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Villariño: ‘No tener contacto con la pelota va a pasar factura’

Hace tres meses que los jugadores de The Strongest, lo mismo que los de los otros 13 clubes de la División Profesional, no tienen contacto con la pelota y volver a familiarizarse será la dificultad más grande con la que tropezarán cuando regresen a entrenarse en cancha, desde la perspectiva del preparador físico de The Strongest, Leandro Villariño.

Para trabajar en ese aspecto, también en la preparación física, Villariño considera que por lo menos cinco semanas serán necesarias, una pretemporada completa, para la puesta a punto de sus jugadores antes de que vuelvan a jugar.

El PF argentino, quien empezó su trabajo con el plantel atigrado hace exactamente una semana, contó que en los últimos días ha tenido contacto con varios de sus colegas que están vinculados a clubes de la liga estadounidense (MLS), que el miércoles 8 de julio empezará a jugar su torneo en una sola sede, y le han comentado que “son altísimas las dificultades de movilidad en cuanto a lo que es el dominio y la interacción con la pelota”.

Calificó como “algo histórico” que los jugadores de fútbol de Bolivia y de otros países hayan pasado tanto tiempo sin dominar una pelota y por eso “es normal que se pierda tiempo y espacio para hacer un pase, para recibirlo, el pie ha perdido esa sensibilidad; así que más allá de que la carga física sea intensa o no tan intensa en la vuelta a los entrenamientos, el jugador deberá sumar horas con el balón en los pies para recuperar esa cualidad lo antes posible”.

Proyección

No existen estudios, tampoco trabajos científicos —prosigue— que indiquen el impacto que puede tener en el rendimiento de los profesionales y el tiempo que necesitarían para recuperarse después de tanto tiempo sin trabajar de manera normal.

Desde una perspectiva personal, considera que cinco semanas es el tiempo mínimo para que los jugadores estén listos para volver a las canchas.

“Por ejemplo, vos tienes una pérdida de la forma física cuando superas el mes de inactividad, pero acá los chicos no han estado inactivos, siempre han estado moviéndose, entonces la condición física de base no va a ser mala, obviamente va a existir una merma; pero nosotros tratamos de que esa disminución de los niveles de fuerza y los valores de consumo de oxígeno sean los menores posibles”.

Insistió, tras ese análisis, que “lo mínimo que necesitaríamos para cuidar bien al futbolista sería una pretemporada de por lo menos cinco semanas, aunque en Bolivia, desde que yo estoy hace tres años, las tareas previas a la competencia duran solamente tres o máximo cuatro”.

En la primera semana, de acuerdo con el plan que ya ha empezado a delinear, se debería trabajar de manera básica, de muy baja intensidad; “me atrevería a decir de menor intensidad a la que se está trabajando en este momento, para permitir una vuelta progresiva, una etapa de readaptación la podríamos llamar”.

En ese tiempo las tareas van a cambiar de dirección, ya no van a existir los espacios reducidos en los que se mueven ahora. Posteriormente van a empezar a tener contacto con el balón, a golpearlo, a rematar, y eso genera otro tipo de acoplamiento de la estructura muscular”.

A partir de la segunda semana ya habría que plantearse un modelo de pretemporada donde la carga sea un poquito más intensa y más voluminosa; por eso “yo creo que cinco semanas necesitaríamos para hacer algo bien y para que uno puede estar tranquilo que tuvo los tiempos para programar un buen trabajo”.

No se olvida del tema de la aclimatación que va a involucrar a los jugadores extranjeros que viajaron a sus países y también a los que se fueron al interior. “Una vez que ellos pasen la cuarentena, tengo entendido que van a estar guardados 10 días, ese tiempo les va a servir de adaptación que seguramente será medianamente pasiva, y cuando se sumen al grupo ya los vamos a tener en condiciones de exigirles un poquito más”.

Apoyo

 Villariño, ve con buenos ojos que los jugadores del plantel realicen entrenamientos extra al margen de los que cumplen a diario con el plantel por videoconferencia.

“A ninguno de los que quieran hacer un refuerzo físico se les corta esa posibilidad, porque en esta época lo mejor es que el jugador esté bien de la cabeza”, subraya.

Explica que en esta época, todos los jugadores de la plantilla sienten la necesidad de hacer algo más, “porque es mucho tiempo el que están en sus casas y no están acostumbrados a estar echados viendo televisión o tirados en sus salas, tienen esa sensación de encierro”.

Entonces está permitido que hagan ejercicios adicionales, “el que puede se escapa y corre, el que puede trabaja en gimnasio, porque tienen esa necesidad de hacerlo”.

Varios de los jugadores, además, están ahora en posibilidades de salir a correr y entonces, contó, a ellos les ha preparado un plan para que lo realicen; otro futbolista tiene molestias leves en el tobillo y a él también se le diseñó “toda una labor de reforzamiento para esa articulación”.

Dijo que el trabajo adicional está bien coordinado con los futbolistas, está enterado de las tareas que realizan. “Cuando hay voluntad de trabajar, solamente hay que guiarlos”.