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El ‘clásico solidario’

No hay que olvidarse de cumplir las promesas. Hace unos cinco meses se jugó un clásico Bolívar vs. The Strongest, entonces Marcelo Claure convirtió a ese partido de fútbol en un evento solidario: la Chiquitanía y la Amazonía sufrían por los incendios.

“El sábado, #Bolivaristas y #Stronguistas somos una familia Boliviana, con el único objetivo de recaudar la mayor cantidad de fondos para ayudar a la reconstrucción de nuestra hermosa Amazonía y Chiquitanía. En la cancha ganará el mejor. En las tribunas ganará #Bolivia”, escribió en Twitter el presidente de BAISA SRL, la empresa que administra a Bolívar.

En el banner que acompañaba ese mensaje, además protagonizado por dos jugadores abrazándose, uno de cada equipo, se leía: “Toda la recaudación será donada para salvar nuestros bosques”. Estupendo acto solidario.

El público respondió. La recaudación fue de más de 200.000 dólares. Hechos los descuentos seguramente quedó algo menos para apoyar la causa. ¿Cuál fue el destino de ese dinero? ¿Ya fue donado? No se supo más del tema.

En 2015 hubo un revuelo en el fútbol boliviano: Carlos Chávez, entonces presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), era detenido preventivamente. Estuvo en esa situación durante tres años hasta que murió de cáncer. Se fue sin que la Justicia demostrara su culpabilidad.

A principios de 2013, en un partido por Copa Libertadores en Oruro, entre San José y el brasileño Corinthians, el joven Kevin Beltrán, hincha del santo, perdió la vida por el impacto de una bengala. Como muestra de buena fe y para resarcir en parte el daño causado a su familia, la Confederación Brasileña de Fútbol y la FBF pactaron un amistoso entre ambas selecciones y supuestamente decidieron que el dinero recaudado fuera a favor de los familiares del fallecido. El encuentro futbolístico tuvo lugar en Santa Cruz.

Un dirigente de Bolívar, Wálter Zuleta, que fungía como tesorero de la FBF, presentó una acusación ante la Fiscalía y denunció a Chávez por “estafa agravada”. El principal motivo, entre varios otros, que derivó después en su encarcelamiento fue el incumplimiento de ese “ofrecimiento” a la familia de Kevin.

Un caso, el del clásico, no tiene nada que ver con el otro, el de Bolivia vs. Brasil. La única coincidencia es la voluntad de las partes expresadas en su momento por un impulso que nace de la solidaridad ante hechos lamentables. La cuestión es que no hay que dejar que las promesas se las lleve el viento, ante todo hay que cumplirlas.