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Luis Gini Jara: ‘Fue muy duro (el accidente de Viloco), nosotros éramos como hermanos’

Durante más de 47 años, desde 1972, no se supo qué fue de la vida de Luis Gini, uno de los jugadores de The Strongest que se salvó de morir en la tragedia de Viloco de 1969. La semana pasada Marcas de La Razón, después de varios días de seguirle el rastro en las redes sociales, pudo contactarlo en su natal Piribebuy, en el departamento Cordillera de Paraguay,  donde reside desde que emprendió el viaje de vuelta desde La Paz.

Dos de sus sobrinos (Luis Gini y Jorge González), su vecino Adrián Martínez y también amigos fueron el vínculo para poder tomar contacto con don Luis, quien el siguiente mes —31 de octubre— cumplirá 84 años.

Los otros dos sobrevivientes son Rolando Vargas, el más conocido y quien siempre vivió en La Paz, y Marco Antonio Velasco, radicado desde hace varios años en Santa Cruz.

En 1967, Gini llegó al Tigre con el cartel de figura, pues en 1958 jugó la Copa del Mundo de Suecia defendiendo a Paraguay y fue Olimpia, uno de los “grandes” del continente, el último club en el que actuó en su país. En los cinco años que defendió la camiseta aurinegra siempre estuvo a la altura de sus antecedentes.

El defensor paraguayo no viajó a Santa Cruz hace casi 50 años junto con sus compañeros porque en esos días se enfermó y fue sacado de la lista a última hora, por ese motivo su familia en Paraguay creyó que había fallecido cuando se enteró de la tragedia.

Se fue en 1972 y nunca más regresó a Bolivia, tampoco volvió a tener contacto con gente del club y no obstante de que ha pasado tanto tiempo y de la distancia que hay, siente un enorme amor por el país, por su gente y también por The Strongest.

— ¿Cómo está don Luis, qué fue de su vida?

— Buen día amigo, cómo le va. Yo estoy muy bien, siempre estuve a la espera de una llamada desde Bolivia.

— ¿Alguna vez la gente del club lo buscó o alguien de Bolivia lo llamó?

— Ahora nomás, no tuve contacto con nadie de por allá. Cómo son las cosas, yo tengo una hija ahí que se llama Yudica Marcela Gini Rocabado; pero lamentablemente perdí contacto, ojalá a través de esta entrevista podamos comunicarnos.

— ¿Pensó en algún momento en regresar a Bolivia después de que terminó su contrato con el Tigre?

— Vine a Paraguay y nunca más volví, ahora vivo en un lugar que se llama Piribebuy, donde nací y donde empecé a jugar al fútbol en un club que se llama 12 de Agosto. Cuando regresé también tuve la oportunidad de dirigirlo.

— ¿Cómo es que llegó a Bolivia para jugar en The Strongest?

— La verdad que yo estaba en Paraguay, jugaba en Olimpia y más o menos estaba terminando mi carrera, pero unos amigos que tenía de la selección boliviana, a los que conocí en el Sudamericano de Buenos Aires (1959) se acordaron de mí, uno era el Chino (Max) Ramírez. Entonces me hablaron para que yo vaya a jugar y fue así que llegué a The Strongest. En ese entonces, el único país que no conocía de América era Bolivia, entonces me gustó la idea y aproveché esa oportunidad, luego me mandaron los pasajes para que viaje, me fui para conocer y terminé quedándome durante cinco o seis años.

— ¿Se acuerda en qué año llegó a La Paz?

— Más o menos en 1967, cuando era presidente (del club) el señor que tenía una fábrica de refrescos.

— Don Rafael Mendoza.

— Justamente don Rafael, me quedé hasta 1971 o 1972 y coseché muchos amigos. Cuando me fui otra vez él había asumido en el club.

— ¿Cómo le fue en todo el tiempo que estuvo por acá?

— Yo tengo en la mente y en el corazón a todos ustedes, porque desde que llegué a La Paz fui un boliviano más, me trataron demasiado bien y voy a estar siempre agradecido con esa tierra. Hasta ahora tengo los mejores recuerdos, siempre les cuento a los muchachos de acá lo bien que me trataron y agradezco demasiado eso.

— Don Luis, ¿por qué no viajó hace 50 años a Santa Cruz con el equipo?

— Resulta que desde que llegué a La Paz nunca sentí la altura, siempre estuve bien, nunca me pasaba nada; pero la noche anterior al viaje no sé qué sucedió y me enfermé, estaba con gripe o algo así, fue una cosa muy extraña (los diarios de la época dicen que fue una infección estomacal muy fuerte). Uno de mis compañeros, el arquero Orlando Cáceres, quien también era paraguayo, me llevó al sanatorio, que quedaba al frente o muy cerca del estadio, y estuve varios días ahí. Yo estaba en la lista, pero no pude ir, porque una de las enfermeras me dijo que en las condiciones en las que estaba era imposible que pudiera viajar.

— ¿Qué se acuerda del día de la tragedia?

— Como le digo, mis compañeros se fueron a Santa Cruz para jugar un campeonato del que también participó Cerro Porteño de Paraguay, estuvieron varios días y cuando regresaban sucedió esa desgracia. En ese momento no sabíamos qué pasaba, pero ahí fallecieron todos los muchachos.

— ¿Cuál fue su reacción entonces, pensó en viajar al lugar del accidente?

— La verdad que quedé muy choqueado, sentimos mucho lo que pasó, pero yo seguía internado y recién me levanté tres días después.

— Don Rolando Vargas contó hace unos días que usted no fue porque le habían puesto mal una inyección, ¿fue así?

— Es cierto, por el problema que tuve me aplicaron mal el inyectable y se me había hinchado. Él (Rolando) también se salvó, seguramente tenía problemas y tampoco fue.

— Seguro fue un momento de mucho dolor…

— Fue muy duro, nosotros éramos como hermanos, vivíamos todos cerca tanto los bolivianos, los paraguayos que integrábamos el equipo, lo mismo que los muchachos argentinos, quienes también eran varios.

— ¿Se acuerda qué le dijeron en su casa?

— Mis familiares en Paraguay pensaron que había muerto en la Tragedia de Viloco, porque como le conté yo estaba en la lista para viajar, figuraba mi nombre. Como en esa época había pocas radios, la gente se reunía hasta para escuchar lo que se decía. En la casa de mi cuñado había una (radio) y ahí escucharon lo que sucedió con el equipo en Bolivia, además la gente estaba confundida porque nosotros éramos tres paraguayos en el club The Strongest.

— ¿Escucharon alguna radio de Bolivia?

— No, escucharon en una emisora argentina del accidente. Empezaron a limpiar toda la casa en espera de que mi cuerpo sea trasladado, porque los diarios comenzaron a informar que los cuerpos de los jugadores extranjeros iban a ser llevados a sus países; pero unos días después, también por las radios de La Paz, en Paraguay se enteraron de que yo no viajé.

— Me imagino que fue un alivio para sus padres y demás familiares saber que estaba vivo.

— Por supuesto, porque ellos ya estaban esperando mis restos. Los pude ver después cuando fuimos a jugar un amistoso contra Boca Juniors en Buenos Aires y pasamos por el aeropuerto de Luque (cerca de Asunción).

— Boca fue uno de los clubes que ayudó a The Strongest para la reconstrucción del equipo…

— Recuerdo que el presidente de Boca Juniors (Alberto J. Armando) ayudó mucho, lo mismo que otros clubes. Jugamos varios partidos amistosos y de carácter benéfico para poder reconstruir el equipo. De Boca llegaron justamente dos muchachos (Víctor Hugo Romero y Fernando Bastida), además de otros jugadores.

A La Paz incluso fue a jugar el Santos del famoso Pelé. Tengo una foto con él en la que depositamos una corona en el estadio Siles como homenaje a mis compañeros.

— ¿Qué recuerdos tiene de Armando Angelaccio?, le pregunto porque él era paraguayo como usted y el día que murió, nació su hija Amanda.

— Él se casó en La Paz y sus restos se quedaron en Bolivia. Los únicos restos que vinieron hasta Paraguay fueron los de Cáceres, quien era el otro arquero.

— ¿Hasta cuándo jugó en Bolivia?

— Yo jugué hasta 1971 o 1972 en The Strongest y quería venirme, porque mi papá también me necesitaba en la casa porque viajaba mucho con los clubes en los que jugué por todo el continente y también fui a Europa para jugar el Mundial de Suecia (1958) con la selección paraguaya.

Practiqué mucho el fútbol y gracias al deporte es que conocí a los bolivianos y siempre les cuento aquí a los muchachos de mi paso por ese país y lo hago con mucho cariño, como si fueran mis hermanos. Me trataron demasiado bien y yo me acostumbré, claro. Tengo muchos recuerdos en mi mente y a todos los bolivianos los llevo en mi corazón. Ese sentimiento lo voy a tener por siempre.

— Hemos tratado de encontrarlo desde hace tiempo y ahora por fin hemos podido, es algo bueno….

— Yo estuve siempre aquí.

— ¿Le gustaría decirles algo a Rolando Vargas y Marco Velasco?

— Un saludo muy especial para ellos dos, yo los considero como hermanos que me ha dado la vida por medio del deporte y gracias al deporte fue que nos conocimos. Va a ser para mí una gran satisfacción que a través de usted pueda hacerles llegar un recuerdo y desearles mucha suerte.

Me acuerdo que cuando yo estaba por La Paz  íbamos mucho a la casa de Vargas a pasar los días. Le repito que es una gran alegría que me hayan llamado de Bolivia.

En su natal Piribebuy es un ídolo

Luis Gini es un ídolo en su natal Piribebuy, fue declarado por el municipio como ‘Hijo Predilecto’, además es considerado el deportista más destacado de todos los tiempos de esa población.

También dentro del fútbol de su país es considerado como uno de los jugadores más descollantes de la historia.

Nunca se casó y tampoco tuvo hijos en Paraguay, solamente tiene una hija en Bolivia (Yudica Marcela). Vive solo en su casa, considerada patrimonio nacional en su país, pero próximo a cumplir 84 años tiene a muchos familiares que lo cuidan, según su amigo y vecino Adrián Martínez.

Sus sobrinos Luis Gini y Jorge González conocen bien de su paso por Bolivia, los años que jugó en The Strongest y la Tragedia de Viloco.

“Todos los días, lo que hace mi tío es recordar a su amado The Strongest y todo lo que vivió en tierras bolivianas”, cuenta su sobrino Jorge, quien además dice que en varias oportunidades intentó tomar contacto con los dirigentes de The Strongest, “pero nunca conseguí nada”.

(25/09/2019)