Sanes ‘caza’ talentos para Liverpool
Hoy es buscador de talentos para el fútbol en Norte y Centroamérica en las Academias del Liverpool, el club de Inglaterra semifinalista de la Liga de Campeones de Europa.
Luis Sanes Guadama, de los Yungas, fue un zaguero central de nuestro fútbol entre las décadas de los años 80 y 90. Se lo recuerda sobre todo por su paso por Bolívar; en cambio, casi no se supo de su militancia en Gimnasia y Esgrima de Jujuy cuando ya estaba por retirarse.
Su historia fuera de las canchas fue dura: el fallecimiento de sus padres, su vida en la ex República Checa durante el duro régimen del comunismo, su trabajo como agente consular en Argentina o los dos divorcios que tuvo, más allá de la falta de pago en alguno de los clubes en los que militó en la entonces Liga boliviana.
Agobiado por la situación decidió un día de 1995 emigrar a Estados Unidos, donde estableció su residencia. Hoy, 24 años después, es buscador de talentos para el fútbol en Norte y Centroamérica en las Academias del Liverpool, el club de Inglaterra semifinalista de la Liga de Campeones de Europa.
De muy pequeño cambió a su Chicaloma natal por La Paz. Sus padres se divorciaron, fallecieron y fue adoptado por ciudadanos Checoslovacos, quienes después de cerrar la fábrica de carrocerías Camet volvieron a su país.
“Ha sido una vida dura allí por el régimen comunista, su ideología era diferente, sufríamos bastante, no podíamos tener muchas cosas, solo lo que el gobierno nos daba. Fue duro el cambio porque en Bolivia tenía lo que quería”.
Después de tres años allí, regresó al país y, como él dice, fue a Chicaloma en busca de sus raíces. “Me aferré a la familia que tengo en Bolivia y así mi relación es más fuerte. Un primo es Augusto Andaveris (Always Ready); y Jaime Arrascaita (Real Potosí) es mi sobrino”.
Sus padres adoptivos también fallecieron, así que cerró todo contacto con personas cercanas a ellos.
Su llegada a Bolívar se dio por un amigo de Guery Jordán, quien lo llevó al club en 1983, se quedó hasta 1987; luego siguió en Magisterio Rural de Sucre, Wilstermann Cooperativas de Potosí, San José, Mariscal Braun y Chaco Petrolero —ambos paceños—. Entre sus pasos por esos clubes hubo una vuelta a la Academia.
Las promesas incumplidas de los clubes despertaron su idea de emigrar. Además se divorció de su primera esposa con la que tiene tres hijos, los únicos, y así en 1995 emprendió un viaje como aventurero.
Como en el país se le cerraron las puertas se fue a Utah, donde vivió con unos amigos hasta que pudo establecerse. “El idioma era otra barrera para mí, me casé con una ciudadana mexicana con la que las cosas tampoco no salieron por las diferencias culturales. Ingresé al negocio de la compra y venta de casas y me fue mal. Me divorcié otra vez y estuve en el suelo”.
Volvió a Bolivia por un corto tiempo, vino a ayudar en el establecimiento de la franquicia de Burger King en el país. Lo trajeron porque en Estados Unidos trabajó también en restaurantes. Luego se fue de nuevo.
Stacy Andersen, su actual esposa, le ayudó a salir de su crisis. Además, el inglés ya no es problema y logró hacer cursos a distancia en la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y en Estados Unidos, por eso ahora tiene la licencia de entrenador para academias de fútbol. Además, en 2017 obtuvo su título universitario de Ingeniero de Sistemas.
“Todo lo que aprendí me ayudó también en el fútbol para formar muchachos, estoy en la academia internacional del Liverpool buscando talentos en niños y jóvenes para luego enviarlos al club”.
- Sanes, Galarza, Iriondo y Borja antes de un clásico. Foto: Luis Sanes
Estuvo en Gimnasia de Jujuy
Jaime Paz Zamora era presidente de Bolivia (1989-1993) y su hijo Jaime, que era su amigo, le ofreció a Luis Sanes trabajar como agente consular de Bolivia en Jujuy.
“Jaime Paz hijo entrenaba con nosotros en Mariscal Braun y me comentó de la posibilidad de trabajar en Jujuy. Me fui con mi anterior esposa y mis dos hijos, mi tercera hija nació allí. En uno de esos partidos de confraternidad un amigo me dijo ‘por qué no vas a probar suerte a Gimnasia y Esgrima de Jujuy’; entonces me presenté en el club y el técnico Salvador Ragusa (quien tuvo un paso por Oriente Petrolero en el fútbol boliviano) me dijo que me quedara y estuve de 1989 a 1991. No tenía intención de jugar allí, pero lo hice”.
Su estadía en el club, donde años más tarde estuvieron Marco Sandy e Iván Castillo, duró un par de años, aunque no trascendió, pues competía en las ligas de ascenso del interior.
“En la selección había muy buenos jugadores y era muy difícil llegar a tener un lugar entre ellos, los medios de comunicación no tenían el alcance de este tiempo. Luego volví al país y seguí mi carrera en otros clubes para jugar en lo que era la Liga”.