Marcos Barrera: ‘Avanzar a octavos es una misión difícil, no imposible’
El zaguero argentino Marcos Barrera, baluarte de la defensa en la obtención de ese campeonato, contó —desde Oruro— que junto con sus compañeros asumen que “es una misión difícil, pero no imposible”.
Avanzar a octavos de final en Copa Libertadores es el nuevo objetivo que se han propuesto los jugadores de San José después de conquistar el título del Clausura 2018.
El zaguero argentino Marcos Barrera, baluarte de la defensa en la obtención de ese campeonato, contó —desde Oruro— que junto con sus compañeros asumen que “es una misión difícil, pero no imposible”.
San José fue emparejado en el Grupo D junto a Peñarol de Uruguay, Flamengo de Brasil y Liga de Quito de Ecuador.
“La verdad es que el grupo está divino, porque, salvo Flamengo, todos los demás son campeones en sus ligas, entonces es muy complicado; pero tenemos que prepararnos para competir con los mejores”, dijo tras realizar un primer análisis de la llave.
Por su experiencia en el torneo internacional, en The Strongest militó entre 2012-2014 y jugó dos ediciones, considera que sumando los nueve puntos en el estadio Jesús Bermúdez se puede pensar en la clasificación.
“Tenemos el beneficio de que acá (en Oruro) nos hacemos fuertes y podemos sacar diferencia, si ganamos los tres partidos de local podríamos conseguir el pase, obvio que es difícil porque vamos a jugar contra grandes equipos”.
Por ahora la mente está puesta en los primeros partidos de la competencia local, pero se mira de reojo la Copa, pues el debut se producirá el martes 5 de marzo frente a Flamengo en Oruro, después de disputar unos ocho o nueves partidos del Apertura.
El plantel aún no ha analizado a fondo a sus rivales internacionales, pero “si estamos pendientes de las contrataciones que hacen”.
No obstante de que varios de los jugadores que se coronaron campeones ya no están: el golero Carlos Franco, el mediocampista Víctor Hugo Melgar y el goleador Jair Reinoso, solo por citar algunos, considera que el plantel “no se ha desarmado mucho, además, los chicos que han llegado seguramente van a ser un gran aporte para potenciar el juego que tenemos”.
También el director técnico Eduardo Villegas y su cuerpo técnico dejaron la institución para tomar el mando de la selección nacional, pero Barrera cree que pese a las dificultades hay que mirar al frente “porque en el fútbol todos somos reemplazables”.
Otro de los objetivos importantes del nuevo año es revalidar el campeonato obtenido hace poco más de un mes (19 de diciembre).
“Tenemos que pelear el título, porque no nos queda otra, no podemos hacer algo menor de lo que hicimos en el torneo anterior”, sostuvo.
Por como se ha armado el plantel, no tiene dudas de que San José es candidato, pero el resto de los clubes también. “Always, que acaba de ascender, ha formado un gran plantel, lo mismo que Bolívar y el Tigre, ambos de La Paz, además son siempre candidatos, lo mismo que Oriente. Va a estar peleado”.
La elección de Villegas ‘es perfecta’
Marcos Barrera es una de las personas que más feliz está por la elección de Eduardo Villegas como entrenador de la selección nacional, porque considera que por fin se ha reconocido todo lo que el DT ha aportado al fútbol nacional.
Villegas es el técnico que más lo conoce porque, además de posibilitar su llegada a Bolivia, lo ha dirigido en cuatro equipos: Wilstermann, Universitario, The Strongest y San José.
Salvo en el capitalino, en los demás clubes fueron campeones.
“La elección de Villegas como seleccionador es perfecta, porque es un entrenador que conoce muy bien el medio y tiene méritos de sobra para haber llegado al cargo”, afirmó.
Además “sabe cómo jugar en la altura y ha demostrado que es capaz de conducir bien los grupos, desde mi perspectiva, aspecto fundamental para un seleccionador”.
Le desea lo mejor en sus nuevas funciones, aunque también lamenta que deje San José antes de afrontar un torneo tan importante como es una Copa Libertadores, y porque “él ha armado este nuevo plantel”.
Recordó que Villegas fue pieza clave para la obtención del título del Clausura, no solo porque junto a sus colaboradores marcó una identidad de juego, “sino como persona ayudó mucho al grupo”, porque “le consultábamos casi todas las decisiones que tomábamos en los momentos complicados, le avisábamos qué íbamos a hacer, peleó por nosotros, entonces, creo que también eso fue importante para conseguir lo que conseguimos”.
Del título dijo que “fuimos los mejores del año, a pesar de las deudas y los problemas que tuvimos, creo que el plantel siempre supo lo que quería y eso fue importante”.
‘A este país lo quiero como al mío’
Como varios de los futbolistas extranjeros que juegan en el país, Marcos Barrera lamenta que los jugadores naturalizados no puedan actuar como bolivianos en los torneos locales.
Espera que los reglamentos de los campeonatos se modifiquen en el corto plazo y que los naturalizados ocupen plaza de nacionales, como ocurre en otros países. “Es increíble que los naturalizados jueguen en la selección y luego no puedan jugar como bolivianos”.
Por ahora no adoptó la nacionalidad boliviana, aunque es algo que tiene planeado hacer, no solo por jugar, sino por el tiempo que vive en territorio nacional, motivo por el que “tengo sentido de pertenencia por este país, como muchos otros que yo conozco”.
“A este país lo quiero como al mío”, aseguró, “porque me ha dado mucho, no solamente a mi, sino a mi familia, futbolísticamente me ha ayudado a crecer y las pocas cosas que tengo las tengo gracias a Bolivia, entonces, es un gran sentimiento de cariño”.
Contó que su hijo Valentino es de Bolivia, “es paceño, nació cuando yo jugaba en The Strongest y ese es otro de los motivos por los que he pensado en naturalizarme y estamos tratando de hacer los papeles”.
Barrera, por otra parte, cree que no es una medida acertada incluir por “obligación” un jugador Sub-20 en los partidos de la División Profesional, porque no todos los clubes en Bolivia tienen equipos juveniles como Bolívar, The Strongest o los clubes de Santa Cruz.
Piensa que el tema es más profundo y se debería trabajar, y mucho, en los juveniles.
