Álvarez, los hermanos (y rivales) sinónimo del gol
Más allá de su vocación de marcar goles y de su pasión por el fútbol, ambos futbolistas-hermanos son ejemplo de tenacidad y lucha en la vida, porque batallaron más de la cuenta para llegar hasta donde están.
Rivales en cancha, goleadores en sus equipos, guerreros de vida, así son Gilbert y Willan Álvarez, los delanteros hermanos de Wilstermann y Aurora, respectivamente.
Más allá de su vocación de marcar goles y de su pasión por el fútbol, ambos futbolistas-hermanos son ejemplo de tenacidad y lucha en la vida, porque batallaron más de la cuenta para llegar hasta donde están.
“Los Álvarez no nos rendimos. Nos tocó pasar duras etapas, pero no nos caemos y seguimos”, dice Gilbert, el mayor de los Álvarez.
“Pasé hambre en Real (Potosí) porque no me pagaron durante cinco meses y tuve que vender mis chuteras para volver a Santa Cruz”, cuenta Willan, el menor que forja su propio nombre en el equipo del pueblo.
Tanto Gilbert como Willan pasaron dificultades diversas al inicio de sus carreras futbolísticas, pero su persistencia y constancia inquebrantable los llevaron a lograr sus objetivos.
Gilbert tiene aún en su mente cuando jugó en la selección boliviana Sub-17 el Sudamericano de Chile 2009, cuando fue una de las revelaciones del torneo.
Sin embargo, no todo fue alegría, porque así joven probó suerte en Cruzeiro de Brasil y no fue fácil, se fue a Bélgica en Europa y tampoco.
“Volví al país, debuté a nivel profesional en The Strongest, pero una lesión me paró nueve meses. Me costó volver, fue en Guabirá y ascendimos a la Liga”, recuerda.
El atacante volvió a La Paz, a Unión Maestranza de Viacha, donde recuerda que jugó con Raúl Castro (The Strongest) y retomó confianza.
Similar inicio con apuros y malos ratos tuvo Willan, quien se formó en la Academia Tahuichi donde jugó hasta los 15 años, pasó por la preprofesional de Bolívar al mando de Óscar Villegas, pero una distensión de ligamentos lo apartó del fútbol; tras varios meses parado regresó a Santa Cruz y tuvo que buscar equipo durante un tiempo.
Gilbert recuerda que en 2015 se le abrieron las puertas en Real Potosí, donde hizo muchos goles. “Sentí que pasaba un buen momento y Wilstermann me llamó y desde entonces vamos muy bien, en ascenso”, asegura el goleador cruceño.
Eso le permitió ser campeón con el aviador y jugar en Arabia Saudita con el Al-Hazm Rass, para luego volver.
“Gracias a Dios mejoraron las cosas, todo se lo debemos a Él, vamos por buen camino y hasta volví a la selección”, agrega el delantero aviador.
A Willan le costó volver tras su lesión en sus inicios, pero lo hizo con persistencia.
“Destroyers me abrió las puertas, después Libertad donde fui goleador en la Primera A. Pasé a Argentinos Juniors donde salí mejor jugador, todo eso me permitió saltar a la Liga, porque vino Real Potosí”, rememora.
Pese a los apuros económicos, le agradece a Real por haberle dado la opción de jugar en el profesionalismo.
“Debuté a los 20 años en un clásico potosino ante Nacional, ganamos 3-2. Tenía los nervios de punta, pero pasó a medida que se jugaba el partido”, asegura Willan.
Nunca olvidará que no cobró cinco meses, sobrevivió con lo que pudo y para volver a casa fue al barrio chino de Potosí a vender sus chuteras para comprar pasajes rumbo a Santa Cruz.
Ya después vinieron Royal Pari, Guabirá y actualmente Aurora, donde Willan es goleador y uno de los referentes.
A principios de este mes, los Álvarez se enfrentaron en el clásico cochabambino, Gilbert en Wilstermann y Willan en Aurora, el primero ganó el partido por 2-1, pero el segundo hizo un gol.
“A Willan le digo que siga esforzándose al máximo y que la rompa. Será un mejor delantero y tiene que llegar mucho más lejos que lo mío”, sostiene el mayor.
Antes ya se enfrentaron, fue en Montero hace dos años: Gilbert estaba en Wilster y Willan en Guabirá.
“Siempre digo que Gilbert es mi ídolo y que yo sigo sus pasos hasta llegar a la selección. Le agradezco su apoyo y pido a Dios le devuelva el doble”, se emociona Willan.
Aseguran tener estilos parecidos, van bien al cabezazo, definen de primera, rompen defensas con sus físicos y tal como ha sido su característica de vida, no dan balón por perdido, pues son batalladores.
El gran sueño de los Álvarez es estar convocados para jugar la Copa América: Gilbert ya fue citado por César Farías, y Eduardo Villegas hace poco llamó a Willan entre los jugadores Sub-23.
“Desde hace dos años otra vez estamos en la selección, anotamos a Nicaragua y estamos recuperando confianza, también estamos marcando en Wilstermann”, según el mayor de los Álvarez.
Willan anticipa que aprovechará su primera convocatoria a la selección durante estos días y trabajará el doble de lo que lo hace en Aurora.
- Nueve hermanos (todos jugadores) de los 13 de la familia. Foto: Willan Álvarez
De una familia con seis futbolistas
Jesús Álvarez, el padre, tiene fines de semana agotadores en Santa Cruz, pues va de cancha en cancha para ver jugar a sus tres hijos futbolistas y además se da tiempo para seguir a Gilbert y Willan por la televisión.
Además de Gilbert en Wilstermann y Willan en Aurora, otros tres hermanos Álvarez todavía juegan al fútbol competitivo.
“Nos dijo que eso lo pone feliz, aunque es muy agotador”, asegura Gilbert con relación a su padre Jesús.
Limberg Álvarez, de 25 años, juega en Argentinos Juniors, en la Primera A de la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF).
También está Sebastián Álvarez, de 17 años, quien es futbolista en Callejas, también de la ‘A’ cruceña.
Asimismo, está Eduardo Álvarez, de 16 años, actúa en Florida, Primera B de la ACF, y estuvo en la selección boliviana Sub-17 en Chile.
No son todos, pues hasta hace poco, Jesús Álvarez también apoyaba a Carmen Álvarez, una de las cuatro hermanas de la familia, que era arquera del equipo femenino de la Tahuichi Aguilera, aunque dejó de jugar porque llegaron otras prioridades familiares.
“Además quiero agradecer el apoyo de mi madre Pura Vargas y de mi esposa e hija que son nuestra fuerza moral”, dice Gilbert.
“Somos una familia grande”, acierta Willan, quien cita a sus otros hermanos: Gabriela, Jesús, Luis, Francisco, Jéssica, Jorge y María Fernanda, un total de 13 hijos de Jesús y Pura, sus padres.