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Bolívar emociona con sus glorias

Fue como si una parte del brillante Bolívar, campeón en los años 80, hubiera saltado a la cancha: la fuerza de Carlos Borja como gran capitán; las escapadas de Jorge Hirano, tantas veces inalcanzable; y los cabezazos goleadores de Fernando Salinas, mientras al borde de la cancha alzaba sus brazos el técnico Jorge Habegger celebrando un nuevo éxito de esa máquina de hacer fútbol.

El directorio de la Academia tuvo la buena iniciativa de juntarlos veintitantos años después en una Sesión de Honor, recordando el 94 aniversario de fundación de la entidad (12 de abril de 1925), este jueves en el Club de La Paz.

“Me siento recompensado con lo sembrado y cosechado durante toda esta etapa dirigencial. Tal vez sea esta una de mis últimas actividades y por eso quiero pedir al bolivarismo que siga apoyando a la institución”, dijo un emocionado Guido Loayza, presidente de la Academia en el que quizás sea su último acto celeste al frente de la entidad que dejará a fin de año, cuando concluya su gestión y se retire de la dirigencia.

“Guido no debería retirarse, él y su equipo tienen gran experiencia en el fútbol y deberían seguir al mando del club”, sugirió Habegger.

Un abrazo inacabable fue el del entrenador argentino con Lothar Kerscher. El dirigente está hace 51 años en el club y fue uno de los que aprobó la primera llegada del DT. Desde entonces se hicieron amigos para siempre a pesar de la distancia que los separa.

Ni qué decir del reencuentro de los exjugadores: por ejemplo Borja con Hirano. La imagen de los dos fue como si el tiempo no hubiera pasado para ellos: “Les ponemos la camiseta, el corto y las medias y los mandamos a la cancha”, bromeó un directivo.

“Me fui hace 26 años y no tuve la suerte de venir nunca en ese tiempo. Estoy muy agradecido a la dirigencia por haberme invitado para esta ocasión”, declaró el Coqui, un peruano —radicado en Japón en la actualidad— quien aterrizó en Bolívar por recomendación de su compatriota técnico Moisés Barack y se convirtió en el terror de muchos defensores.

Kerscher no pudo contener las lágrimas. Recibió del club la medalla Libertador Simón Bolívar por sus Bodas de Oro y pico al servicio de la entidad.

Habegger, Hirano y Borja fueron condecorados con la medalla Mario Mercado Vaca Guzmán, la más alta distinción del club. A todos ellos los trajo don Mario, fallecido en 1995.

No pudo estar otro hombre-gol, Jesús Reynaldo, quien por una indisposición no logró viajar y se disculpó.

También fueron distinguidos Walter Flores y William Ferreira, glorias más recientes del club.

Salinas fue uno de los invitados especiales a la gala, lo mismo que otro inolvidable bolivarista, jugador y técnico Ramiro Blacut.

(12/07/2019)