriazul.
Las puertas de la Bombonera se abrieron a las 16H00 locales (19H00 GMT), dos horas antes del inicio del breve entrenamiento, y casi en 45 minutos el templo del modesto barrio de La Boca alcanzó el máximo de ocupación con unas 50.000 almas delirantes, similar como ocurrió hace dos semanas en el 2-2 de la ida.
«¡La Final la jugamos todos!». Así Boca Juniors invitó a su hinchada para acompañar al plantel de Guillermo «el Mellizo» Barros Schelotto, que en apenas 25 minutos hizo fútbol en espacio reducido, mientras cada uno de los jugadores y el DT eran ovacionados al unísono.
No importó que un hincha saltara al campo para saludar a los jugadores, y tras él corrieran la policía y guardias privados para sacarlo a rastras.
Carlos Tevez, el emblema del equipo, salió al rescate del atrevido hincha, lo abrazó, le regaló el buzo con el que se ejercitaba, y la respuesta de aprobación de la Bombonera no se hizo esperar. –
«La Copa de La Boca no se va»
«La Boca es alegría… La Boca es carnaval… vamos a dar la vuelta en el Monumental… Qué alegría, qué alegría…», cantaba a todo pulmón la Bombonera.
Boca ha hecho de esta Copa una obsesión, pues persigue el séptimo título para igualar al también argentino Independiente como los máximos ganadores de la Libertadores, mientras que River, que ganó la última hace tres años, busca su cuarta corona.
«¡Jugadores, jugadores… no se los decimos más… la Copa Libertadores, de La Boca no se va…». Una y otra vez… La Bombonera latía, como lo hacían los corazones de unos emocionados jugadores que no dejaban de aplaudir y agradecer hacia las tribunas.
Finalizada la práctica, el plantel de Boca Juniors quedó concentrado y el viernes se entrenará por última vez a puertas cerradas, donde seguramente el cuerpo técnico delineará el once que saltará al gramado del Monumental.
Como sucedió con sus archienemigos de River Plate en el partido de ida hace dos semanas, los hinchas ‘xeneizes’ no podrán ingresar ni acercarse el sábado a las inmediaciones del Monumental, casa del «millonario».
«Valió la pena el calor, luego la lluvia, es que Boca es todo, es mi alegría diaria, mi ilusión», destacó Ana Bárbara, una rubia adolescente que lloraba y no dejaba de gritar por «el amor de su vida».
(23/11/2018)