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San Pedro Gallese

Siempre me intriga mucho la figura del arquero. Tanta soledad en un deporte que es de equipo. Tantas veces la presión solo sobre sus hombros. Por lo menos así parece, aunque ningún arquero está realmente solo, ni es suya toda la responsabilidad cuando entra un gol en contra, aun así, es el rostro del arquero el que busco.

Es al arquero al que quisiera consolar. Por ejemplo, no me quito de la cabeza la cara de Julio César, el arquero de Brasil en el partido del Mundial Brasil 2014, cuando Alemania les metió siete goles, recibiendo solo uno en contra. Jamás lo volví a ver. Ahora sé que pocos años después de ese partido se retiró del fútbol.

Nunca más fue convocado a jugar con la selección, y luego de jugar en Canadá y Portugal, se retiró a mediados del 2017, solo tres años después.

Es raro que en un mismo torneo, un arquero encuentre la oportunidad de ir del infierno a la gloria, pero esa parece ser la historia de “San” Pedro Gallese, el arquero de la selección de Perú.  Pues como sabemos, en la fase de grupo Perú se enfrentó a Brasil, y la selección anfitriona goleó cinco a cero a los peruanos, en gran parte debido a errores cometidos por Gallese. Imagino su frustración.

Los sentimientos de culpa. Y luego le tapa un penal a Suárez. Su desempeño en el partido de cuartos de final en el que el seleccionado Uruguayo quedó desclasificado fue impecable, tanto que fue nombrado la figura del partido. Si antes fue suya la responsabilidad del 5 a 0, ahora era suya la responsabilidad de llevar a Perú a la semifinal.

Pero la torta se la llevó en el partido por semifinales contra Chile. Chile, actual campeón de la copa, uno de los favoritos para ganarla de nuevo. Perú venía de aquella goleada que le metió Brasil, y de haber ganado a Uruguay por penales. Nadie estaba dispuesto a perder dinero apostando a que ganaba Perú.

Y, sin embargo, fue la noche de Pedro Gallese. Fue claro, preciso, enfocado en todo momento, posiblemente su mejor actuación en la selección peruana, atajando siete disparos directos de Chile, incluyendo un penal en el último minuto de un partido infartante, y una atajada en la que, más que saltar, voló. Gallese era de nuevo la figura del partido.

Extraño que un partido que terminó tres a cero sea infartante, pero lo fue, y le permitió a Perú clasificar a una final de Copa América luego de 44 años. Más extraño aún es que la vida te da la oportunidad de la revancha.

En la final que veremos el domingo, con Gallese frente al arco, apuesto por Perú.