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Sport Boys salta del título de 2015 a su cuasi desaparición

Cuatro años después de consagrarse campeón boliviano por primera vez —en diciembre de 2015—, Sport Boys de Warnes va camino al descenso de categoría y aparte afronta una dura batalla por sobrevivir y no desaparecer, en un momento en que no tiene directorio ni aparecen personas para salvarlo.

“La situación es muy difícil y complicada. Son momentos en que no hay manera de hallar una solución”, reconoce Javier Suárez, quien permanece en el club colaborando en la parte administrativa.

La mejor época de Boys en el fútbol nacional, tanto su ascenso a la máxima categoría como la obtención del título mayor, llegó bajo las presidencias a cargo de funcionarios ligados al anterior gobierno nacional encabezado por Evo Morales Ayma.

Su último presidente, el exministro de Gobierno Carlos Romero, está desaparecido tras los recientes acontecimientos que provocaron un conflicto político y social en el país, y el club ha quedado a la deriva.

La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y Futbolistas Agremiados de Bolivia (Fabol) acordaron esta semana un “salvavidas” para Boys, a fin de que siga jugando el torneo Clausura, pero se trata solo de un paliativo y el club tiene pocas esperanzas más de vida.

De la mano de Mario Cronenbold, Sport Boys consiguió en la temporada 2013 el ascenso a la entonces Liga del Fútbol Profesional Boliviano.

Cronenbold —más bien un hincha de Blooming—, quien en los últimos años fue alcalde de Warnes y partidario del MAS de Evo Morales, hoy guarda detención preventiva en el penal de Palmasola, en Santa Cruz, acusado por varios delitos.

Su afinidad con Evo llevó al expresidente de Sport Boys a ofrecerle a Morales —un futbolista aficionado— jugar en el equipo cuando éste logró el ascenso a la máxima categoría.

Según los datos oficiales, el representante legal del club de Warnes es Pedro Zurita, un dirigente que se ocupó del club por años en la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF), aunque después hizo acuerdos para que otras personas lo administraran.

De esa manera, tras la renuncia de Cronembold, el siguiente titular de Boys fue Romero, quien condujo al plantel a obtener su primer y único título boliviano hasta la fecha, logrado en 2015, y a jugar la Copa Libertadores de América del año siguiente.

Aquella corona fue lograda por un plantel mediano, aunque luego Romero y sus colaboradores conformaron equipos de primer nivel con llamativas contrataciones de jugadores, pero sin nuevos resultados positivos.

La época de bonanza de Sport Boys comenzó a decaer con el tiempo y su mayor crisis la afronta este año, en el que perdió seis puntos por deudas a exjugadores, a la vez que —todavía a cargo de Romero— llegó a deber hasta cinco meses de salario.

Jugadores de los restantes 13 clubes, encabezados por sus capitanes, se pusieron de acuerdo con no dar luz verde a la reanudación del Clausura si antes no se pagaba aunque sea una parte de los salarios de sus colegas de Boys, por lo que la FBF consiguió un “préstamo” de la empresa dueña de los derechos de televisación, de 150.000 dólares, que va a permitir que el club de Warnes siga compitiendo, aunque ello implique solo alargar su agonía.

Zurita —agregó Suárez— realiza gestiones ante varios grupos empresariales de Santa Cruz para convencer a alguno de ellos de que se haga cargo del club, pero la situación no es sencilla, sobre todo por el riesgo de perder la categoría.

Los datos

Desde Botero

En sus mejores años, Sport Boys contó con el goleador Joaquín Botero, pieza vital en 2013 para el ascenso a la Liga.

Figuras

Carlos Lampe, Edivaldo Rojas, Daner Pachi, Limberg Gutiérrez, Jhasmani Campos, José Alfredo Castillo, Carlos Arias, Jair Torrico, Samuel Galindo, Leonardo Vaca, Damir Miranda, Sergio Galarza, Thiago Leitao son algunos renombrados que pasaron por Boys.

De afuera

Destacaron los extranjeros Esteban Fuertes, Cristian Fabbiani, Alexis Messidoro, Carlos Tenorio, Grenddy Perozo, José Luis Sánchez Capdevila y Juan Vogliotti.

DT de primera

Hubo notables técnicos en  Sport Boys: entre ellos están Xabier Azkargorta y Eduardo Villegas, el DT más ganador del fútbol nacional.

Un club sin cuentas, solo con chequera unipersonal

Jorge Asturizaga – La Paz

Por mandato del Estatuto, Sport Boys no tiene ni una sola cuenta bancaria, dice Javier Suárez, el único personero que no se ha movido y continúa apoyando la administración del club en desgracia.

“Todos los pagos que se hacían a los jugadores eran en efectivo porque el club no tenía ninguna cuenta en el banco”, enfatizó Suárez.

Todo el dinero que circulaba por concepto de la actividad futbolística del club pasaba por manos del desaparecido presidente Carlos Romero, exministro de Gobierno, el único que tenía el respectivo poder.

Según Suárez, el propietario o representante legal de Sport Boys es Pedro Zurita, pero como desde antes su capacidad económica no alcanza para apoyar una gestión, optó por entregar la administración del club precisamente a Romero, con todas las prerrogativas.

Ese acuerdo también involucra que no haya un directorio, provocando un manejo unipersonal. Si bien había otras personas, como en su momento Cliver Rocha, eran afines a la línea política de Romero.

Ahora no hay quién se haga cargo de una enorme deuda que llegó a cinco meses de salarios. Apenas se logró un paliativo gracias a una gestión a cargo de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y de Fabol, que consiguieron 150.000 dólares. Ese monto alcanzará para cubrir poco más de una planilla.

Por deudas, Sport Boys ya perdió seis puntos en lo que va del año y corre de perder tres más si no paga los 19.000 dólares que la reclama el jugador paraguayo Marcos Miers a través de una demanda interpuesta ante la FIFA.

“La notificación llegó durante el paro cívico en Santa Cruz y nosotros remitimos a la FIFA una nota solicitando tolerancia porque estábamos impedidos de hacer efectivo el depósito. Ojalá que hasta la próxima semana podamos resolver el tema”, agregó Suárez.

Pero ese no es el único caso, pues hay otras demandas de los jugadores Juan Eduardo Fierro, Leonel Morales y Ronny Jiménez, presentadas ante el Tribunal Resolución de Disputas (TRD). Esa parte de la deuda alcanza a unos 100.000 dólares.