Matheo Zoch vivió el 1 de mayo pasado el peor episodio de su carrera como futbolista debido a una grave lesión, fractura de tibia y peroné de la pierna derecha, durante un partido en Santa Cruz.
La escalofriante imagen de la fuerte entrada del zaguero Leonardo Urapuca se repitió infinidad de veces por esos días, dando cuenta de la terrible noticia. La lesión lo iba a dejar fuera de las canchas por un largo tiempo.
Fue intervenido quirúrgicamente en Santa Cruz por el médico Carlos Pérez, cuya experiencia también pasó por la selección nacional.
Huachipato, club con el que tiene contrato hasta 2020, le ofreció operarse en Chile, sin embargo era imposible que viajara con la pierna rota.
Después de seis semanas de la intervención regresó al quirófano para que le retiren dos clavos. Todo salió bien, se trataba de “una operación sencilla”, según el médico.
Tres meses después, lo peor ya es parte del pasado del futbolista, que ahora cumple al pie de la letra las recomendaciones de médicos, preparadores físicos, kinesiólogos y fisioterapeutas con el único objetivo de estar de regreso en las canchas lo antes posible, pero sin riesgos mayores.
“Lo más complicado ya pasó, fue cuando estaba en casa sin poder salir porque debía apoyarme sobre muletas, no podía ni pisar. Pero fui optimista, esa misma semana comenzó la recuperación con fisioterapia, contaba los días para volver a una cancha y también cuánto me quedaba aún por recuperar”, dice Zoch, más convencido de que volverá fuerte a jugar.
Fisioterapeutas llegaban cada día a su domicilio, donde su nuevo hábito fue la lectura y para el rato de la distracción tenía a disposición los videojuegos y la televisión. “Tenía que hacer algo, pero no podía. Cuando empecé a dar mis primeros pasos me sentí más libre, con ganas de hacer cosas por mi voluntad”, señala.
El apoyo de sus padres Ornelo y Luciane, su hermana Thaynara y su novia Natalia Cuéllar fue fundamental para hacer llevadera la primera fase del post operatorio.
Luego comenzó a elevar cargas para una recuperación efectiva con sesiones en doble y triple turno, respetando los tiempos que pide la lesión. Le dijeron que su recuperación iba a ser de tres a seis meses. “Tendría que estar para jugar en noviembre si es que no es antes”, señala entusiasta.
Las mañanas de este tiempo las dedica a sesiones de fisioterapia en las que recibe magnetoterapia y ultrasonido; por la tarde va al gimnasio para fortalecer los cuádriceps. Alguna vez repite gimnasio pero sin exagerar porque tiene claro que es la etapa en la que no debe cansar al músculo.
Los meses fuera de las canchas y en su hogar le sirven también para reflexionar. “Traté de ser positivo, nunca agaché la cabeza, la gente quizá pensó que no iba a jugar más o tardaría en volver; conmigo pasó todo lo contrario, estaba mentalizado. Mi familia y los amigos cercanos me dieron fuerza y valor para afrontar la realidad y ahora me tienen en la etapa final para volver mejor que antes”.
El 1 de agosto se presentó en la práctica de Royal Pari y desató la alegría del cuerpo técnico y de sus compañeros, quienes le dieron la bienvenida con mensajes de fuerza para que siguiera adelante.
Todavía no tiene contacto con el balón, pero estar de nuevo en la cancha donde se siente feliz le eleva el ánimo.
“Feliz por haberme presentado al club y por compartir de nuevo vestuario, extrañé convivir con los compañeros, hablar y tomar mate. Aún no hago nada con el grupo, solo labor diferenciada vista por los kinesiólogos, de a poco voy a tener de nuevo contacto con la cancha y con la pelota, sé que con el paso de los días todo será mejor”.
Zoch apunta también al futuro a mediano plazo y menciona que la selección está en su mente, así que trabajará para ser convocado.
- Matheo realizando ejercicios para su recuperación. Foto: Matheo Zoch
‘Quedó ahí con Urapuca’
Dos días después de haber lesionado a Matheo Zoch, el zaguero de Blooming Leonardo Urapuca se disculpó con su colega, quien le aceptó de buen agrado, aunque desde esa vez no hubo más contacto.
“Todo quedó ahí, hablé con él esos días y nada más”, cuenta Zoch.
En redes sociales hubo muchas críticas de los aficionados por la acción del futbolista cruceño, quien en ese tiempo se venía afianzando como titular en el esquema del técnico Erwin Sánchez.
El Tribunal de Justicia Deportiva (TJD) sancionó al futbolista con seis partidos de suspensión y cobertura de la recuperación del lesionado, en un fallo emitido el 26 de junio, por tanto el castigo corrió a partir de ese día.
Como el torneo ya había terminado, la sanción cumplió en el torneo Clausura en actual disputa y desde ayer ya podía ser considerado para jugar.
Al conocer el fallo, Urpacuca volvió a pedir disculpas —esta vez públicas— “Mil disculpas, Matheo por lo que sucedió y a su familia también porque siente por un ser querido”, señaló Urapuca.
El zaguero sigue en el celeste cruceño, aunque tiene que ganarse un lugar para volver a la cancha.
En tierra cruceña
Matheo Henrique Zoch Méndez nació en Santa Cruz, el12 de julio de 1996. Sus padres son Ornelio y Luciane y tiene una hermana (Thaynara). Natalia Cuéllar es su novia.
Desde Brasil
Sus padres nacieron en Brasil, pero hace muchos años decidieron establecer residencia en Bolivia y no se fueron más.
Su formación
En las escuelas Milton Melgar, Mauro Blanco y Semillero. De ahí dio el salto a Oriente Petrolero, donde debutó en la máxima categoría. También jugó en Guabirá y ahora está a préstamo en Royal Pari, cedido por el Huachipato de Chile.
En la verde
Debutó en Maturín contra Venezuela en las eliminatorias para Rusia 2018, bajo el mando técnico de Guillermo Hoyos. Fue el 10 de noviembre de 2016.