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Los cinco pecados capitales

La intervención de la FIFA contra nuestro fútbol es cuestión de tiempo. ¿Es el congreso del 14 de noviembre la última oportunidad de llegar a un “pacto de caballeros” entre señores que no han demostrado serlo? ¿Cómo podemos refundar el fútbol? Estos son los cinco pecados capitales que nos enviarán al mismísimo averno:

Uno: un amparo de una sala constitucional de Santa Cruz ha colocado de presidente a Robert Blanco. La Conmebol y la FIFA solo reconocen a Marcos Rodríguez. El ente matriz del fútbol prohíbe taxativamente apelar a la Justicia Ordinaria para resolver asuntos internos.

Dos: el viceministerio de Deportes del Gobierno de “transición” intermedió en la crisis del fútbol sin éxito y asegura que no habrá sanción en base a dos artículos de la Constitución Política del Estado. Da la “casualidad” que el mundo privado/privatizado del fútbol se rige por sus propias normas, por encima de la soberanía nacional. Tres: la Fiscalía ha emitido mandamientos de aprehensión contra Rodríguez y ha intervenido las oficinas de la Federación e incluso el hotel donde estaba la selección antes de enfrentar a la Argentina en La Paz.

Cuatro: el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) con sede en Lausana (Suiza) ha admitido la demanda de seis clubes contra  la convocatoria a elecciones de la Federación. El único candidato, Fernando Costa de Always Ready, también ha recibido apelaciones en su contra. El plan es tumbar las elecciones y alargar el estado putrefacto de las cosas. Por cierto, con el regreso del fútbol argentino, somos el único país de Sudamérica donde no rueda la pelota.

Cinco: la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (Fifpro) ha denunciado ante la Comisión Disciplinaria de la FIFA al seleccionador de Bolivia, César Farías, por discriminación a dos jugadores del club Always Ready (Samuel Galindo y Fernando Saucedo) y por tener supuestamente nexos con una agencia de representación de jugadores en contravención con los estatutos de la FIFA. La denuncia adjunta declaraciones del exseleccionador nacional Julio César Baldivieso, que ratifica estas supuestas prácticas.

Por mucho menos que estos cinco pecados capitales, países como Grecia, Camerún o Nigeria fueron apartados de toda competencia. ¿Servirá de algo una desafiliación si los dos grupos de poder enfrentados hasta el absurdo surrealista no fuman antes o después la pipa de la paz?

Ricardo Bajo es periodista