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¿Qué es sagrado?

Siempre que veo jugar a la selección nacional de un país en guerra, o sumido en una crisis parecida a la guerra, siento una intriga muy grande. Veo a los jugadores uniformados, alineados, entrando en la cancha con los zapatos limpios, los veo en formación, cantando el himno de su país a todo pulmón, y no puedo evitar pensar en el país que representan, en esa guerra que dejan atrás para librar una batalla “de mentira” en nombre de su patria.

¿Qué es sagrado?  La patria, Dios, la familia, el amor. ¿El fútbol?

El sábado 15 vimos a la selección nacional de Venezuela debutar en la Copa América frente a Perú, empatando 0 a 0, tras la anulación de dos goles. Si Venezuela era hasta hace unos años un país alejado de Bolivia, hoy no tenemos más que salir a la calle de cualquier ciudad capital para encontrar a nuestros hermanos venezolanos vendiendo postres o arepas o chocolates o billetes bolivarianos como si fueran suvenires.  Venezuela está cerca, Venezuela se ha expandido con sus ciudadanos por todo el continente y tal vez por eso siento el destino de su selección tan de cerca también.

El “juego de tronos” que se vive en Venezuela pudo haber destruido hace tiempo a su selección, la selección más joven de la Copa América, y una de las que sueña con alzar la copa tras su excelente desempeño en el Mundial Sub-20 del 2017, donde sus jugadores les ganaron a equipos como Alemania, México y Uruguay, perdiendo contra Inglaterra y quedando así como subcampeones. Si la tensión política no ha logrado afectar a la selección, es probablemente gracias al director técnico, el seleccionador Rafael Dudamel. El cargo exige, además del talento técnico y táctico necesario para dirigir a las dos selecciones nacionales, un don diplomático extraordinario. 

Dudamel, que se ha mantenido al margen de cualquier posicionamiento político, puso su cargo a disposición luego de que una visita del Embajador de España a Guaidó fuera difundida en los medios y redes sociales. Sin embargo, la Federación Venezolana de Fútbol logró impedir la renuncia del director técnico.

“Felicito a nuestros jóvenes guerreros de la Vinotinto, quienes han tenido un excelente debut en la #CopaAmerica, logrando su primer punto. Sigamos adelante con esa misma energía y pasión para conquistar la victoria. ¡Arriba Venezuela! ¡Arriba Vinotinto!”

Este fue el mensaje con el que Nicolás Maduro alentó a la selección venezolana luego del empate con Perú. Por estos días, la cuenta de Twitter de “Con el Mazo Dando”, programa oficialista del gobierno de Maduro, intercala las diatribas políticas con palabras de aliento para la selección de fútbol, una selección en la que muchos jugadores se han posicionado a favor de la entrada de ayuda humanitaria y en contra del régimen.

Y es que el equipo es sagrado. Y es que el fútbol permite que tal vez todos esos venezolanos, dentro y fuera de Venezuela, puedan, por 90 minutos, olvidarse del presidente, del otro presidente, de la crisis, del petróleo, del Bolívar, del Bolívar fuerte, de sus familias lejos, dispersas, sobreviviendo. Los “guerreros” de la vinotinto van a simbolizar todas las batallas, toda la dignidad de todos los venezolanos, la lucha diaria por la libertad y la vida. Ese es el peso sobre los hombros de los jóvenes jugadores de la selección Venezolana. Ese es el peso que llevan consigo a su segundo partido, que disputarán frente a la selección de Brasil, el martes.Espero lo puedan cargar.

Es escritora. Invitada por Marcas de La Razón durante la Copa América Brasil 2019.