Pasaron 67 años desde que dejó su Formosa natal en Argentina —frontera con Paraguay— para arribar a La Paz, donde jugó al fútbol desde 1953. Se consagró, ganó títulos e hizo su familia y nunca más se fue, se trata del exdefensor Eulogio Vargas, gran lateral izquierdo, campeón con Bolivia en 1963, quien ahora pasa un momento delicado de salud.
Chaqueño de nacimiento, pero paceño de corazón, algunos de sus excompañeros y amistades destacan su semblanza de futbolista, entrenador y de un hombre de bien, de un boliviano que echó raíces en el país.
Vargas no puede dialogar fluido porque sufre de un malestar en la garganta que se lo impide, además su capacidad auditiva está venida a menos. Hace poco dejó el centro médico de Cotahuma donde superó al COVID-19, pero igual requiere cuidados.
A ello se suma que siempre fue una persona bastante reservada, poco social incluso con sus compañeros.
“Soy un boliviano más, pero un chaqueño que no deja de matear”, dijo Vargas una infinidad de veces a su compañero de selección y amigo Édgar Quinteros, otro campeón del 63.
“Lo que me queda de Formosa es el mate, vamos a matear. Allá ya no están ni mis dos hermanos que se fueron a Buenos Aires”, es otras de sus expresiones del exdefensor de la Verde.
Vargas, de 89 años, quedó viudo, perdió hace dos semanas a su esposa Elba Rocha, con quien formó una pareja ejemplar por más de medio siglo de matrimonio, además que hace años perdió a su único hijo varón.
Actualmente cuenta con el único apoyo de una sobrina nieta que reside por los Yungas y familiares del exfutbolista fallecido Orlando López.
“Eulogio fue amigo de mi finado esposo. Correcto, serio. Su esposa fue mi amiga por más de 30 años. Eran una pareja ejemplar. Sabíamos que fue un gran jugador, pero él no tenía alaracas. Le gusta tener su espacio. Ahora necesita atención médica”, cuenta Silvia Tejeda, amiga y vecina.
En las dos últimas décadas, Vargas se alejó del ambiente público. Una de sus últimas apariciones fue en 1988, en los 25 años de la conquista del Sudamericano del 63. Junto a sus compañeros fue a Palacio de Gobierno donde fueron distinguidos.
“Estos años ya dejamos de vernos porque estamos mayores, pero antes si nos veíamos seguido. Recuerdo que una vez la pasamos bien en el Colegio Militar cuando nos distinguieron con el Castillo de Oro”. afirma Édgar Quinteros, su compañero de selección.
Como futbolista Quinteros retrata a Vargas como un back central por izquierda impasable, tremendo cabeceador, juego fuerte pero no malintencionado, ágil para cortar todas las pelotas por arriba y abajo.
Añadió que en ese certamen fue insustituible porque impuso esa dureza chaqueña para detener a argentinos, brasileños, colombianos y otros.
“El ‘Negro’, así le decimos de cariño, siempre fue cauto, serio y de temperamento elevado. No le agradaba las fiestas ni recepciones. Como jugador fue muy profesional. Ni bebedor, ni fumador. Más bien siempre fue ahorrativo y trabajador”, destacó Quinteros.
El exdefensor de los 60 Víctor Barrientos también destacó a Vargas. “Gran marcador por izquierda como fue Eulogio. Él estaba en plenitud y yo empezaba en el fútbol. Jugó en los clubes importantes de La Paz y en la selección. Debemos hacerle un homenaje”, aseguró.
Campeón con el Tigre, ‘U’, Bolívar y con Bolivia el 63
A principios de los 60, Eulogio Vargas se naturalizó boliviano, y en 1963 se consagraba campeón sudamericano con la selección boliviana; pero también fue campeón con The Strongest en 1958, con Bolívar en 1966 y Universitario en 1968. Los éxitos siempre lo rodearon dentro del campo de juego.
Vargas llegó a The Strongest por emergencia. Ocurrió que en 1953 tras un partido en Cochabamba, jugadores atigrados fueron arrollados por el tren y murieron. Entonces el club fichó a extranjeros, entre ellos al chaqueño.
Edgar Quinteros destaca de Vargas que en el Tigre se destacó en los torneos nacionales y en los internacionales que antes la AFLP organizaba cuando se jugaba con Bangú de Rio de Janeiro, Sporting Tabaco de Lima, Cerro Porteño de Asunción o Rampla Juniors de Montevideo.
“El Negro siempre mantuvo un nivel alto de rendimiento en ante cualquier rival”, evoca Quinteros.
Además Vargas jugó con descollantes figuras de su época, en el Tigre fue campeón en 1958 al mando del DT Félix Deheza y jugadores como Max Ramírez, Freddy Valda, ‘Pisa’ Rodríguez, Onofre Benítez, Américo Morales y Alfonso Trujillo entre algunos.
Luego a fue parte del otrora poderoso Chaco Petrolero, donde estuvo con Fortunato Castillo, Abdul Aramayo, Arturo López y Milton Flores.
De ahí saltó a Bolívar al mando derl DT griego Dan Georgiadis y con compañeros como Roger Wills, Mario Rojas, Raúl Álvarez, Walter Costas, Ramiro Blacutt y José Antonio Kairuz.
La recta final de su carrera pasó al fortísimo Universitario y fue campeón con Fortunato Castillo, Raúl Alvarez, Griseldo Cobo, Oscar Matozza y Ramón Ferreira entre otros.
Los datos
Reposo
La familia y amigos cercanos procuran que Vargas supere sus dolencias y luego sea atendido en una casa de reposo, donde tenga una vejez digna.
En 1988
Una de las últimas apariciones públicas que tuvo fue en 1988, en los 25 años del título del 63. No estuvo en los 50 en 2013.
Apuesta
En una concentración de Chaco Petrolero en los 60, Vargas apostó a sus compañeros a que se mordía un talón. No le creyeron, aceptaron y perdieron; sí lo hizo.
Opinan dos exjugadores
Édgar Quinteros, exjugador: ‘el 63 fue una de las figuras’
“Era un defensor muy solvente, cumplidor y casi siempre con un alto nivel de juego, tenía una gran regularidad. El 63 fue una de las figuras de bajo perfil en el Sudamericano, siempre estaba ahí. En todos los partidos fue titular, excepto en uno de fase eliminatoria”.
Víctor Barrientos, exjugador: ‘no pasaba ni la sombra del rival’
“Y como no me voy a acordar de Eulogio. Era un jugador no muy alto, pero firme en su contextura y una fuerza extraordinaria ante rivales más grandes que él. No pasaba ni la sombra del rival. Imponía respeto, tenía agresividad de la buena para no dejar avanzar por su sector”.
(24/08/2020)