The Strongest atribuye como motivo principal de sus bajas recaudaciones en el torneo Clausura a los horarios en los que se programan los partidos del equipo (15.00), debido a que los trabajos en el cambio de las luminarias del estadio Hernando Siles impiden jugar de noche, y también a las obras que se ejecutan en las afueras del escenario que realiza la Alcaldía, y que dificultan la llegada de los aficionados.
En los seis partidos que ha oficiado como local hasta la fecha, el club ha recaudado 548.460 bolivianos, unos 78.800 dólares, que no llegan ni al 35% de una planilla mensual de salarios, que bordea los 230.000 dólares.
En todos esos cotejos, además, vendió en total 14.998 boletos, a un promedio de 2.499 por partido.
“Las 15.00 no es un horario agradable para el fútbol, pero los partidos se están programando a esa hora por la falta del sistema de iluminación y el cambio de luminarias en el estadio”, apuntó el segundo vicepresidente del club, Ronald Crespo.
Puso como ejemplo que en el cotejo contra Wilstermann, en el que el Tigre vendió 5.935 entradas, la mejor asistencia hasta la fecha, la gente empezó a llegar después de las 15.30.
Las obras que se hacen en las afueras del estadio también afectan y lo propio podría ocurrir cuando “se empiecen a jugar torneos internacionales”, y son “un grave perjuicio” para el fútbol en este momento.
A pesar de ello, The Strongest solicitó que el partido con Destroyers de la fecha 12, programado para el miércoles 25 a las 15.00 en El Alto, se juegue desde las 15.30 y en el Siles. Ahora espera la respuesta de la FBF para proceder al cambio.
María Inés Quispe, presidenta del club, adelantó que cuando la cancha del estadio Rafael Mendoza Castellón esté en buenas condiciones se programarán partidos en ese escenario.
“Hemos contratado una empresa de Santa Cruz y nos han prometido que la cancha va a quedar como una mesa de billar, así que a futuro vamos a jugar en Achumani”, recalcó.
(19/09/2019)