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Dusan Draskovic: ‘Uno no se olvida de jugar fútbol, así pare tres o cinco meses’

Mentor por excelencia. Nació para enseñar, le gusta transmitir sus conocimientos. Puede hablar horas y horas de los hechos con lujo de detalles. Tiene una memoria prodigiosa y un estilo particular para expresarse.

Es Dussan Draskovic, montenegrino-ecuatoriano, exseleccionador de Bolivia. A sus 80 años no deja de ser un estudioso del fútbol, además muy actualizado. Desde Guayaquil, donde tiene su residencia, habló de muchas cosas.

¿Cómo está conviviendo con la pandemia en Ecuador?

Aquí en Guayaquil todo es un desastre, son muchos los que se enfermaron, se dan cientos y cientos de casos, hubo momentos de caos que se vivieron. Allá en Bolivia creo que no tienen esos niveles. Mi familia está muy bien, excelente, no salimos y yo ando más metido que nunca con el fútbol, es lo que más me gusta, es mi pasión.

¿A qué se dedica?

Estoy en la Televisión Católica, en un programa deportivo de análisis del fútbol ecuatoriano y del internacional, trabajo junto a Cuqui Suárez, un periodista argentino que se naturalizó ecuatoriano y vive años en Guayaquil, y con otros tres más de buen nivel periodístico.

¿Ya no trabaja con equipos?

No, ahora lo mío es seguir enseñando y trabajando en la semilla. Abrí 46 escuelas de fútbol en la provincia del Guayas, además continué con los cursos de entrenadores dentro y fuera de Ecuador. Estoy excelente, me pasó el tiempo trabajando, fabuloso.

¿Es un entrenador de entrenadores?

Siempre que se pueda uno debe transmitir ideas, trabajo, ¡sino cómo progresamos! No puedes quedártelo para ti, eso no sirve de nada. En Yugoslavia, cuando era niño, decían que el padre que no lograba que sus hijos se recibieran de bachilleres, por lo mínimo tenía que ir a la cárcel. Un pueblo avanza mientras más preparación tiene. Si en la vida no enseñas, cómo avanzas con tu pueblo. Las cosas son así, no te puedes cansar de enseñar.

¿Se lo nota aún con mucha energía?

Sí, cada día camino 6 kilómetros en mi casa. Vivo en el piso 12 de un edificio en Guayaquil, el pasillo de mi departamento tiene 20 metros, más los 30 metros de toda la planta, tengo 50 metros que camino sin parar 120 veces ida y vuelta, entonces me siento bien físicamente. En la mitad, en los 3.000 metros, hago un receso de cinco minutos, tomo agua, un poco de estiramiento y continúo.

A propósito, por lo de la pandemia el jugador nunca estuvo parado tanto tiempo, ¿cuánto deberá prepararse para volver?

No, no. Es cierto que los jugadores nunca antes en sus carreras pararon tanto tiempo, pero un profesional de primera o de segunda división, tiene su talento, uno no se olvida de jugar fútbol, así pare tres o cinco meses. Si siempre supiste, tu juego sale normal, tu talento nace natural, fluye y ya. Tu capacidad aprendida está en ti, no la pierdes nunca, solo la recuperas en poco tiempo.

Draskovic con su esposa e hijas en Guayaquil

En Bolivia ya son dos meses sin pelota ¿cuánto tardarán nuestros jugadores en ponerse bien?

Ya dije, la técnica de un jugador es su condición, sus habilidades están ahí. Los jugadores no pueden estar de vagos y aburridos en sus casas, así vivan en espacios chiquitos deben trabajar con los entrenadores y luego no les costará volver en máximo 10 días, a lo mucho. Uno es feliz en la cancha, así que si como futbolista no trabajas eres un mal profesional, no gustas del fútbol de verdad. Jugadores de The Strongest y Bolívar trabajan en sus casas, no pierden tiempo y de vuelta a la normalidad no necesitarán mucho para regresar a jugar.

¿Pero la parte física no tomará tiempo?

Hoy la preparación física es diferente y en las casas se puede trabajar fuerza, flexibilidad, potencia, coordinación y otros como aeróbica y anaeróbica. Los periodos y contenidos de trabajo clásicos ya no existen. El atletismo y las pesas de antes ya no sirven, es pérdida de tiempo, así lo corrobora el preparador físico de Barcelona en Europa, es el club poderoso del mundo.

¿Cómo deberían trabajar entonces?

El trabajo que se denomina metodología integral, quiere decir que al mismo tiempo trabajas lo técnico, táctico, físico y psicológico, todo a la vez, siempre con la pelota. En el fútbol trabajas el 90 por ciento con la pelota. Ya dije, periodos de correr kilómetros arriba y abajo y arena y playa es fuera de lugar. Las pretemporadas de antes de cuatro semanas en Bolívar, The Strongest, Oriente ya no. Hoy no necesitas más de ocho días, diez a lo máximo. Mientras haces fútbol trabajas todo, eso es un trabajo integral.

¿Sigue al fútbol boliviano en la actualidad?

No tanto, no tanto. Vi clubes bolivianos en la Copa y el año pasado miré a la selección de Bolivia con Francia. Siempre hay elementos buenos, (Alejandro) Chumacero, (Erwin) Saavedra y otros nombres. Bolivia siempre tuvo jugadores con habilidad futbolística, calidad técnica con el balón. De 11 millones de bolivianos tienen que salir más jugadores talentosos. El muchacho boliviano es hábil, pero hay que trabajar otras cosas de fuerza, más rápido, más confianza.

¿César Farías es un buen seleccionador para Bolivia?

Un muchacho muy inteligente, buen entrenador que posee muchas cualidades. Estuvo, si no me equivoco, en cursos que dimos en San Cristóbal y en Caracas, en Venezuela, y en San Pablo, Brasil, cuando me nominaron instructor de FIFA. Esa vez pasaron muchos entrenadores venezolanos y con él nos sentamos a dialogar mucho. Farías tiene grandes condiciones, ya levantó a Venezuela. En Bolivia puede hacer un trabajo serio y muy bueno, creo que fue una decisión totalmente acertada de ustedes con respecto a él.

¿Qué eliminatorias sudamericanas se imagina que se jugarán después de lo que ha pasado?

Qué puedo decir, no hay competencia, no se ha visto mucho. Los favoritos por historia y porque son potencias son Brasil y Argentina, que están arriba, y después viene casi todo el resto con Uruguay, Colombia, Ecuador y Chile, y los demás. Habrá que esperar cómo se reorganiza la competencia, ahora con menos tiempo.

¿Bolivia puede soñar con ir a otro Mundial?

No sé. Ustedes tienen que preguntarse antes si Bolivia cuenta con una liga de 20 clubes, si tiene una competencia fantástica de donde sacar jugadores, si tiene una segunda profesional y cuenta con fútbol juvenil todo el año de donde poder seleccionar. Ustedes tienen que pensar cómo pueden hacer una selección mayor, otra sub-23 y otra sub-20 que trabaje lo más que pueda. Ahora no, no es rápido, sino tiene que pasar un tiempo, son procesos.

Usted llegó cuando Bolivia había jugado un Mundial, ¿y qué pasó?

Sí, me hice cargo del equipo el 31 de agosto de 1995. Bolivia tuvo grandes ídolos, jugador de jugadores que llevaron al Mundial de Estados Unidos, ese 1993 fue un año maravilloso para ustedes. Cuando nosotros llegamos, trabajamos con los mundialistas, pero igual Bolivia debía de trabajar en otros valores, teníamos que encontrar a una nueva generación porque había talento, jugadores inteligentes, pero se debió trabajar mucho y empezar a conseguir resultados.

¿Es cierto que a algunos mundialistas no les cayó bien que usted viniera?

Hubo un poco de todo. Melgar y Borja, fueron maestro de maestros y otros grandes jugadores, pero ya cumplieron en la selección y no era fácil renovar sin que algunos se sintieran molestos, ¿me explico? Para todos tengo un gran respeto y admiración porque llevaron la bandera boliviana a un Mundial. También dirigentes de anterior gestión a José Saavedra manifestaron opiniones no correctas en la televisión y (Jorge) Habegger, quien estaba en Bolívar como DT, no cedió a los jugadores, no mandó a Rimba y a otros. Entonces hubo mucha crítica, más ataque e incomprensión con la selección, hasta de algunos periodistas que no estaban en deportes también criticaban.

¿Por qué Habegger no mandó a sus jugadores?

Yo le dije a (Carlos) Aragonés ‘ve a preguntar qué pasó’ y él volvió diciendo que Habegger convenció a su club de no hacerlo, entonces yo dije  que ‘es una pena, porque ambos somos empleados extranjeros de un pueblo fantástico y honesto y nadie tiene derecho por intereses personales de perjudicar el trabajo de una selección que tiene que defender una bandera’. Él habló con su presidente de club Bolívar para que me despidieran porque cómo yo podía ofender a Bolivia y decir que cómo era posible que había una federación aquí, una Liga allá. Sin embargo, cuando Bolívar vio como trabajamos, el presidente del club, Luis Mercado, le dijo: ‘Habegger cierra boca, no hable más y trabaje’.

¿El periodismo también le complicó?

No todos, siempre hay unos, aquí también. Un periodista no sé quién dijo que los jugadores no entendían mi español, algo falso. El padre (Eduardo) Pérez igual complicó, jodió porque no acepté una entrevista en su radio y se puso a hablar de (Xabier) Azkargorta y de (Antonio) López, de cómo ellos fueron al Mundial, una cosa de españoles y una falta de respeto a mi persona porque yo era seleccionador de Bolivia, yo necesitaba apoyo, porque ese año Azkargorta dirigía a Chile. Esa vez el presidente de Bolivia de entonces dijo una gran frase: ‘lo dramático del fútbol es que todos son especialistas’.

¿Qué pasó con Ramiro Castillo?

Cuando llegué a Bolivia, Castillo tenía 28 años y me dijeron que se quería retirar, ya no jugar ‘¿¡Y cómo quiere irse!?’ pregunté, ‘¿dónde está?’ Me respondieron ‘en los Yungas’, entonces dije  ‘llámenlo’. Hablé con él, mucho, de varias cosas. Me dijo que porque era negrito no lo respetaban en la calle y pregunté por qué no seguir cuando si su país lo necesitaba, que para mí era un jugador extraordinario. ‘Cuente conmigo’ le dije, ‘regrese a jugar a Bolívar o The Strongest, si lo hace lo pongo en la lista y será capitán’. Me aceptó, nos dimos la mano y luego hablé con Saavedra. Chocolatín era fantástico. Yo aseguro que si Castillo jugaba la final de la Copa América de ustedes ante Brasil en La Paz, Bolivia iba ser campeona, de eso no dudo.

¿Qué se acuerda más de Bolivia?

Un pueblo excepcional, Bolivia es maravilloso, estuve un año y tres días como en mi propia casa. Me hubiera gustado seguir, trabajar más en la base. Trabajamos no solo con la selección sino enseñamos a los entrenadores con cursos en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Beni y yo quería ir a todo lado, a ciudades grandes y a chicas, donde se juega fútbol, pero José Saavedra estaba en una gestión que no la apoyaban todos, por eso dije: ‘cómo una Federación iba sola por aquí, y como la Liga en otro lado con otros dirigentes, cómo es eso’. No trabajaban juntos y eso era doble de problema.

¿Era un problema de estructura?

Surgió una división en la dirigencia y bueno, eso complicó a José Saavedra que estaba muy solo, como la división entre los dirigentes de la sierra y los del llano cuando todos son bolivianos, cuando todos deben ser unidos como un puño. Recuerdo que hace años una Miss Bolivia dijo que ella venía de Santa Cruz, donde son blancos y hablan inglés y no de la sierra donde están indios y gente pobre, ¡Nooo! Me dije que si yo era el presidente del país retiro a esa representante inmediatamente porque eso hace mal. Bolivianos, ecuatorianos y en todo el mundo todos somos una mezcla de razas, porque el mundo es así.

¿Le interesa la política?

Soy Cónsul de Serbia en Ecuador. Soy de origen montenegrino, nací en Bañaluca, en Bosnia Herzegobina, pero no dejo de ser yugoslavo. No hablo de política, pero sí leo bastante. Como conté algunas veces, mi familia pasó cosas duras, de ser una familia de rango se quedó en una pobre con muchos hijos, huyendo de la guerra, de la injusticia. Por eso pienso que un hombre correcto, un humano, no puede aceptar que solo algunos por ser ricos con mucho dinero quieren hacer lo que quieren con la gente, quieren manejarlo todo mientras la mayoría, que es pobre, la que pasa mal.

¿Cómo debe ser una sociedad?

Como países tercermundistas no podemos pelear entre nosotros. Yo respeto a todas las naciones y todos sus pueblos. Bolivia no es la única que tiene personas con pensamiento diferente, aquí en Ecuador y en todo lado, pero todos necesitamos de todos para ser un país fuerte, para hacer mucha agricultura, industria, carreteras, universidades, hospitales, para ser un país fuerte. Todos queremos vivir fenomenal, no solo unos pocos.

(10/05/2020)