Independiente vence 2-0 a Rionegro Águilas y clasifica a octavos de la Sudamericana
Los goles fueron marcados por Silvio Romero a los 48 minutos y Cecilio Domínguez a los 60, en un intenso encuentro de segunda ronda disputado en el estadio Libertadores de América de la ciudad de Avellaneda.

Independiente de Argentina le ganó el martes con autoridad al colombiano Rionegro Águilas 2-0 y avanzó a los octavos de final de la Copa Sudamericana al eliminarlo por global de 4-3 tras haber perdido 3-2 en el partido de ida.
Los goles fueron marcados por Silvio Romero a los 48 minutos y Cecilio Domínguez a los 60, en un intenso encuentro de segunda ronda disputado en el estadio Libertadores de América de la ciudad de Avellaneda, al sur de Buenos Aires, ante unos 25.000 aficionados.
La figura descollante fue el mediocampista de los 'diablos rojos' Pablo Pérez, artífice de las dos asistencias. El 'rey de copas', campeón de siete Libertadores, jugará en la siguiente fase con la ecuatoriana Universidad Católica de Quito.
Rionegro Águilas defendió con uñas y dientes la ventaja que traía de su estadio, pero no tuvo reacción cuando debió salir del asedio al que lo sometió Independiente.
Muralla colombiana
El empate les venía de perillas a los de Antioquía. A los argentinos les significaba decirle adiós a la Copa, y tal vez a su cuestionado entrenador, Ariel Holan. Por eso Independiente se hizo dueño del campo y la pelota. Por eso, también, las Águilas se defendían como leones.
Los 'rojos' no encontraban el hueco para perforar la muralla de los colombianos. Su planteo 5-3-2 era ultraconservador, pero sin renunciar por completo a los contragolpes. Tienen como arma mortal de contraataque al talentoso Mauricio Gómez.
Independiente asumió su rol protagónico. Se proyectaba Juan Sánchez Miño, se filtraba Pérez por la superpoblada zona central, se movía rápido y hábil Martín Benítez, intentaba cambios de ritmo de Romero, se asociaba al ataque Nicolás Domingo, y hasta el defensa Nicolás Burdisso subía para buscar un cabezazo salvador.
Pero el dorado Rionegro combinaba heroísmo con eficacia. Daniel Muñoz le puso candado a su lateral, Jonathan Lopera despejaba lejos cuanta pelota caía en el área de fuego, Álvaro Angulo rechazaba y Hanyer Mosquera rechazaban todos los centros aéreos y hasta David Contreras se multiplicaba para ayudar al 'catenaccio' a la colombiana.
Rionegro pudo incluso inquietar al arquero Martín Campaña con un zurdazo de tiro libre de Ramirez. Fue una nube pasajera, pues instantes después estaba de nuevo Independiente con su martilleo ofensivo sin descanso. Era tan tenaz como ineficaz. No creaba situaciones de gol.
Un endiablado Pérez
La persistencia rindió frutos súbitamente. Por primera vez en casi 50 minutos de juego apareció una fisura en la trinchera de las Águilas Doradas. Un raro desconcierto en los espartanos de la defensa.
Una manera simple de salir de un laberinto es por arriba. La obra la inició Pérez. Por un momento se olvidó de seguir enredado en peleas y roces. El experimentado volante le metió un pase de 25 metros por elevación al pique de Romero. El goleador puso el botín justo sobre la salida de Luis Delgado y el balón entró mansamente al arco.
Y otra vez desequilibró el temperamento y oportunismo de Pérez. Ahora llegó a la línea de fondo como un puntero derecho. Mandó el centro y le cayó el balón servido en bandeja para el elástico salto de Domínguez. El paraguayo metió un cabezazo de manual, de pique al suelo y junto a un poste, inapelable.
El DT de Rionegro, con el agua al cuello, hizo entrar a Miguel Murillo por Gómez. Ya era tarde, aunque Jáder Obrian tuvo en sus pies el gol para descontar, sólo frente a Martín Campaña. Remató desviado. (28/05/2019)