El multideportista que deja un gran legado, ‘Rodo’ Aliaga
Basquetbolista nato, también jugó voleibol y fútbol. Su generación hizo del deporte una cultura
Elegante en su juego, exquisito en el traslado del balón y caballero dentro y fuera de la cancha. Rodolfo Aliaga Saravia partió el viernes de esta vida terrenal. Dejó un legado: la cultura deportiva y un gran señorío dentro de él. Sus familiares y las figuras que compartieron cancha con él lo recuerdan.
“Existir es sinónimo de estar; vivir es sinónimo de sentir; pero lograr hacer vivir a los demás es sinónimo de gloria. Belito fuiste, eres y serás un ser de luz que brillará por siempre hasta la eternidad, regocíjate en la huella que dejaste en tu familia y en la historia; un ser auténtico y humilde, de amor incondicional. Te amaremos por siempre, hasta pronto”, son las líneas de despedida que escribieron su hija Ximena y sus nietos Andrés y Daniel.
Fue un notable basquetbolista de los años 50, 60 y 70. El club Ingavi de La Paz, el Equipo del Pueblo, fue su segunda casa. Dueño de una técnica envidiable, fortaleza en las entradas y destreza a la hora de encestar.
De niño no era muy apto para el deporte, era torpe, excedido en peso, no tenía agilidad pero de a poco se abrió camino, primero en el fútbol y luego le gustó el básquetbol, cuenta su hermano César Augusto Aliaga.
Distribuía las horas del día practicando deporte, por la mañana voleibol y por las tardes fútbol y básquetbol. No descuidaba sus estudios en el colegio La Salle, nunca repitió curso.
Compartió con otros grandes referentes de Ingavi como Guido Meruvia, Enrique Rodríguez, Néstor Benavente, Javier Núñez del Prado, René Verduguez, su consanguíneo César, Marcelo Mercado y los hermanos Édgar y Enrique Pozo, entre otras figuras quienes recuerdan su clase y su calidad humana.
Incluso las estrellas internacionales lo acentuaban. Cuando llegó a La Paz el club Ciudad Nueva de Paraguay cuyo mejor jugador era Levy Antonio Chitón Zapattini, una de las glorias del baloncesto guaraní y encestador temible de la época, Aliaga fue su cancerbero y cuando terminó el partido, el jugador dijo que nunca en su vida había tenido un marcador así de trepidante.
Formó parte de recordados quintetos de Ingavi, bajo la conducción del entrenador Roberto Ayllón Chávez, para muchos fue el mentor de Rodolfo basquetbolista.
Según los historiadores, ganó alrededor de 30 títulos con el cuadro ingavista, 16 continuos y otros discontinuos. Además fue un exponente del juego limpio, nunca fue expulsado de un partido y eso lo condujo a recibir el premio Fair Play Internacional en París, Francia, donde estuvo presente.
Opinan sus compañeros
“No solo ha sido un gran jugador, ha sido un gran compañero, un gran amigo y un señor en todo sentido; era muy sencillo, humilde y hombre lleno de cualidades señoriales”, rememora Meruvia.
“Hemos formado un quinteto de trascendencia nacional e incluso sudamericano. Fuimos imparables en un gran plantel y él era ícono del equipo”, enfatiza Rodríguez.
“Como deportista ha sido un símbolo para Ingavi y para todos los que han jugado a su lado; cuando lo vi jugar por primera vez quería ser como él, hemos compartido momentos muy gratos”, detalló Enrique Pozo.
“Era una persona muy dedicada al deporte y con condiciones innatas, lo que más le ayudaba era su caballerosidad en la cancha, siempre lo he valorado como un ídolo porque veía en él algo que yo quería ser”, sostiene César, el menor de los Aliaga.
Comenzó la carrera en el colegio La Salle, ahí lo vio Ayllón quien lo llevaría a Ingavi; asimismo, jugó para Always Ready, Municipal, Rach y Universitario. También incursionó en el voleibol, destacando en Sport Men y en el fútbol, en The Strongest.
Destacó en selecciones nacionales y paceñas, disputó sudamericanos y dos Juegos Bolivarianos.
Falleció el viernes y sus restos fueron enterrados este sábado en el Cementerio Jardín. La pandemia que azota al mundo entero impidió que sus amigos y otros familiares se dieran cita para darle el último adiós.
Los datos
Familia. Aliaga fue querendón de sus padres y hermanos. Se casó, tuvo cuatro hijas: Jacqueline, Karina, Ximena y María Alexandra; 11 nietos y bisnietos. Fue padre y madre para sus retoños tras fallecer su esposa Lucy hace 19 años.
Universitario. Estudió Ingeniera y Administración de Empresas. Fue autoridad deportiva nacional a fines de los 80.
Galardón. Por sus dotes de gran deportista, el Estado le otorgó el Cóndor de los Andes, la más alta distinción que se otorga a ciudadanos e instituciones.
(31/08/2020)