Carlos Arias: a los grandes siempre les complicamos; les hacemos ‘jocha’
Fue guardameta de la selección boliviana en diferentes etapas dentro de un periodo de 12 años. Disputó eliminatorias y Copa América. Recuerda algunos partidos importantes y tiene mucha fe en la actual selección nacional al mando de César Farías
Fue figura en el partido que Bolivia empató ante Brasil en 2008 por la Eliminatoria en Río de Janeiro y estuvo en el 6-1 sobre Argentina en La Paz. Carlos Arias fue el guardameta que asegura que la selección demostró que puede dar pelea cuando menos se lo espera dentro de la Eliminatoria.
—¿Qué recuerdos tiene de la selección boliviana?
—Los mejores; ahora que me lo pregunta, todos fueron buenos momentos que pasé en la selección, en la que estuve 12 años en total, entre procesos y alguna que otra vez que no estuvimos, pero casi siempre nos tocó. No hay como esa sensación de defender la camiseta del país, es algo que no todos pueden hacer. Es un privilegio que los futbolistas tenemos.
—¿Cuántas eliminatorias disputó y cuántas Copa América?
—Estuvimos en el proceso de 2002, cuando debuté, 2006, 2010 y en 2014. Y jugué dos Copa América, en Colombia y otra en Argentina.
—¿La selección es la parte final de un proceso?
—Es llegar a lo más alto luego de que puedes haber marcado otros procesos y objetivos, desde soñar con debutar en la Liga, ser campeón, jugar en el exterior y la selección es como la cereza, el cherry a la torta, el postre. Es una sensación única. Es un privilegio que uno debe agradecer a Dios.
—¿Qué partidos le marcaron?
—Son muchos, desde mi debut en 2001 en La Paz cuando goleamos a Venezuela 5-1 y luego vinieron otros como el 0-0 con Brasil en Río de Janeiro, el 6-1 a Argentina en La Paz, el empate 1-1 por Copa América en La Plata y otro 1-1 en el Monumental.
—¿Por qué se dieron esos resultados ante los grandes?
—Nuestras selecciones, a los grandes siempre les complicamos, les hacemos jocha (sorprende), creo que nos agrandamos con selecciones como Argentina, Brasil y Uruguay y no sé por qué nos cuesta ganar a otras como Venezuela, Perú, Ecuador.
—¿Cómo fue el empate de 2008?
—Recuerdo todo, porque pocas veces se logró empatar a un seleccionado de ese peso. Fue espectacular. Tuvimos orden, bien paraditos en todo el partido, nunca nos desconcentramos. Fue el mérito no solo del equipo sino de Erwin Sánchez. —¿Algo en particular? —Tengo en la memoria bien grabado, esa última jugada que por ahí nos hubieran convertido. Fue en un envío de esquina por arriba, yo antes ya había visto que venían sus dos torres, dos zagueros gigantes como Luisao
y Maicon, entonces en el centro ganaron, cabecearon y cuando el balón se iba al arco, al costado izquierdo, me lancé intuitivamente y pude sacar con la yema de los dedos.
—¿Se enfadaron los brasileños?
—Estaban enojados, porque no entendían que nosotros les hicimos eso y hasta pudimos ganar si el Colorado (Miguel) Hoyos no se pierde una clara acción que tuvo para definir.
—¿Cuál fue el mérito?
—No dimos espacios, los brasileños no pillaban dónde actuar; además los presionamos, no les dejamos usar sus armas. Todos nos esmeramos y fuimos muy disciplinados.
—¿Qué pasó en el camarín?
—Festejamos bastante, todos nos abrazamos, porque no todos los días empatas a ese tipo de selecciones en su casa. El profe Sánchez, Aragonés y otros estaban muy alegres. Creo que la selección no empataba afuera con Brasil desde hace 25 años, porque antes fue en 1985.
—¿Y la goleada a Argentina en La Paz?
—Fue lo más inesperado para todos, además la gente estaba enojada con nosotros porque Venezuela nos había goleado días antes y entonces se decía que ellos iban a ver a Argentina y a Lionel Messi; entonces dijimos que les íbamos a demostrar que se quedarán viendo a Bolivia.
—Pensaron en ganar, pero no en golear.
—Sí, dijimos que íbamos a jugar un gran partido y que si hacíamos lo nuestro, era posible. Le pudimos ganar a Argentina con Diego Maradona en el banco, Lionel Messi su principal figura. Vinieron a verlos a ellos, y terminaron viendo los tres goles de Boterito y los otros goles más.
—¿A usted, cómo le fue?
—Bien en lo general, aunque tuve una mala jugada con el gol del argentino Luis González, quien le pegó de lejos, me picó la pelota y entonces se marcó el gol de ellos. Me sentí mal, pero la goleada y la buena actuación de todos me ayudó.
—¿Qué mensaje rescata de ese tipo de partidos?
—Que los bolivianos siempre debemos creer que se puede, se puede hacer algo. Como dije al inicio, Bolivia es especialista en complicar a los grandes: argentinos y brasileños y en contrapartida nos complicamos con otros un tanto menores.
—¿La actual selección cómo cree que jugaría en San Pablo y en La Paz?
—Ya lo dije, bien concentrados, ordenados y creérnosla que podemos. Y en La Paz no sé qué pasa que solos nos desesperamos, creo que la gente te transmite una ansiedad, eso nos presiona y nos desesperamos. También siento que la impaciencia gana a la afición, porque a los 10 minutos ya quieren estar goleando.
—¿Cómo creérnosla?
—Que podemos lograr un buen resultado, corriendo siempre, así se juegue mal, pero convencido de que las cosas las podemos hacer mejor. Italia no nos llena los ojos con gran fútbol, pero logra resultados.
—¿Qué sabe de la selección?
—Te hablaré en general, sé que la selección de los dos últimos años es mejor que las de antes, porque juega seguido, siempre están con fechas FIFA y compites más a nivel internacional hasta con tus clubes. Además, ya llevan 50 días trabajando.
—¿Por qué cree en esta selección?
—Tiene la base de la Sub-23, una edad importante porque estuvimos a un minuto de ir a la otra fase. Hay buenos recursos humanos, los bolivianos siempre hemos tenido técnica, calidad, solo nos falta más roce.
—¿Y la falta de competencia?
—Somos conscientes de las cosas por las que pasa Bolivia, no solo fue la pandemia, sino no pueden ponerse de acuerdo para jugar, no tenemos competición pero sí preparación.
—¿Qué les puede decir?
—Que mi corazón y mi cabeza están con ellos. Sé que la selección va a correr en Brasil, estamos en desventaja, ellos tienen competencia, pero a nosotros nos sobra coraje, ganas y preparación. Y con Argentina, ellos saben que Bolivia en La Paz es Bolivia, sin importar la altura, nos hacemos fuertes y siempre dimos jocha.
—¿Qué conoce del seleccionador César Farías?
—Lo que me informé y vi en este tiempo que está en Bolivia es que trabaja muy bien. Nos demostró con la Sub-23. Es un técnico capaz, un líder que exige al máximo y quiere cambiar igual nuestra mentalidad, de creérnosla para ir a la guerra. Pienso que podemos llegar muy lejos.