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Violencia y violentos

No fueron menores los incidentes en dos recientes partidos del fútbol profesional boliviano. Ambos deben llamar la atención de las autoridades para que bochornos así no se repitan, y menos con involucrados de primer orden que son de adentro mismo. El torneo ha ingresado en la recta final y los nervios traicionan debido a los intereses que están en juego, pero de ninguna manera eso puede ser motivo o excusa.

En Cochabamba, el partido entre Aurora y Blooming terminó con aficionados lanzando objetos desde las tribunas. ¿Por qué reaccionaron así? No solo porque su equipo, que lucha por eludir el descenso, volvió a perder, sino también porque hubo una provocación desde la cancha del chico Rubén Cordano, golero del equipo cruceño, cuando se iba tras haber sido expulsado.

Cordano no midió las consecuencias y pudo ser peor.

Encima, golpeó como un loco una ambulancia. Hay que preguntarse por qué se dan reacciones así en un jovencito de 20 años. Si se le hace un seguimiento desde antes, se constatará que sus berrinches son frecuentes.

En El Alto, hubo una trifulca al concluir el juego entre Always Ready y Sport Boys el sábado. Insultos por aquí y por allí, empujones y todo eso.

Llamó la atención que en medio estuviera alentando la violencia un dirigente, el vicepresidente de Always, Andrés Costa. Las imágenes de la televisión lo pueden corroborar: primero lanzó algún objeto, después tiró un manotazo y corrió para esconderse.

Cordano y Costa no pueden dar ese tipo de malos ejemplos. Como la de muchos protagonistas directos, su comportamiento debe ser otro en vez de meter más leña al fuego cuando se dan situaciones como las recientes.

Sus clubes son los primeros llamados a poner orden. Pero también los tribunales de justicia deben actuar con mayor severidad en las sanciones, de lo contrario no van a parar.