Con sensación de alivio. La temporada europea sobre tierra batida llega y debería suponer el final del calvario de Rafael Nadal, cuya lista de bajas sobre superficie dura se amplió el pasado mes en Indian Wells, generando una profunda preocupación.

La superficie favorita del astro español es la arcilla, en la que lleva reinando más de una década y en la que se ha coronado en once ocasiones en Roland Garros.

Desde su título sobre pista dura en el Abierto de Estados Unidos de 2017, Nadal acumula dieciséis bajas y dos abandonos (Abierto de Australia y Abierto de Estados Unidos en 2018) en torneos en esa superficie.

Es cierto que alcanzó la final en Melbourne al principio de esta temporada y que su palmarés sobre pista dura hace palidecer a muchos competidores, pero a su cuerpo, castigado por los problemas físicos, le cuesta cada vez aguantar el ritmo.

Ello hace que se sucedan preguntas como si tiene pensado saltarse en próximos años la gira de torneos sobre pista dura, como hizo por ejemplo Roger Federer en los pasados años con los de tierra batida.

«Un lesionado que juega al tenis»

Preguntado tras su abandono en Indian Wells, la brevedad y el tono de su respuesta fue contundente: «No contemplo para nada no jugar sobre pista dura. Soy un jugador profesional y tengo que jugar en todas las superficies».

Pero los datos son testarudos, como la lista de renuncias o la de lesiones en 2018 (rodilla, abdominales, tobillo…). Su tío y exentrenador Toni Nadal habló recientemente sobre ello.

«Rafa no es un jugador de tenis, es un lesionado que juega al tenis. Así es muy difícil», declaró a la prensa española.

«Rafa quiere seguir jugando, a pesar de sus problemas físicos. Hasta cuándo, quién sabe. Quizás dos o tres años más», señaló.

Mientras tanto, Nadal, número 2 del mundo, prepara la temporada europea sobre tierra en Mallorca, pensando ya en el torneo de Montecarlo, que disputará en unos diez días.

Las lesiones de Nadal son un tema recurrente entre los protagonistas del circuito. Después de abandonar en el Abierto de Estados Unidos 2018 ante Del Potro en semifinales, Novak Djokovic dio su opinión sobre los motivos de ese físico fragilizado.

«Su juego se basa mucho en lo físico», analizó el serbio. «Corre mucho y consume una energía enorme en cada intercambio. Sus articulaciones y su cuerpo lo acusan, no es fácil», apuntó.

Intensidad máxima

El clan del español es consciente de la imperiosa necesidad de ralentizar el ritmo, aligerar el calendario y sus entrenamientos. Pero las últimas imágenes publicadas en las redes sociales del entrenamiento del español no parecen mostrar que se esté levantando el pie del acelerador.

Hasta ahora, Nadal ha conseguido imponer su dominio en la temporada sobre tierra, pese a que sea también una superficie exigente físicamente.

Cuando en Indian Wells le preguntaron si se veía siendo tan longevo en el circuito como Roger Federer, que en agosto cumplirá 38 años, Nadal fue prudente: «íSi tuviera que responder inmediatamente diría que probablemente no!». (04/04/2019)